El buceo nos permite bajar a los fondos marinos y descubrir
infinidad de formas de vida. Y lo que es más sorprendente….,
observar y disfrutar con sus comportamientos tan magníficos como
sorprendentes.
Anémonas, peces payasos, gobios, cangrejos, corales
de fuego, medusas y otras increíbles formas de vida parecen jugar al
escondite. Algunos seres como las medusas y anémonas lanzan dardos
venenosos terriblemente urticantes. Los hay quienes no dejan pasar
esta oportunidad para protegerse y aprovechar tan insólita
circunstancia.
El cromatismo de
esta anémona fotografiada en los fondos de Bunaken en Indonesia es
tan sorprendente como su diseño central psicodélico. entre los
dardos, nadan alegrementevarias crías de peces payaso
Las diminutas células conocidas como Cnidocitos
tienen minísculas espinas que se introducen en la piel del pez
intruso para envenenarlo… Salvo a los que son inmunes a estos
pinchazos como el precioso y valiente pez payaso. Este se protege en
la anémona urticante que utiliza como verdadera vivienda marina, a
cambio la defiende con valentía y decisión.
El simpático pez payaso sale de la anémona y hace
frente incluso a un buzo al que pretende intimidar con sus
simpáticos movimientos. El payaso necesita vivir en la anémona para
no perder su inmunidad al tóxico veneno, si permaneciera fuera de
ella por varios días sin tocar sus tentáculos acabaría perdiendo
esta inmunidad. La piel del pez payaso a su vez se hace tóxica
gracias a las toxinas de la anémona lo cual lo hace muy poco
apetitoso frente a otros depredadores. El juego es perfecto.
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Pero las medusas también hacen algo parecido con sus
venenosos tentáculos. Los pequeños jureles se protegen entre sus
tentáculos de sus posibles predadores. Casi como si fuera de una
madre protectora. Cuando los pequeños pececillos ya han crecido de
tamaño abandonan la medusa para agruparse en grandes bancos. Otros
peces como el Mupo Imperial se aprovechan de la protección de la
medusa que además le servirá como alimento y a la que irá
mordisqueando poco a poco hasta devorarla por completo!
Algunos cangrejos se esconden en un erizo para
protegerse entre sus púas. Sin embargo el cangrejo araña hace
lo contrario y aprovecha la urticante anémona para echársela a la
espalda y protegerse con ella a modo de “sombrero”. La anémona
recibe a cambio un estupendo medio de transporte. Tan sorprenderte
como otra especie de cangrejo que coge a un erizo (o es el erizo el
que se monta encima del cangrejo) con el mismo objetivo. Lo pudimos
comprobar en el estrecho de Lembeh en las costas de Sulawesi en
Indonesia. Cuando nos acercamos al cangrejo, este se inclinaba en la
dirección en las que nos aproximamos para mostrarnos las puntiagudas
espinas del erizo, el cual además orienta instantáneamente sus púas
en dirección del intruso. Nosotros.
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Impresionante! El erizo se desplaza sobre el cangrejo
protegiéndole de posibles depredadores. Él consumirá los restos de
alimento comidos por el cangrejo. Lo más bello son los colores
fosforescentes que muestra este bello ejemplar de erizo que
contrastan con su fondo oscuro.
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