Cuando se enfría
el aire, las moléculas de vapor de agua disminuyen su agitación
térmica, aglutinándose y formando pequeñísimas gotitas de agua. Al
ser muy pequeñas, la velocidad de caída es muy débil y la más pequeña
corriente de aire las permite flotar y mantenerse en suspensión. En
el cielo se llaman nubes y a nivel del suelo es niebla.
Cuando se unen
estas ínfimas gotitas, forman gotas más grandes cayendo con más
velocidad y sin posibilidad de flotar en el aire; Llega la lluvia.
Existen varios tipos de nieblas. Cuando una masa de aire que
proviene del Sur cargado de humedad choca con la superficie fría del
mar, se forma una niebla persistente y muy densa, llamada niebla de
advección que únicamente desaparecerá cuando el viento cambie de
dirección o desaparezca.
Cuando la tierra se enfría en una noche calmada sin viento se puede
formar una niebla en la superficie que desaparecerá cuando sople el
viento o el sol caliente lo suficiente.
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