Varios cientos de personas mueren todos los años por causa de los
rayos, siendo Asia e India los países más afectados. En el mar
también mueren decenas de pescadores en sus barcos, aunque la
mayoría de los impactos no conducen a lo peor, pero si dejan
importantes secuelas.
Las tormentas
de verano pillan desprevenidos a casi todo el mundo y en pocos
minutos son capaces de generar una gran actividad eléctrica con el
riesgo que ello conlleva. En el mar no hay escapatoria, aunque si
existen normas que debemos seguir para minimizar el riesgo y el
peligro en caso de impacto de la descarga eléctrica.
¿A qué distancia
cae el rayo?
Está
erróneamente extendido que, como la velocidad del sonido en el aire
es de 340 m/s, para determinar la distancia a la que caen los rayos,
basta con contar los segundos entre relámpago y el trueno. Y
sin embargo esto está lejos de la realidad.
Pudimos observar en 'directo' estando navegando en una motora
frente a las costas de Tarragona, como el chispazo saltaba desde un
campanario en la costa hacia el cielo, más o menos sobre una nube
encima nuestro. Navegábamos muy cerca a uno o dos kilómetros de la costa de modo que
¿dónde está el fallo si fogonazo y chasquido fueron casi
totalmente simultáneos? Debería haber tardado 4 o 5 segundos a
razón de 340 metros por segundo...
La respuesta
está en que el trueno se desplaza por medio de ondas explosivas y no
mediante ondas acústicas ordinarias. Las ondas explosivas se
propagan a mucha más velocidad a razón de unos 12 kilómetros por
segundo lo cual representa una velocidad 40 veces mayor que la del
sonido en condiciones normales.
El rayo genera
ondas explosivas que se propagan a través del aire, y se escuchan
como ese típico y fuerte chasquido desgarrador inicial. Cuando el
efecto sonoro es fuerte y brusco, el rayo se ha producido muy cerca
del espectador, y las ondas percibidas son de tipo explosivo.
Cuando pasan
unos cuantos segundos entre la descarga eléctrica y el sonido, se
oyen ruidos sordos y de baja frecuencia que llegan al espectador,
esta vez sí, a la velocidad del sonido pues la onda explosiva
inicial ha sido absorbida en la atmósfera.
El sonido del
rayo viaja inicialmente a velocidades supersónicas y a medida que la
onda explosiva va desapareciendo, comienza la transmisión del sonido
a los famosos 340 metros por segundo, lo cual representa
aproximadamente una distancia de un kilómetro cada 3 segundos de
tiempo transcurrido entre el relámpago y el trueno.
Cuando el rayo te
cae encima…
Existen
numerosos relatos de personas que han sido impactadas por el rayo.
En algunos casos la muerte es fulminante pero en muchos otros las
consecuencias son leves o casi inexistentes. Desgraciadamente
existen también casos en los que se producen terribles secuelas para
toda la vida.
Dos personas
estaban pescando en un lago cerca de Toledo (USA) cuando un rayo
impactó el barco en el que se encontraban cómodamente sentados con
sus cañas.
Uno de los dos
amigos salió despedido fuera del barco completamente desnudo por
el rayo y sufrió quemaduras de segundo
grado en el 15% de su cuerpo! El otro sufrió heridas leves sin
necesidad de tratamiento alguno.
Las probabilidades de recibir un rayo
en barco
Existen
algunos estudios sobre el tema y si bien estadísticamente no son
todo lo significativos que quisiéramos, si que nos valen como
referencia para saber como es de peligroso navegar bajo una tormenta
con rayos.
La tabla
indica las posibilidades de ser impactado por un rayo bajo una
tormenta eléctrica y la gravedad del impacto para cada tipo de
embarcación. Naturalmente el podium se lo llevan los veleros por
culpa de sus mástiles metálicos que piden a gritos el salto de un
rayo desde los cielos. El riesgo decae muchísimo en las pequeñas
lanchas y se hace casi inexistente por ejemplo en las motos de agua.
Veámoslo.
|
Posibilidad de recibir un impacto por cada 1.000 rayos |
Gravedad del
impacto
(10
es lo peor) |
Catamaranes |
9,1 |
10 |
Veleros Sloop |
4,5 |
8 |
Yates |
0,86 |
7 |
Trawlers |
0,18 |
6 |
Lanchas
pequeñas |
0,16 |
3 |
Motos de
Agua |
0,003 |
1 |
En
zonas de mucha humedad como lo es el caribe y otras zonas tropicales
los valores de esta tabla suelen crecer hasta el doble, pues la
conductividad aumenta de forma notable con el grado de saturación de
humedad y el incremento de la temperatura.
¿Qué hacer en el mar?
Debemos tomar
algunas precauciones, muchas de ellas elementales y otras no tanto…
En los
momentos de mayor actividad eléctrica, permanezca en la cabina
preferiblemente tumbado y nunca toque objetos metálicos como el pie
de la bitácora o la nevera del barco.
Recuerde que
el 80% de nuestro cuerpo es agua “salada” muy buena conductora de la
electricidad. Tenga especial cuidado en no tocar la jarcia de un
velero y otras partes que hagan de “masa” eléctrica.
A ser
posible,
evite utilizar la VHF y demás aparatos eléctricos o electrónicos,
que dicho sea de paso, no estaría de más desconectar del circuito de
baterías.
Si es posible
quite o baje las antenas y cualquier otro elemento metálico que se
eleve hacia el cielo. Permanezca en la posición más baja del barco y
quítese cualquier tipo de anillo o collar metálico que lleve en el
cuerpo.
Si a pesar de todo el barco recibe el impacto de un rayo, debe
examinar inmediatamente la sentina y en general toda la superficie
de la obra viva en busca de alguna vía de agua. El punto por el que
sale el rayo puede perforar y generar una vía de agua circular y de diámetro variable
que a veces puede llegar a ser de varios centímetros.
Rayos durante la
vuelta a España Ride-Sea de Fondear
Durante la vuelta España "RideSea -Fondear" por las costas
del sur de Tarragona nos pilló una tormenta. La sorpresa no
fue tal, pues la verdad es que nos hicimos a la mar cuando estaba
claro que se pondría a llover. Pero deseábamos avanzar etapa y el
estado de la mar era relativamente bueno a pesar del riesgo de
chubascos.
Andábamos
enfundados en los trajes de agua y aguantando el cálido chaparrón
cuando la lluvia creció tanto en intensidad que decidimos poner el
motor al ralentí ya que el impacto de las gotas hacía daño en la
cara y además no veíamos mucho por donde navegábamos. Entramos en la
cabina para buscar unos guantes y capuchas, y justo al salir vimos
un enorme fogonazo, seguido por un chasquido brutal casi simultáneo
y al cabo de pocas décimas de segundo.
El potente y brutal “crack” suena como un
desgarro enorme seguido de otros pequeñas 'detonaciones' explosivas.
A pesar de estar a más de 1.000 metros del campanario en el que cayó
el rayo el impacto es extremadamente sorprendente.
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