No estamos hablando de contrabandistas…
Resulta
sorprendente navegar en alta mar y encontrar algunos pájaros que
descansan tranquilamente a flote y a varios días de vuelo
interrumpido para alcanzar cualquier costa. Solo los pájaros con
patas palmeadas pueden hacerlo y en general se suele tratar de
pájaros migratorios que se desplazan entre continentes o que viven
casi todo el tiempo en el mar como el Albatro de casi 3 metros de
envergadura. Estos animales pueden beber agua de mar ya que tienen
unas glándulas capaces de desechar salitre por la nariz, para evitar
el exceso de salinidad!
Algunos pueden haber sido arrastrados por alguna tormenta y no
pueden aterrizar sobre la superficie del mar ya que los pájaros no
palmeados no pueden posteriormente remontar el vuelo, quedando por
ello condenados a luchar contra los vientos o morir en el intento.
Hasta aquí lo que dicen algunos naturalistas en teoría, ya que hace
solo unos meses pude constatar con asombro, navegando con mala mar y
a 30 millas mar adentro a la altura de Lisboa, cómo dejamos a 100
metros por la amura de estribor una paloma de las que estamos hartos
de ver en las ciudades! Ella nos ve llegar y con esfuerzos remonta
el vuelo entre olas rompientes de 2 metros. La paloma intenta
aterrizar en la cubierta y es tal la fuerza del viento que se vuelve
al agua para nuestra frustración. Viendo que nos alejamos vuelve a
intentarlo esta vez estrellándose contra la vela y vuelta a caer al
mar!
Tras retomar fuerzas durante unas decenas de segundos y ya a
punto de perderla de vista, vuelve a levantar el vuelo y se aproxima
con mucho tiento y maniobra, para tomar esta vez en el lazy jack al
que se agarra con sus patas como puede. Viajó con nosotros hasta
llegar a tierra, dejándose coger y alimentar, sin rechistar de
lo asustada que seguramente estaba.
Agradecida
y ya fondeados en una cala tranquila muchas horas después, en vez de
emprender el vuelo se puso a descansar en una cruceta del palo toda
la noche. Por la mañana ya había emprendido el vuelo a su perdido
palomar. En agradecimiento hacia nosotros, no nos dejo ni una sola
excrescencia sobre nuestro querido velero!
|