Charla
con Sem Taboada
Sem: …nos motivó la pasión
por la aventura, hemos explorado lugares vírgenes e inhóspitos por
la península Antártica…
Fondear:
Uhm, Sem…, ¿Por qué y cuándo decidís meteros en este lío?
Sem:
Bueno verás, la verdad es que no te lo piensas. Las
oportunidades surgen y simplemente decides aferrarte a ellas,
o por el contrario dejarlas pasar. Cuando nos ofrecieron
participar en esta gran aventura, dijimos sí al instante, sin
tener en cuenta el riesgo que conllevaría. La idea surgió de
mi compañero y amigo Francisco Solana que se empeñó en pintar
la Antártida. Por cierto, desde el viernes día 13 de Febrero
hasta el próximo 19 de Abril tiene lugar la exposición de
pintura “South Pole más hielo por favor” en el palacio
consistorial de Cartagena.
Fondear:
¿Qué es lo que te ha aportado el viaje y cómo lo has vivido?
Sem:
Ha sido sin duda una de las experiencias más enriquecedoras de
mi vida en todos los sentidos, como persona y como navegante.
La he vivido con muchísima ilusión, como un niño cuando va a
cumplir un sueño. Al compartir tanta responsabilidad y tantos
riesgos aprendes a ser humilde y mejor persona. Pienso que una
experiencia de éste tipo, como en toda aventura, te ayuda a
valorar las cosas importantes y te enseña a disfrutar los
pequeños momentos auténticos que nos da la vida.
Fondear:
¿Has pasado miedo? ¿Cuál ha sido la situación más
comprometida que habéis vivido en estos 21 días?
Sem:
Mucho miedo y en varias ocasiones, sobre todo a la vuelta ya
que acabamos cruzando Cabo de Hornos de W a E a las dos de la
mañana con rachas de 65 nudos y olas de hasta 11 m.
Fue un temporal duro, lo peor, es que 10 horas antes tuvimos
que achicar con una bomba manual bastante agua que inundó los
motores ya que la bomba de achique eléctrica se había roto.
Por suerte, pudimos desmontar la de proa y montarla en popa,
hablamos de agua negra, gélida, que complicó mucho el trabajo.
Estábamos desencajados, con mucho frío, exhaustos y
“acojonados” por el temporal anunciado para esa noche en Cabo
de Hornos.
Pasamos las 4 horas más tensas de nuestra vida, con el traje
de agua y el chaleco puesto, sólo pensaba en cómo salir del
barco si se daba la vuelta, repasé mentalmente todos los
procedimientos aprendidos en los cursos de supervivencia en la
mar, pero esto era otra historia. Se respiraba en el ambiente
la tensión, nadie decía nada y todos pensábamos lo mismo: “si
pasa algo a ver como salimos de ésta”, se siente algo extraño,
como un calor que sale del interior y que anula tus sentidos,
una energía extraña que te ayuda a estar en guardia por si
sobreviene lo peor, creo que es la adrenalina, muy necesaria
para éstos casos, supongo que todo el mundo lo ha vivido
alguna vez en otras circunstancias.
Estando en la Antártida, en la isla de Peterman,
embarrancamos en las rocas cuando nos disponíamos a soltar las
coderas. Comenzamos a abatir rápidamente hasta que golpeamos
el casco violentamente contra el fondo, por suerte el casco es
de aluminio y aguantó. También tuvimos una falsa alarma de
incendio, nada más salir de los canales de Beagle,
rumbo a la península antártica. Debido a las primeras escoras
por la ola y el viento, el papel que se utilizó para encender
la estufa de abordo se quemó y desprendió mucho humo.
Antigua
estación ballenera
Fondear:
Cuéntanos lo que te ha parecido más increíble y autentico. Las
puestas de sol, los inmensos espacios abiertos, los coloridos
turquesa de la paredes de hielo, El silencio de una noche
helada y sepulcral, los alaridos de la jarcia aullando en
mitad del paso Drake?
Sem:
Lo que más te impresiona, es la cantidad de fauna que
encuentras en un lugar tan inhóspito, frío y salvaje. Sin duda
alguna es la Madre Naturaleza ó la madre de todas las
naturalezas, todo es grande, las montañas, los glaciares, los
icebergs, además es limpio, no está contaminado, se mantiene
intacto durante miles de años, y estás en tierra de nadie,
alejado del mundo civilizado, es algo muy impactante.
Personalmente recuerdo un momento muy especial, fue durante la
tercera noche amarrado a un antiguo ballenero semihundido y
rodeados de glaciares y hielo. Salí después de cenar a
cubierta, eran las 12:00 de la noche y parecía el atardecer,
el silencio me sorprendió mucho, lo único que lo rompía de vez
en cuando era el estruendo de alguna avalancha de nieve o
desprendimiento de hielo. También me sorprendió los distintos
tonos blancos, rosáceos y azulados de los icebergs y el agua
de mar de color negro total, justo antes de formarse la capa
de hielo.
