Érase una vez hace cincuenta millones de años, unos mamíferos
terrestres llamados "Archaeocetos" que se aventuraron en el mar. Al
regresar al agua tuvieron que evolucionar para mantener su
temperatura corporal y evitar la pérdida de calor, hicieron sus
cuerpos más hidrodinámicos para moverse con agilidad y alegría,
adaptaron su fisiología para soportar muchas atmósferas de presión y
poder bucear hasta mil de metros de profundidad.
Convirtieron
sus brazos en aletas, desarrollaron un complejo sistema de
termorregulación para permitirles mantener el cuerpo caliente,
desplazaron su nariz hasta la parte superior de la cabeza y
escondieron las mamas y los genitales en pliegues de la piel.
Aprendieron
a comunicarse con sonidos y crearon el más sofisticado sonar con el
que podían “ver” a pesar de la falta de luz. Redujeron los latidos
del corazón y en cada respiración lograron acumular oxígeno en sus
músculos para poder aguantar sin respirar hasta una hora bajo el
agua.
Las ballenas son seres benévolos.
Sus grandes cerebros están menos sujetos a la violencia que muy a
menudo manifiesta el ser humano.
Pero también
evolucionó una especie de mono hasta llegar a convertirse muy
recientemente en su mayor asesino. En la actualidad la caza brutal
ha provocado la regresión de todas sus especies y si no terminamos
de regularla desaparecerán sin solución.
Es la pura realidad. Hasta
ahora todo lo que hemos aprendido de ellas ha sido para hacerlas el
mal. Por ejemplo, hemos aprendido que si arponeamos a sus crías,
todos los adultos la rodean para protegerla y así es más fácil cazar
a los padres! Esta es la crueldad del pescador, inconsciente del mal
que hace, como aquel loco capaz de quemar una obra de arte sin tener ni siquiera el
más mínimo atisbo de culpabilidad.
La
desgracia de las Ballenas
Recientemente se ha sabido que tienen un enorme y complejo
cerebro. Las ballenas están unidas entre sí por estrechos
lazos sociales. Para el hombre solo han sido gigantescas masas
de carne y grasa de las que extraer aceites y combustibles.
Ese es el valor que las damos y así demostramos nuestra ignorancia
e insensibilidad por otras formas de vida.
Durante años
las hemos perseguido por mares y océanos, llegando a diezmar
su población. Nunca nos ha importado si estos animales sufren,
si tienen derecho a su propia existencia, o si podían
proporcionarnos conocimientos.
Siempre hemos creído que estábamos por encima de las demás
formas de vida, pero
al decidirnos a estudiarlas nos hemos damos cuenta que muchas
de ellas son muy
inteligentes. Hemos entendido que el mundo de las ballenas es maravilloso.
Nos quedamos perplejos al comprender que solo hemos
empezado a vislumbrar el secreto de las ballenas.
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Todo
belleza
La ballena es
el animal más grande que existe en nuestro planeta, El rorcual común
puede medir hasta 30 metros y pesar cerca de 200 toneladas. Su
corazón es del tamaño y peso de un pequeño coche utilitario, su
lengua pesa como un elefante, y su cuerpo está recubierto de una
espesa capa de grasa de 15 centímetros que le permite mantener su
temperatura corporal entre los 36 y 37 grados, incluso en aguas
gélidas.
Su cola tiene
la envergadura de un pequeño avión y sus vasos sanguíneos son tan
anchos que incluso podríamos bucear por ellos. Su fina piel segrega
una sustancia humectante que facilita su resistencia hidrodinámica.
Su cuerpo es estilizado. Las dos extremidades anteriores están
transformadas en aletas. Las extremidades posteriores en la cola
están dotadas de una potente musculatura que las permite avanzar
hasta 25 nudos de velocidad. Sus orificios nasales se cierran herméticamente
cuando se sumergen y al salir a superficie producen el
característico resoplar de las ballenas.
Algunas
especies como el cachalote pueden llegar a permanecer una hora
sumergidos en apnea, llegando a descender hasta varios miles de
metros de
profundidad. Las ballenas se alimentan de formas diferentes,
dependiendo de la especie. Unas tienen dientes como la ballena
blanca, la cual se alimenta de grandes presas como el calamar
gigante, a los cuales atrapa recorriendo varios kilómetros bajo el
agua, tras detectarlos con su sonar en la más absoluta oscuridad
abisal.
