Crónica de un viaje
al “Fin del mundo”….
Día 1:
Iniciamos la singladura en Usuahia (Argentina), tras dos días
de navegación por el canal de Beagle entre Chile y Argentina,
zarpamos rumbo a la península Antártica dejando Cabo de Hornos por
estribor y cruzando el famoso y temido paso Drake.
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Marina Afysin (Usuahia) |
Puerto Williams |
Navegar por el canal de Beagle en tierra de fuego nos abre un
sin fin de posibilidades por la belleza de los bosques y las
montañas vírgenes de la Patagonia, sólo comparable a navegar entre
montañas nevadas en Nueva Zelanda durante el verano en el hemisferio
Sur. Tuvimos ocasión de ver lobos marinos, cormoranes y otras
especies autóctonas.
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Vista del canal
Beagle |
Focas en
plena naturaleza |
Hicimos escala la primera noche en Puerto Williams (Chile).
Allí pudimos amarrarnos abarloados a otro barco en el club náutico
Micalvi. Se trata de un buque antiguo varado y semihundido,
que fue comprado a la marina Alemana después de la primera guerra
mundial. En aquel entonces era el único que patrullaba aquellas
aguas. La Marina Chilena solicitó convertirlo en museo, pero
finalmente ha servido de marina para veleros y sus grandes
navegantes que recalan antes ó después de dar el salto a la
Antártida. A parte de éstos navegantes sólo tienen acceso los
militares de la armada Chilena. Se trata de la marina más austral
del planeta donde hay que hacer el último avituallamiento antes de
dar el salto a la Antártida cruzando el paso Drake y
dejando Cabo de Hornos.
Día 2:
La segunda noche nos vimos obligados a refugiarnos en Isla Lenox
debido a un “temporal” en Cabo de Hornos con vientos de 50 a 60
nudos, antes de partir para la Antártida.
Días 3,4,5:
Los 3 días siguientes transcurrieron navegando por el paso Drake
hacia las islas Shetland. Se trata de un paso de unas 580
millas que separa el Cabo de Hornos de la Península Antártica,
durante el cual convivimos con albatros y petreles.
Hicimos guardias de tres horas en grupos de tres durante toda la
singladura entre cabo de Hornos e Isla Decepción.
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Tripulante en navegación |
Ola en el Paso
Drake |
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Navegación Paso
Drake |
Días 6 y 7:
Una vez allí nuestro primer destino sería Isla Decepción,
antiguo volcán todavía activo donde se encuentran dos bases
antárticas, la Argentina y la Española Gabriel
de Castilla,
así como una antigua base ballenera de principio de siglo
abandonada.
Tras varios intentos de comunicar por radio con la base Española,
finalmente conseguimos contactar y solicitamos autorización para
hacerles una visita, nos reciben muy amablemente por la tarde.
Después de enseñarnos la base nos invitan a un café al tiempo que
nos muestran las fotos de cómo se encontraba la base cuando llegan
ellos al principio del verano Antártico. Básicamente la base se
encuentra habitada por 11 ó 12 miembros de la escuela de alta
montaña de Jaca aunque han llegado a ser casi 30, y su función
principal es dar apoyo logístico y cobertura a los científicos
españoles que realizan sus estudios en esa zona.
Finalmente pasamos dos noches en Isla Decepción debido a las
malas condiciones meteorológicas para cruzar el estrecho de
Gerlache.
Día 8:
Tuvimos que navegar a través de numerosos iceberg dejándonos llevar
por la corriente a lo largo de la península antártica hasta la
salida al mar de Weddell.
