
Son lejanos
parientes de los corales y de las anémonas de mar, uno de sus
principales predadores. Con más de 4.000 especies diferentes. Una de
ellas, la pelágica, resulta fantasmagórica en la oscuridad pues
brilla debido al moco luminoso que la envuelve al desplazarse. Seres
casi extraterrestres algunos de los cuales también viven en agua
dulce. Obtienen el oxígeno necesario para la vida a través de la
boca y por la piel.

A veces se
encuentran de forma aislada, aunque no es raro ver enormes
agrupaciones formadas por millones de ellas. Una de las más grandes
es la Rhizostoma de color blanco y del orden de 1 metro de diámetro,
aunque existen algunas de hasta 2 metros de diámetro con tentáculos
que sobrepasan los 10 metros de longitud. Los nematocitos de sus
células urticantes se encuentran en sus largos cilios productoras de
potentes venenos que en algunos casos son mortales al ser
neurotóxicos y citotóxicos.

Pero aunque nos
generen un sentimiento de repulsa al conocer su peligro, también
ofrecen una gran plasticidad en sus armoniosos movimientos y
rítmicos desplazamientos. El 95% de su cuerpo es agua siendo muchas
de ellas casi totalmente transparentes. Su cuerpo está formado por
un disco llamado sombrilla parecida al de una seta, con textura
gelatinosa y de la que parten los tentáculos recubiertos de dardos
urticantes. La medusa mediterránea es muy tóxica, auque nada que ver
con la terrible “avispa” marina que mejor no encuentre en sus aguas
del Noreste Australiano y de Papúa y Nueva Guinea.

Para poder
avanzar, su cuerpo proyecta un chorro de agua a presión produciendo
un lento movimiento de reacción que en la mayoría de las ocasiones
no supera el metro por minuto. Por ello la mayoría de ellas se deja
simplemente empujar por la corriente. Corrientes que las desplazan
por todos los mares del planeta pues existen medusas que viven en
mares tropicales o por el contrario en las gélidas aguas polares.

Se sabe bien
poco de su forma de vida, su interacción con los demás animales
marinos o sus ecosistemas. Se alimentan de pequeños peces y del
plancton y es posible que ocupen un lugar importante en la
regulación de los ecosistemas marinos.

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