Los peces avanzan
moviendo la cola a ambos lados, de izquierda a derecha y de derecha
a izquierda. Al mover la cola se apoyan en el agua situada detrás de
ella para empujarse y avanzar, o lo que es lo mismo, desplazando un
volumen de agua hacia atrás para conseguir una reacción hacia
delante. El empuje obtenido es perpendicular a la cola, y por tanto
sólo aprovechan la componente proyectada sobre la línea de avance.
El resto es contrarestado por el pez mediante un movimiento de la
cabeza de lado a lado.
En términos
generales, cuanto más grande es el pez más rápido será capaz de
desplazarse, con algunas excepciones como la del pez espadón, capaz de nadar en cortas distancias a la
terrible velocidad
de 60 nudos!
Pero el efecto
de remo de la cola de los peces es sólo una aproximación a la
realidad, hace muy pocos años los físicos han comprendido que el
tema es más complicado. Al desplazarse un cuerpo en el agua (o en el
aire) se producen torbellinos alrededor del cuerpo que se van
sucediendo a ambos lados.
El científico Alemán, Theodore Von Karman
descubrió este efecto hace ya algunas décadas, por lo que este
fenómeno observable perfectamente también en la atmósfera lleva el
nombre de ‘pasillos’ de Von Karman (Un submarino moviéndose en el
agua produce el mismo efecto que una isla sobre la que se desplaza
una masa de aire).
Algunos
peces se benefician de este fenómeno de la siguiente manera; Mueven
las agallas contrarias al lado del torbellino, para generar otro
torbellino en el lado contrario que girará en sentido, al que se
produce por el efecto VonKarman. El resultado es un chorro de agua a
propulsión justo en la ‘popa’ del pez!
Gracias a esta increíble
manera de nadar, el Atún o el tiburón azul, son capaces de nadar
de forma continuada a 30 nudos!
El efecto
conseguido es sumamente eficaz. Tanto que actualmente se estudia la
manera de imitar este efecto, para aplicarlo en la propulsión
mecánica de los submarinos.
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