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Paso de Gerlache |
Iceberg con pingüinos |
El paso por el estrecho de Gerlache nos permitió una
navegación más tranquila llevándonos la corriente en dirección NE -
SW entre el continente y las islas que encontraríamos posteriormente
a proa. Nuestro objetivo era alcanzar Foyn Harbour, un
varadero de balleneros en la bahía donde todavía quedan algunos
barcos antiguos de tiempos pasados. Nos dirigimos exactamente a isla
Enterprise donde se encuentra el Governoren (1916) una
factoría flotante de ballenas de principio de siglo que permanece
semi-hundida junto a la isla Nansen y que hoy día sirve de
atraque a algunos veleros que pasan por esta zona. Se trata un
puerto natural protegido a todos los vientos, que impide el ingreso
de grandes hielos, cuyas condiciones náuticas, si bien no existe
cartografía a escala apropiada, están bien expresadas en las
publicaciones náuticas del Servicio de Hidrografía Naval de la
República Argentina.
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Atracados junto al
Governoren (1916). Factoría flotante de
ballenas. Isla
Nansen |
Día 9:
Nuestro viaje sigue a lo largo de la cordillera de montañas de la
península antártica hacia el sur, entre los hielos, hasta la isla de
Cuverville donde pasaríamos la tarde fotografiando y filmando
pingüinos papúa durante la época de cría. Posteriormente, pasaríamos
la noche amarrados con cuatro coderas.
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Amarrados a las rocas en
Cuverville |
Día 10:
Partimos temprano rumbo a Port Lockroy, una antigua base
Inglesa convertida en pequeño museo y rehabilitada como puesto de
aprovisionamiento para algunos barcos. Al medio día hacemos un alto
en la estación chilena de Gabriel de Videla donde están
esperando nuestra llegada.
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Iceberg |
"Crawlers" y trozos de
hielo |
Esta nevando bastante y desembarcamos con la zodiac pasando entre
los icebergs. Llevamos nuestros pasaportes a la base para que nos
pongan el sello correspondiente. Después de saludar a los mandos de
dicha base y de visitar un pequeño museo que tienen en uno de los
módulos salimos fuera a filmar y fotografiar una gran multitud de
pingüinos “papúa” que se encontraban anidando en la base.
Una vez terminada la visita seguimos rumbo a Port Lockroy
abriéndonos paso entre gran cantidad de hielo y pequeños iceberg
flotando en el agua.
Finalmente acabaremos haciendo noche en “Port Lockroy” en la
isla de Wiencke. En tierra encontraremos todo lo que
necesitamos tras los últimos días de singladura, un museo, una
oficina de correos, una tienda de “souvenirs”, una colonia de
pingüinos ‘gentoo’, esqueletos de ballena..... Al menos aquí
tendremos la ocasión de enviar un mensaje o carta dando señales de
vida, que seguimos en la aventura y que todo va bien, así como
comprar algún recuerdo.
Desde la isla de Wiencke se puede apreciar una impresionante
vista del escenario antártico. Enfrente nuestra se alza “Mount
Frances” en la isla de Anvers, el pico más alto de la
Península Antártica, cuya cima fue conquistada por montañeros
españoles.
Tras visitar el pequeño museo de la antigua base, custodiado
actualmente por 3 escoceses que pasan el verano antártico en esta
isla, hacemos noche junto a dicha base.
Día 11:
Debemos atravesar el canal de Lemaire uno de los más bonitos
cuando hace buen tiempo. Por desgracia lo cruzamos con mal tiempo y
nos cae una pequeña nevada. Vemos a nuestro paso inmensas masas de
hielo rompiendo y alejándose lentamente hacia el crepúsculo, siendo
testigos directos del "tan actual" cambio climático. Nos abrimos
camino con cuidado entre ellos. Avistamos con mucha frecuencia
ballenas. A pesar de lo bonito del paisaje deberemos seguir con
nuestra singladura y desplazarnos hacia el SW a través del estrecho
de Bismark.
Aquí, los glaciares nos muestran un paisaje similar al del estrecho
de Le-Maire, será realmente impresionante navegar sorteando
glaciares e icebergs por un paso en forma de flecha donde se
alternan glaciares con altas cimas nevadas.
