A
diferencia de los demás peces, los atunes tienen la carne roja
indicando que tienen un circuito sanguíneo muy denso. Los peces de
carne blanca tienen poca vascularización y utilizan el glicógeno
para obtener la energía y poder nadar. Este tipo de músculos
permiten fuertes esfuerzos en periodos cortos de tiempo sin
necesidad de quemar el oxígeno necesario de forma inmediata. Por
ello la mayoría de los peces pueden efectuar acciones evasivas o de
ataque muy rápidas pero de poca duración. Estos peces de carne
blanca tienen solo dos bandas de carne roja a lo largo de la columna
vertebral. Los atunes tienen una vascularización alta en toda su
carne, lo que les permite obtener el oxigeno directamente de la
sangre. Esto les permite nadar con fuerza y de forma continua.
Pueden llegar a los 700 kilos de peso y 3 metros de longitud. Es
capaz de nadar a 30 nudos y atravesar todo el atlántico en 40 días
para acudir a la cita de su reproducción o descender a 1000 metros
si tener por ello problemas de presión o enfriamiento. Para ello
necesitan unos músculos bien diseñados que funcionen con sangre
caliente y puedan trabajar ofreciendo buenos resultados. La sangre
de los atunes está entre 10 y 20 grados por encima de la temperatura
del agua del mar, y esto les ofrece la posibilidad de nadar más
rápido que sus presas.
La mayoría de los peces tienen sus cuerpos a la temperatura del agua
en que se mueven ya que es muy costoso energéticamente mantener los
cuerpos calientes. La disipación del calor en el agua es unas 20
veces más alta que en el aire, y por ello los músculos rojos del
atún están recubiertos de músculo blanco que actúa como aislante
térmico. El atún es por estas razones uno de los peces más
desarrollados.
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