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Balsa salvavidas; pagar lo justo

 

 

¿Por qué hemos de revisarla cada año si el fabricante indica cada tres?,  ¿Merece la pena un plan "renove"? ¿Para cuantas plazas? ¿Deberá ser ISO 9650 o SOLAS?....

 

Por desgracia las autoridades nos exigen mucho más de la cuenta. Si el fabricante pide una revisión cada 3 años, ¿por qué la Marina Mercante obliga a la revisión anual? ¿Acaso saben más que los ingenieros que las diseñaron y fabricaron? Lo mismo hay que decir respecto a la caducidad de las

caras baterías de litio de las radiobalizas. Marina Mercante recorta un año la duración marcada por el fabricante. ¿Se equivocan los científicos que las han probado en todas las condiciones?

Pero debemos cumplir las ordenanzas so pena de arriesgarnos a una fuerte multa. Lo cierto es que este tipo de decisiones tomadas demasiado a la ligera, dañan al sector de la náutica de recreo. Es fácil entender la postura paternalista del Estado en busca de nuestra máxima seguridad. Pero esto no puede ser a cualquier precio, y los aficionados y armadores, literalmente acogotados por tantos gastos, protestan ante lo que finalmente se demuestra un nuevo abuso. Por ejemplo en Francia, donde los políticos parecen tener más sentido común, las balsas sólo se revisan cuando lo determina el fabricante. Todo ello lleva a que sean muchos los armadores que a pesar del riesgo de ser pillados por la Guardia Civil, decidan revisar la balsa muy de tiempo en tiempo, cuando toca pasar la ITB.

Las asociaciones náuticas intentan negociar con Marina Mercante para cambiar las revisiones y los plazos marcados por los fabricantes. Cada 5 años la revisión es más profunda con pruebas de inflado automático y retimbrado de la botella de Co2. A partir del décimo año es necesario comprobar adicionalmente las costuras para asegurar que estas no se hayan estropeado con la humedad. Se examinan minuciosamente con la ayuda de una espátula, y se la carga con el peso equivalente de varias personas para realizar una prueba de arriado con la ayuda de una grúa.

El siguiente año se debe efectuar una prueba conocida como PAN, que consiste en inflar la balsa a mayor presión para comprobar que no revienta alguna válvula o termosellado. Para ello se bloquean las válvulas de alivio y se somete la balsa a una presión de hinchado de 3,5 bares frente a los 2,55 bares a los que trabajaría en condiciones normales.

Por todas estas razones, a partir del noveno año las revisiones son bastante más caras, hasta el punto de merecer la pena comprar una nueva con la ayuda de un plan renove, pues aunque ese año tengamos que pagar un poco más de lo que costará la revisión, tendremos un equipo nuevo que nos ahorrará un dineral en las siguientes revisiones.

 

 

¡Ojo con la pirotecnia caducada!

 

A veces el peligro no está en las bengalas... Tras la revisión de la balsa muchos armadores exigen todo el material sustituido dentro del cual encontramos las famosos bengalas caducadas y cuyo aspecto en la mayoría de los casos es como nuevo, pues han estado durante estos años perfectamente guardadas, selladas y embaladas en el container de la balsa. Lo mismo ocurre con las cajas de pirotecnia caducada y que en muchos casos mantenemos en el barco.

Casi todos los armadores pensamos que además de las nuevas, está bien quedarnos las caducadas pues si llegara el momento de usarlas tendríamos el doble de ellas. Es cierto. Debemos recordar que en la mayoría de los casos una bengala caducada, si tiene un perfecto aspecto no significa ningún peligro. Es más, en la mar cuando una bengala se estropea lo suele hacer por la humedad para dejar de funcionar.

Pero tenga cuidado pues la guardia civil pone enormes multas por llevar la pirotecnia caducada. En resumen, hemos de decir, que si por lo que sea, NO pudo actualizar su caja de bengalas y le paran, NI SE LE OCURRA decir que las tiene caducadas, que se le han pasado de fecha por un par de meses, aunque estas estén en perfecto estado de uso. En primer lugar le pondrán un multazo por no llevar bengalas y otra SEGUNDA y brutal multa por llevar bengalas caducadas...  ¡fascinante pero cierto!