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Navegando a la salida del
paso de Le-Maire en frente de la
Isla de Peterman |
Las islas Argentinas fueron nuestro siguiente alto en el camino
hacia el sur. La estación científica Akademik Vernadsky fue
británica hasta 1996 por lo que era típico tomarse una cerveza negra
especial en el Penguin-Bar de la base. Actualmente se aloja una
expedición científica Ucraniana por lo que tuvimos ocasión de probar
el vodka que ellos mismos destilan en la base. Se trata de la única
base visitada que permanece todo el invierno antártico operativa.
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Amarrados junto a Vernadsky |
Atardecer en Vernadsky |
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Estación "Akademik
Vernadsky" de noche |
Jugando al billar y tomando
vodka |
Debido a las condiciones del hielo, éste será el punto más austral
al que llegaremos durante nuestro viaje, 65 grados 25 minutos de
Latitud Sur. Únicamente se puede navegar más hacia el sur cuando se
produzcan condiciones muy excepcionales abriéndose el hielo un poco
más. Desde éste punto la costa se ensancha y los iceberg gigantes se
abren camino hacia el océano abierto. Se hace muy peligroso navegar
por esas aguas con altas probabilidades de perforar o agrietar el
casco con la arista de algún iceberg.
Día 12:
A las 10:00 de la mañana soltamos coderas y nos acercamos al
embarcadero de la base Ucraniana. La noche anterior, bebiendo vodka
y jugando al billar con los ucranianos acordamos un pequeño
intercambio que nos beneficiaba a todos: Ellos nos suministraban
agua potable al barco y nosotros les remolcábamos la zodiac y
transportaríamos a 7 científicos durante unas 20 millas con el fin
de ahorrarles el combustible de su lancha semirrígida.
Posteriormente navegaríamos hasta la isla de Peterman con 2
biólogos, 2 geólogos, 2 sismólogos y el patrón Ucraniano de la
embarcación semirrígida. Una vez allí tomaríamos imágenes junto a
los pingüinos de Adelia y algunos cormoranes.
Una vez que nos hemos despedido de nuestros amigos Ucranianos, Port
Pleneau
nos proveería de resguardo para pasar la noche. Tendríamos un rato
más para filmar unas focas y leopardos marinos en la orilla de la
isla. Si la jornada no nos hubiera permitido llegar a tiempo a este
refugio natural, habríamos hecho escala con anterioridad en Port
Charcot obligándonos al día siguiente a acabar ésta ruta.
Durante la noche registramos rachas de viento de más de 50 nudos que
nos obligaron a amarrar 2 coderas más a las rocas (hasta un total de
6!).
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Foca de Weddell en
Port
Pleneau |
Día 13:
Ponemos rumbo de vuelta hacia Port Lockroy para hacer una
segunda noche antes de llegar a las islas Melchior. Esa
tarde, una vez fondeados, aparecen dos escoceses con faldas en una
zodiac y tocando la gaita, anunciando una fiesta a bordo del
“Discoverer”, un velero oceánico de la armada británica que se
encontraba por ahí buscando nuevas rutas a través de la península
Antártica. Hacia las 22:00 nos encontramos varias tripulaciones de
algunos veleros a bordo del “Discoverer” para celebrar una pequeña
fiesta improvisada.
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Discoverer |
Fiesta a bordo del
Discoverer |
Día 14:
Nuestro velero fija su nuevo rumbo a través de las aguas polares por
el canal de Neumayer entre las escarpadas montañas de la isla
de Anvers y la isla de Wiencke. De vuelta otra vez por
el estrecho de Gerlache pronto entraremos en la bahía de
Dallmann. Esta bahía en forma de embudo está rodeada de multitud
de diminutas islas llamadas Melchior, entre sus rocas con
forma de tortuga encontraremos un fondeadero ideal y sobre todo muy
tranquilo.
