El barco se hunde
¿Que hacemos
Sólo si la situación es
completamente insostenible, deberemos abandonar el barco. Aunque
esté medio hundida, ésta puede ser más segura que la
balsa salvavidas y en un barco
aunque permanezca semihundido, podremos ser localizados con más facilidad para ser rescatados.
Muchos barcos abandonados precipitadamente
fueron encontrados luego en perfecto estado. Una embarcación
volcada puede ser la mejor balsa salvavidas permaneciendo sujetos
a ella encima del casco a la espera del rescate. Un claro ejemplo
es lo que
sucedió en el año 1.972, en la célebre regata del Fastnet, al sur
de Inglaterra, en la que fueron abandonados numerosos barcos que,
tras la tempestad, se encontraron en perfecto estado.
La decisión de abandonar el barco
corresponde al patrón, y una vez efectuada, se emitirán las señales de socorro
correspondientes según tengamos o no barcos a la vista. En el caso de que tengamos barcos a la vista,
lanzaremos bengalas rojas, botes de humo anaranjado, y de noche
haremos señales con una linterna.
Si no
hay barco a la vista, emitiremos un mensaje de
socorro “MAYDAY" por VHF. Si hay BLU utilizaremos a
frecuencia internacional de socorro 2.182 KHz, de onda media, en la
que todos los buques se supone que tienen abierta escucha, pero como lo normal
es que un yate disponga solo de un transmisor VHF, la emitiremos
por su frecuencia de SOCORRO, que es el canal 16, o pulsando el
botón “distress”. Si dispone de una VHF portátil, esta debe ir a
la balsa salvavidas, para poder seguir emitiendo señales de
socorro cada cierto tiempo.
Al realizar la llamada, no debemos
olvidar dar la situación: latitud y longitud o por demora y
distancia, o bien la situación estimada en cuyo caso, no es
conveniente dar impresión de exactitud para no entorpecer el
rescate. En caso de duda, debemos dar hora y lugar de partida, y
destino previsto, añadiendo cualquier información adicional, como
por ejemplo características de luces avistadas. Toda
información complementaria, como tamaño y color de la embarcación
así como sus características, numero de personas a bordo etc. será
de gran utilidad.
Antes de
abandonar el barco, nos pondremos toda la ropa de
abrigo que podamos y nos aseguraremos que llevamos todo el equipo
que nos hará falta, sin olvidar las señales de socorro y toda la
comida y agua que podamos llevar. En algunos barcos existe la
llamada "bolsa de supervivencia", donde todas estas cosas están
listas para ser recogidas. En la mar, el frío y la sed son los
peores enemigos. En la segunda guerra mundial, murieron más
náufragos por hipotermia que por ahogamiento.
Luego activaremos la radiobaliza de
siniestros, detendremos la embarcación para botar el bote auxiliar o la balsa salvavidas
haciendo firme la boza a un punto sólido del barco y lanzaremos
la balsa al agua por la banda de sotavento. La balsa se hinchará
automáticamente en unos treinta segundos. A continuación se
procede a embarcar sin saltar sobre la balsa. Sube la primera
persona a bordo y se le pasa todo el equipo; luego embarcarán los
demás.
Si para abandonar el barco no puede
hacerse de otra forma que lanzándose al agua, se hará por la banda
de sotavento, con el chaleco puesto, de pié, con los brazos
cruzados, permaneciendo agrupados en
el agua si no tenemos balsa salvavidas, salvo en caso de incendio,
derrame de combustible u otras situaciones en que pudiera ser
aconsejable hacerlo por barlovento. A partir de este momento, la
confianza en el rescate es imprescindible para la supervivencia de
los náufragos.
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