Es mejor decir no llevarlas, que indicar que las llevamos caducadas...  Lo cierto es que la pirotecnia es muy peligrosa. ¡Nunca la estibe cerca del motor o al lado de una fuente de calor! y por supuesto, deshágase de la pirotecnia caducada, especialmente si tiene mal aspecto.

 

 

Los excesivos precios de las revisiones

Tanto daño hacen las celosas normativas de Marina Mercante, como los abusivos precios de algunas estaciones de revisión. Unos y otros parecen asumir que los armador somos ricos!   Demasiados culpables, demasiadas trabas que conducen al desánimo de bastantes aficionados. Entre unas cosas y otras, muchos armadores deciden vender el barco y liberarse de tanta esclavitud. El sector de la náutica de recreo necesita un “reset” completo, especialmente en lo referente a las administraciones.

La revisión se convierte en un negocio abusivo y en exceso lucrativo, cuando verificamos los precios de determinados recambios. ¿Cómo es posible cobrar por ejemplo, cerca de cincuenta euros por la sustitución de una bombilla LED que por definición no se puede estropear, que además nunca ha sido utilizada, y cuyo aspecto es tan inmaculado como el del mismo día de su fabricación? Estos repuestos llevan dos pilas de botón selladas en su interior y bastaría una medición de la tensión para asegurar su perfecto estado. Entenderán unos y otros, que las bombillas ya no son como las que existían hace 30 años. La sustitución de material en perfecta vigencia no sólo atenta contra la lógica y contra nuestro bolsillo. Es también un completo delito contra la ecología y un sin sentido consumista.

 

Estas bombillas LED fueron sustituidas de una balsa de 8 plazas hace ya 5 años. A pesar de ello su estado actual es rigurosamente como nuevo. Medimos la tensión y las probamos. Su funcionamiento es perfecto. En la factura el cliente pagó unos 100€ por algo totalmente innecesario. ¿No sería más lógico medir la tensión para comprobar el estado de la pila o mejor aún, separar físicamente la batería del foco?

 

¿Saco o contenedor?

La balsa salvavidas es la misma, pero el precio en saco es del orden de unos 80€ menor. Nos ahorramos el precio del contenedor. Todos los que han tenido que mover una BIB de un lado para otro saben lo pesada y molesta que es. El peso es importante y en bolsa se consigue un ahorro de unos 4 kilos de peso. Por ejemplo una balsa de 8 plazas en contenedor pesa 56 kilos y en saco 52 kilos. La ventaja más importante de las bolsas es que se pueden adaptar un poco a la forma del cofre en la que esté estibada. 

Nuestro consejo es adquirir a pesar de todo, la balsa salvavidas en contenedor pues este protege mucho mejor el interior frente a todas las inclemencias del agresivo ambiente marino. Además las cremalleras de los sacos acaban estropeándose con los rayos ultravioletas del sol, y quizás en alguna revisión acabáramos teniendo que cambiar el saco o al menos la cremallera, previo pago extra.

 

¿Para cuántas plazas elegir?

 

Muchos armadores piensan de forma equivocada, que si el barco está homologado, por ejemplo para 8 plazas en zona 2, deberán adquirir una salvavidas de 8 plazas. Esto es falso. O cierto si se quiere navegar siempre a más de 25 millas de la costa y con las 8 personas.

Suponga que tiene un velero de 12 metros homologado en zona 2 para 8 personas y con el que los fines de semana hace navegación costera con muchos amigos. Solo en algunas ocasiones hace navegación oceánica con su pareja o a lo sumo con una pareja de amigos más.

La solución más correcta es la de cambiar nuestra balsa por una de sólo 4 plazas, que además de salirnos más barata, nos costará menos dinero en mantenimientos. Pero lo más importante es que es más pequeña y ligera. Por tanto más manejable, fácil de estibar y sobre todo, más fácil de disparar y utilizar en caso de necesidad. De 56 kilos para una balsa de 8 plazas, pasaremos a 46 kilos para una de 4 plazas, y con unas medidas algo más pequeñas.

 

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