Muchas de
ellas se alimentan del plancton que filtran en sus barbas formadas
por láminas córneas adosadas a la mandíbula superior que actúan como
un gran filtro. La ballena traga toneladas de agua de mar, que
después saca de la boca, filtrándola con dichas barbas. Grandes
cantidades de alimento quedan atrapadas, siendo recogidas por su
lengua.
Otras especies
sin dientes, tienen barbas más cortas. Se alimentan recorriendo el
fondo y hurgando en el limo con la boca abierta, filtrando así los
seres que se esconden en él: gusanos, moluscos y pequeños
crustáceos.
Las ballenas
suelen vivir en parejas o pequeños grupos, y se aparean en mares
templados o cálidos. Sus crías son capaces de nadar al nacer y
vienen al mundo con una longitud de 5 metros creciendo
aproximadamente 3,5 cm diarios durante los primeros meses de vida
para lo cual maman del orden de 200 litros de leche al día.
El período de
gestación para la mayoría de las especies varía desde un año hasta
16 meses y todos se caracterizan por un largo período de cuidado de
la cría y de amamantamiento de alrededor de un año.
Una de las
características más notables de las ballenas es su extraordinaria
habilidad para la ecolocación que consiste en la localización de un
objeto mediante la emisión y recepción de sonido.
Algunas
ballenas son solitarias, otras viven en grupos grandes compuestos a
su vez por pequeños equipos, cada uno con diferente función. La
variedad de hábitats y su sistema de organización son testigos de su
inteligencia. Los cetáceos son las criaturas más móviles del mundo,
migrando en el verano hacia las aguas templadas en busca de alimento
y en el invierno hacia los trópicos para aparearse y parir su cría.
La ballena jorobada tiene rutas migratorias que se repiten año tras
año, lo cual hace predecible su avistamiento en las aguas de la
costa oeste y noroeste de Puerto Rico durante los meses de invierno,
desde principios de noviembre hasta finales de abril. Las otras
grandes ballenas no tienen un patrón de migración tan marcado
haciendo que sus avistamientos sean más impredecibles.
La
caza de la ballena
Cuando
era divisada desde la atalaya, se transmitía la información
por medio de una fogata y las barcas salían en su busca. Tras arponearla, la remolcaban a tierra para despiezarla.
Se
aprovechaba casi todo; sus barbas eran la materia prima
utilizada para la elaboración de corsés y varillajes de
abanicos. Una parte de la carne se salaba, y otra se consumía
en fresco, estando considerada, junto con la lengua, un plato
exquisito. La grasa se derretía y se guardaba en barriles con
múltiples aplicaciones, pero sobre todo, para los candiles de
aceite que alumbraban las casas. Incluso los huesos se
utilizaban en la construcción de edificios o en muebles.
El mayor
depredador de las ballenas es, sin duda, el hombre. Hemos llegado a extinguirlas casi por
completo, provocando de esta manera otra vergonzosa masacre.
Una más…
Sólo en
1960 se mataron más de 60.000 ejemplares! En 1986 se aprobó
la prohibición internacional de comercializar los productos
derivados de estos animales. Por desgracia, no todos los
países aceptaron esta moratoria. Noruega, Islandia, Corea y
Japón continúan bajo la excusa de "caza científica" matando
ballenas. Noruega y Japón matan cerca de 1.000 ballenas cada
año bajo este pretexto.
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Las
Ballenas mueren varadas
Nadie conoce el
número de ballenas que han muerto en las playas. Sin embargo, se
comprueba que este trágico fenómeno
se está acelerando a un ritmo preocupante. Si los grupos de
mamíferos marinos que antes «encallaban» eran de 30 miembros, ahora
pueden llegar a ser de 300. Antes varaban en Australia, Nueva
Zelanda y Sudáfrica, pero en la actualidad se producen en cualquier
costa del mundo.
Todo un misterio.
Cada vez encallan más ballenas, cada vez ocurre con mayor
frecuencia, y cada vez pasa en sitios más raros. Desde hace unos
años, cualquier playa es buena para morir. Hace unas semanas, al sur
de Australia, murieron más de 300 cetáceos.