Durante el trayecto nos sonríe el tiempo, se despeja el cielo de
nubes y sale el sol. Aprovechamos para hacer unas fotos desde lo
alto del palo subidos en la segunda cruceta, mientras atravesamos
una zona con mucho hielo e icebergs por el canal de Neumayer,
las aguas tranquilas y el contraste de luz con los blancos del hielo
resultan realmente impresionantes.
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Pasando junto a un
iceberg (foto hecha desde el palo) |
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Barrera de trozos de
hielo |
Finalmente alcanzamos las Islas Melchior y buscamos un buen
fondeadero para pasar la noche, durante la leve puesta de sol se
abre un pequeño claro en el cielo.
Día 15:
Aquí es donde tenemos que estar bien con nosotros mismos,
concentrados y preparados para partir de vuelta cruzando nuevamente
el paso Drake hacia Cabo de Hornos. Se trata de una de las
navegaciones más peligrosas que se conocen.
Antes de preparar y estibar todo a bordo para la travesía
disfrutamos un poco de la vista y de la zona viendo los últimos
icebergs.
Días 16, 17 y 18:
De nuevo en alta mar. La grandeza del océano nos vuelve a impactar
nuevamente mientras tiene lugar la travesía. Ahora tenemos una buena
ocasión para reflexionar e intentar asimilar todo lo vivido durante
los 10 días anteriores. Aunque no sabíamos que lo peor de todo el
viaje estaría por venir. Anuncian vientos de 45 y 50 nudos en Cabo
de Hornos, justo para cuando tenemos previsto cruzar dicho cabo.
Para colmo de los colmos, durante el segundo día de navegación, en
medio del Drake, detectamos una vía de agua en la sala de
máquinas del barco, el agua entraba gélida por uno de los ejes de la
hélice y los motores se encontraban inundados hasta la mitad. Nos
vimos obligados durante las guardias a achicar el agua con una bomba
manual, ya que se había roto la bomba eléctrica de achique en dicho
compartimiento. Durante varias guardias y tomando relevo, achicamos
hasta que por fin se pudo desmontar la bomba de achique eléctrica de
proa e instalarla bajo el agua negra y gélida en la zona de los
motores.
El día 30 de enero a las 18:00 hrs. empieza a soplar el viento con
fuerza, los albatros planean por las olas como si, de una ligera
brisa se tratara, cuando ya empezamos a alcanzar los 35-40 nudos.
Conforme avanza el tiempo el viento sube considerablemente de
intensidad y las olas se hacen cada vez más grandes. A las 02:00 de
la mañana del día siguiente, Jueves 31 de Enero, por fin cruzamos el
dichoso cabo con rachas que llegaron a alcanzar los 65 nudos, para
algunos de la tripulación era la primera vez que navegaban con olas
tan grandes y viento tan fuerte, acompañado de un aullido infernal
(los 40 rugientes y los 50 bramantes).
Día 19:
Después de navegar toda la noche entre los canales de Beagle,
llegamos por fin a Puerto Toro a las 13:00 aprox. Se trata
sin duda del pueblecito más austral del planeta, donde a penas hay
una decena de casas y un pequeño puesto militar. Sentimos un gran
alivio al haber pasado el Cabo de Hornos. La tensión de los pasados
días también se queda atrás viviendo la feliz sensación de haber
completado éste viaje tan extraordinario sanos y salvos.
Día 20:
De vuelta a Puerto Williams, tenemos una buena razón para
celebrar nuestra aventura. Han pasado 3 semanas viviendo
experiencias tan increíbles, que seguro nos llevará algún tiempo
interiorizar y asimilar lo vivido. Decidimos irnos todos a cenar a
una pizzería y luego tomarnos una copa a la marina Micalvi.
Día 21:
Buen día para levantarse tarde e intentar imaginarse que todo ha
sido como un sueño. Un viaje a la tierra de los misterios, al
continente blanco, al otro lado del horizonte, para nosotros al fin
del mundo. Ultimo recorrido del canal para arribar finalmente a
Usuahia, fin de nuestra aventura.
Aventura a los confines helados: la
experiencia de un navegante......
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