Al fin y al cabo lo que
verdaderamente importa es el estado de la Mar; sus olas, la mar de fondo, si hay o no rompientes, o si los borregos
pueden seguir creciendo hasta convertirse en olas peligrosas.
Antes de
salir a la mar miramos la meteo de la cual se deducen los
vientos que a su vez producen las olas. Además de isobaras,
también se consiguen los mapas de viento y los correspondientes
al estado general de la mar. Pero existen también otros tipos de
mapas como los de la temperatura superficial del mar muy útil
para los pescadores, o incluso los de expresan las corrientes
marinas o hielos a la deriva.
El estado
de la mar
Tomando
mala mar de popa el velero ha de soportar una navegación
inquietante
(click para
verlo)
Cuando
escuchamos un parte meteorológico, además del viento prestamos
especial atención al estado de la mar y a su evolución. Este se
expresa en función de la altura media de las olas, y está
dividido en diez niveles desde el 0 correspondiente a la mar
“Llana”, al peor de los mares con olas monstruosas de más de 14
metros al cual llaman mar “Enorme”.
Sin ningún
oleaje Mar Llana
Olas hasta
10 centímetros Mar Rizada
Olas hasta
medio metro Marejadilla
Olas hasta
1,25 metros Marejada
Olas hasta
2,5 metros Fuerte marejada
Olas hasta
4 metros Mar Gruesa
Olas hasta
6 metros Mar Muy Gruesa
Olas hasta
9 metros Mar Arbolada
Olas hasta
14 metros Mar Montañosa
Olas
mayores de 14 metros Mar Enorme
¿Cómo se
producen las olas?
Cuando
sopla el viento sobre el mar como un espejo, en seguida este
empieza a presionar y arrastrarse sobre su superficie formando
las olas. Cuanto más fuerte sea el viento más grande serán las
olas formadas. Al cabo de cierto tiempo las olas adquieren el
tamaño máximo posible para cada fuerza de viento. Cuanta más
distancia exista en el mar, más tiempo tiene el viento para
conseguir levantar las olas a su máximo tamaño.
A esta distancia
se la conoce como “Fech”. Aunque sople un viento infernal sobre
un estanque, no conseguiremos ver grandes olas. Claro el “Fech”
es muy pequeño. A mayor Fech por tanto, mayores olas… pero hasta
ciertos límites, pues una vez alcanzado el tamaño máximo de la
ola para una fuerza de viento determinada, por más que tengamos
mucha distancia para ir levantando más la ola, esta permanecerá
en su máximo sin crecer más.
Pero el
estado de la mar es mucho más complicado que esto. Imagine que
ya se ha levantado la mar y las olas comienzan a viajar durante
cientos de kilómetros. En una zona muy lejana sopla otro viento
de otra magnitud y con otra dirección. Entonces en esta nueva
zona se levantan otras olas de otro tamaño y con otro “rumbo” de
propagación. Y a estas nuevas olas les llegan las olas generadas
en otro lugar. La suma de los los dos tipos de olas será el
estado de la mar que sufriremos. Al conjunto final se le pueden
sumar otros trenes de ondas provenientes de otros lugares hasta
formar un auténtico “batiburrillo”. En definitiva, el estado
final de la mar será la suma de los diferentes frentes de olas
formados en diferentes zonas del océano.
La altura de
las olas
Cuando
vemos indicado en un mapa meteo que las olas son de 2 metros,
debemos entender que esta es la altura media de las olas. Mejor
dicho, la altura media del tercio de las mayores olas. Es decir,
si los científicos miden por ejemplo 100 olas, de estas se
escogen las 33 más grandes y de estas 33 se calcula al altura
media. El valor es por ello conocido como H1/3.
Todo esto
quiere decir que si nos dicen que tendremos olas de 2 metros, en
verdad veremos algunas de ellas notablemente mayores. Si por
ejemplo nos anuncian olas de 4 metros, es normal que veamos con
cierta frecuencia algunas un 20% mayores de hasta 5 metros y
excepcionalmente quizá alguna mucho mayor. En un porcentaje muy
pequeño podría producirse alguna de hasta el doble del tamaño
anunciado.
Para
conocer la probabilidad de encontrarnos con olas grandes algunos
mapas indican el valor de las olas mayores como H1/10.
Para ello se tomará la altura media del 10% de las olas más
grandes. Es decir, de 100 olas medidas, nos quedaremos con las
10 más grandes, y de estas se sacará la altura media. Pero en el
mar todo es incertidumbre y nadie nos garantizará con plena
certeza que no vayamos a encontrarnos con la “madre” de todas
las olas.
Determinar
las olas y el
estado de la mar a partir del viento
A pesar de
las incertidumbres, existe la estadística y por tanto la
posibilidad de conocer lo que seguramente podemos encontrarnos
en el mar a partir de un viento determinado. A falta de mapas o
partes meteorológicos, podemos prever la altura de las olas que
encontraremos a partir de gráficos y curvas.
En el
gráfico vemos dos curvas, una en verde que debemos utilizar si
el viento lleva soplando solamente unas pocas horas y la roja
que es la que utilizaremos si ya lleva muchas horas establecido
y por tanto la altura de las olas ya ha alcanzado su máximo. En
el eje horizontal encontramos la fuerza del viento que estamos
soportando. Subiremos hasta cruzarnos con la curva adecuada, y
leeremos la altura de ola correspondiente en el eje vertical de
la izquierda.
Supongamos
por ejemplo, que un viento ya bien establecido desde hace horas,
que sopla con fuerza 7 a unos 28 nudos de velocidad de viento.
Entonces lograremos deducir que nos las vamos a ver con olas
suficientemente preocupantes y de unos 4 metros de altura
MEDIA; Mar
gruesa. Osea que tendremos muchas olas de 4 metros, algunas
esporádicas de 6 metros y con mala suerte alguna de quizás 7
o más metros!