¿Qué está
pasando? Hay casos naturales, como el varamiento de 300 delfines hace
unos años en el litoral gallego cuando huían del ataque de unas
orcas. La contaminación por algas tóxicas también hace que estos
animales busquen aguas menos profundas. Apenas tienen fuerzas para
salir a respirar, se acercan al litoral y, a veces se ven atrapados
y sin posibilidad de dar marcha atrás.
Los
científicos coinciden en que generalmente, la desorientación es la
causa directa. Los cetáceos son, en su mayoría, gregarios y viajan
por los océanos siguiendo el camino marcado la ballena guía. Si éste se pierde, todos están perdidos.
¿Qué falla
para que un animal con una capacidad cerebral no tan lejana a la del
hombre no encuentre el camino? Las ballenas utilizan un sistema de
orientación por ultrasonidos parecido al de los
murciélagos. Emiten un sonido y éste rebota contra los obstáculos.
Una cavidad grasa, llamada "melón", les sirve para interpretar los
ultrasonidos y vibraciones de vuelta. El melón está situado en la
cabeza y su fluido graso es extremadamente sensible a cualquier
vibración, por pequeña que ésta sea.
Los
desperdicios vertidos al mar hacen que las especies marinas se
confundan. En 1997, una ballena quedó
varada en las playas de Santander y se descubrió una bola de 50
kilos de plástico que había obstruido su estómago hasta matarla.
Pero existen
otras nefastas razones como los radares y sonares militares
que perturban el ecosistema marino, emitiendo chirriantes
ultrasonidos. También producimos descargas eléctricas que alteran los campos magnéticos
en las explotaciones petrolíferas marinas. Las
sustancias químicas vertidas al mar afectan asimismo al oído interno
y a la percepción de los ultrasonidos, además de provocar taras de
tipo genético. En fin... ¡que el ser humano no tiene desperdicio en
su afán por hacer el mal!
Incluso
algunos cetáceos han cambiado sus rutas de migración por culpa de la
sobreexplotación y del incremento del tráfico marítimo.
Para los
expertos de Adena WWF se están alcanzando cotas históricas en el
número y periodicidad de los varamientos. Lo que está claro es que
la mano del ser humano se encuentra detrás de la mayoría de los
casos. Antes, simplemente las
cazábamos. Ahora además las volvemos "locas" al atacar también su
entorno, bajo la excusa de
nuestro progreso, que en ningún caso puede justificar los medios
utilizados.
Cuando comenzó
a ser conocido el fenómeno de los varamientos masivos de ballenas,
los seres humanos decidieron preguntarse qué razón habría para que
estos mamíferos se "suicidaran" en masa y de una manera que les
producía tanto sufrimiento físico. No hay tal.
La hipótesis
del suicidio es algo descartado por todos los científicos. Si muchas
ballenas acaban muriendo juntas en una playa es por su
comportamiento gregario y por su obediencia a un macho dominante.
Noticias como
éstas se producen varias veces al año, no sólo en nuestro país, sino
en todas las costas del mundo. A veces, los animales aparecen
muertos en la arena de una playa, a la que llegaron arrastrados por
las corrientes marinas y la marea. En otros casos los animales
aparecen vivos, lo que nos hace preguntarnos por qué un animal, que
aparentemente está perfectamente adaptado al medio marino, y que
además, es inteligente, es capaz de dejarse atrapar por la marea en
una tranquila playa.
Algunos
cetáceos son más susceptibles de varamiento que otros. Los
calderones parecen varar con más frecuencia que otras especies: los
vínculos sociales entre ellos son tan fuertes que se niegan a
abandonarse mutuamente y, como resaltado, gran número de ellos
pueden varar juntos.
Estos vínculos
sociales quedan muy claros como queda reflejado en el vídeo titulado "Réquiem por un bebé ballena"
de Carlos Virgili, donde una ballena calderón mantiene a flote,
durante tres largos días, a su pequeño bebé, muerto desde hace
varios días, con la vana esperanza de que comenzase a moverse de
nuevo.
Si acabamos por extinguirlas, habremos fallado en lo más
importante; el respeto por la vida. Tampoco llegaremos a
descubrir el significado sus cánticos. No conoceremos como logran bucear a tanta
profundidad, como se entienden entre sí. Habremos perdido para
siempre la belleza de estos seres vivos…. Los más grandes en
el planeta tierra.
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