Fondear:
Cómo hacíais para fondear en la Antártida? ¿Existía peligro de
ser desplazados por algún iceberg?
Sem:
El fondeo lo teníamos muy limitado, es muy peligroso echar el
ancla ya que un iceberg de tamaño considerable podría romper
la cadena y quedar mermados para el resto de la travesía, por
lo que utilizábamos coderas que amarrábamos a las rocas o
anclajes que habían dejado antiguos balleneros u otros
navegantes.
Algunas noches, si se le pueden llamar noches, ya que eran
crepúsculos o penumbras de 8 horas hasta el amanecer, hacíamos
guardias de una hora para evitar impactos de iceberg grandes.
Estas guardias con el barco amarrado resultaron ser más duras
que las de navegación, si se acercaba algún iceberg de tamaño
pequeño, lo empujabas con el bichero desde proa. Pero cuando
venía uno grande tenías que avisar a los demás y mover el
barco, lo curioso es que el anclaje del cabo de la codera a la
roca podía encontrarse en ese momento debajo del agua
debido a la subida de marea, lo cual te obligaba a cortar la
amarra o a bucear para soltarla. No daba para pasarla por
chicote, en algunas ocasiones las distancias hasta la roca
eran de 70 metros.
Fondear:
Durante el regreso de vuelta hacia el Cabo de Hornos,
comentabas que tuvisteis que afrontar un temporal. ¿Cómo son
allá, en el temido paso Drake?
Sem:
Me llamó la atención el vuelo de los albatros al comenzar el
temporal, con vientos de 40 y 45 nudos su vuelo es perfecto,
sus alas no vibran, luego subía la intensidad del viento hasta
55 nudos y ellos seguían "como si nada", es algo increíble. El
viento aúlla y ruge de otra forma!!!….
Fondear:
Desde tu punto de vista ¿cuál es el barco ideal para este tipo
de aventuras a vela?, ¿acero, aluminio, fibra, eslora mínima,
Sloop, quilla corrida,…?
Sem:
Sin duda alguna superestructura de Aluminio, 18 a 20 metros de
eslora mínima, bien protegida la zona de gobierno, quilla
corrida, dos motores y dos palos. Y para rizar el rizo lo
ideal sería el barco que usó Sir Peter Blake cuando fue
como embajador de la ONU a la Antártida, con quilla abatible y
un casco redondeado que en caso de quedarse atrapado por el
hielo, pliega la orza y se desliza por encima hasta
quedarse literalmente encima del hielo. Hay un documental
magnífico de este viaje en dos capítulos. Él llegó con ese
barco 4º de latitud más al sur que nosotros. No obstante,
siempre digo que lo importante no es el barco sino el
navegante. Vimos un velero de 37 pies de fibra con una botella
de propano amarrada a la base del palo y estuvieron un mes
navegando por allí como si nada...
Fondear:
Y la gente con la que os encontrasteis ¿cómo son?, ¿qué
viviste con ellos?
Sem:
Conocimos a grandes navegantes y aventureros. Tuvimos la
suerte de encontrarnos a dos leyendas vivas de la navegación a
vela: Christophe Auguin (ganador de la Vendée Globe
1996-1997) y Sébastien Magnen (dos veces vencedor
de la Mini Transat 6.50 en 1997 y 1999)
También conocimos a un loco de atar, Oliver, un joven
que posiblemente está dando la vuelta a la Antártida a remo,
esponsorizado o patrocinado por Richard Branson el
empresario de Virgin records. Oiremos hablar de él muy pronto
en algún telediario o documental si no le pasa nada durante la
singladura, creo que tenía que descansar todo el invierno
antártico en la isla de South Georgia para acabar dicho
periplo. La verdad es que hicimos buenas migas con los tres.
Fondear:
¿Lo repetirías ? Crees que es un viaje para todo el mundo?
¿Cuáles son tus próximos proyectos ?
Sem:
Nada más terminar el viaje dije que no volvería allí por nada
del mundo, pero ahora que ha pasado un poco de tiempo me
vuelve a picar el gusanillo y sí que lo repetiría.
Creo que es un viaje para todo el mundo, pero es muy
importante tener claro a donde se va, y tener unos
conocimientos mínimos de navegación. Cualquiera que quiera
realizar esta singladura puede contar conmigo, le daré toda la
información necesaria sobre los preparativos y aspectos más
importantes a tener en cuenta.
Respecto a los proyectos futuros más inmediatos están El
Ártico en primer lugar y posteriormente latitudes menos frías
(Polinesia y Micronesia, Fiordos Noruegos, Nueva Zelanda).
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