A mitad del
pasado siglo no se sabía quién era el culpable de estas
picaduras y cuando Flecker encuentra la diminuta medusa e
intuye que podría ser la causante de los males, se deja picar
por ella para comprobar si la sintomatología coincidía con la
de afectaba a los bañistas locales.
El síndrome de
Irukandji
El síndrome de la
Irukandji es producido incluso por una ínfima cantidad de su veneno
y comienza con su picadura poco visible y con una potente sensación
de ardor en la piel con calambres insoportables en brazos y piernas,
dolor intenso en la espalda y en la zona de los riñones, seguido por
dolor de cabeza, nauseas, sudoración y vómitos. Al mismo tiempo
aparece taquicardia y aumenta la presión sanguínea mientras el
paciente experimenta psicológicamente la sensación de muerte
inminente, la cual efectivamente se produce en no pocas ocasiones.
Todo el cuadro puede darse entre 5 minutos hasta 2 horas, pero
siendo lo normal experimentar esta colección de desdichas en unos 30
minutos desde la picadura. Los síntomas pueden permanecer en el
enfermo desde unas pocas horas hasta varias semanas y en muchos
casos se requiere hospitalización.
Como otras
cubo-medusas de la familia, se consigue desactivar los arpones o
nematocistos adheridos en la piel del paciente mediante enjuagues
con vinagre y sin frotar. Pero el veneno que ya haya penetrado no se
verá afectado por los lavados con vinagre. Si encuentra
antiestáminicos, antihipertensivos, y antiinflamatorios en el
botiquín del barco, es el momento de utilizarlos. Algún opiáceo como
el fentanyl o la morfina es adecuado para controlar el dolor
insoportable que provoca su picadura.
Las medusas están
dotadas de una estructura sorprendentemente compleja para la
inyección del veneno. Cuando se activa un nematocisto, esta célula
se retrae y produce internamente una presión de 130 atmósferas
provocando la inyección ultrarrápida del veneno a través del arpón.
Aunque el veneno
es posiblemente el más letal de todos los conocidos de los animales
marinos, su pequeño tamaño y por tanto la ínfima cantidad de veneno
inyectado, no la hacen tan temible como su terrible familiar, otra
medusa de tipo "caja" conocida como "Chironex Fleckeri" o más
comúnmente "Avispa de mar" de unos 30 centímetros de diámetro y
tentáculos de unos 3 metros que se cobra unas 100 vidas al año.
Una medusa muy
frágil
Su cuerpo
transparente de un centímetro cúbico es tan frágil que sólo con
golpearse con el cristal de un acuario puede romperse. Quizás por
esta razón la naturaleza la haya dotado con un veneno tan ultra-potente
que deja inmovilizados de forma inmediata a los peces y presas que
roza. Se cree que también el veneno de la medusa "Carukia Barnesi" y
la "Malo Kingi" producen efectos parecidos.
No se sabe gran
cosa de estas medusas, aparte de encontrarse en aguas cálidas y
cerca de la costa hasta una distancia de no más de 2 millas, lo cual
no quiere decir que no existan en alta mar. La picadura de una sola
de ellas no es casi nunca mortal, pero el dolor es tan grande que
hace gritar al afectado, y si este recibe varias picaduras el
incidente puede acabar en desgracia.
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