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Llega el huracán: prepararse para lo peor

 

El huracán “Ike” destrozó recientemente todas las marinas del golfo de México. En Mallorca el pasado año unos vientos huracanados crearon grandes destrozos y desconcierto en Palma. Este año se esperan muchas más tormentas tropicales y de mucha más intensidad. ¿Qué hacer para proteger nuestros barcos?

Si planea tener un barco en alguna zona de riesgo como es el Caribe o en otras zonas tropicales expuestas a la mar, debemos tener un plan de emergencia que cubra todos los aspectos de un posible desastre. Un amigo en Mallorca me contó la amarga sensación de perder su goleta en aguas tropicales y lo que podría haber hecho para evitarlo. Con esto del cambio climático las cosas se ponen de año en año más serias incluso en nuestras latitudes. Acaban de anunciar una nueva tormenta llamada “Marco”, y la llegada de otro fuerte huracán para las próximas semanas. Con mucha previsión podremos evitar o al menos minimizar las consecuencias de estos terribles embates de la mar.

 

Truco 1: Empecemos con las marinas. Al estudiar los 10.000 yates afectados por el huracán “Ike”, se ha demostrado que los pantalanes flotantes pueden aguantar bien las embestidas del mar, aunque los más seguros son los pantalanes de hormigón. Los de madera dejan bastante que desear cuando las cosas se ponen realmente feas.

 

Truco 2: Cuando busque una marina para su barco, localice una que ofrezca protección natural. Los diques faraónicos fabricados por el hombre serán siempre presa fácil para los mares más aterradores. A modo de ejemplo, la Ría del Ferrol es un refugio natural que ofrece una seguridad imposible de igualar por los puertos protegidos mediante largos espigones ganados al mar. Estos acabarán reventando con el tiempo o en el momento más inesperado debido a un temporal de magnitud más fuerte de lo habitual. Sin embargo una bahía protegida, o una zona de marismas conectadas al mar mediante un estrecho paso constituyen lugares de máxima seguridad.

Por esta razón en Venezuela, los veleros se adentran kilómetros tierra adentro por los manglares de poco calado cuando se anuncian huracanes. De esta manera sólo tienen que lidiar contra las rachas de viento y no contra las olas y embestidas del mar.

 

Un caso increíble

 

 

Tras el paso del "Dean" por Martinica aparecieron destrozados cientos de barcos de todas las esloras. Peor aún,... otros no aparecieron...

 

Es el caso del velero Francés "Beija Flor" un Dehler de 34 pies de eslora.

A pesar de haber sido preparado a conciencia desmontando el bimini y otros apéndices así como instalar 3 anclas con largas cadenas y comprobadas una a una buceando. Tras el paso del huracán, el barco simplemente no estaba. Los vientos de 220 kilómetros por hora lo habían hecho desaparecer. Durante el paso del huracán el cielo se hace negro, todo sale literalmente volando lo cual hace imposible salir de las casas protegidas con maderas en sus ventanas para evitar posibles impactos. Las paredes crujen de forma siniestra mientras el velero lucha por sobrevivir. Los árboles son arrancados de cuajo.

 

El seguro pagó el barco 40 días más tarde, y lo increíble de la historia es que el Dehler 34 apareció perfecto y sin raspón alguno al cabo de mes y medio anclado en una costa de Jamaica a 900 millas de distancia!

 

 

 

Truco 3: Marina seca. Los barcos en varadero, apoyados en sus respectivas camas o bien apuntalados, están infinitamente mejor protegidos que los que permanecen amarrados en sus plazas. Es una cuestión de estadística como se ha podido comprobar tras el paso de tormentas tropicales en distintos lugares del mundo.

Si el barco se encuentra en una zona sometida a fuertes tormentas tropicales debe buscar una zona de varadero tierra adentro que se encuentre al menos a 6 metros por encima del nivel del mar. Esto minimiza mucho el riesgo de crecidas y azotes debido a las olas gigantescas.

 

Truco 4: Cuidado con el travellift, las grúas y otros remolques. La experiencia lo demuestra. Cuando un barco está suspendido de una eslinga, está en peligro de muerte al azotar las peores rachas de viento. La energía del viento crece según una función exponencial a la potencia cuarta. Si por ejemplo la energía de un viento a 20 nudos es de 100 unidades, al soplar al doble, su energía no es ni mucho menos el doble. Se habrá multiplicado por 16 veces. En nuestro ejemplo habrá pasado de 100 hasta 1.600! Eso significa que un viento huracanado de 200 kilómetros por hora es sencillamente asesino.

 


Truco 5: Ojo con las baterías y la bomba de la sentina. Muchos barcos se hunden sencillamente porque estas no funcionan o las baterías desfallecen en mitad de la tormenta. El desastre se hubiera evitado con una buena bomba vaciando el agua que entra debido a una escotilla arrancada, o una puerta perdida en un golpe de viento.

 

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