Este 2017, muchos centenares de barcos de todas las esloras quedaron totalmente destruidos en el Caribe. El negocio hotelero ha quedado aniquilado en varias islas y dañado en muchas otras. Una importante empresa de chárter en San Martin ha perdido, al paso del huracán "Irma", 70 catamaranes de los 72 que disponía en su flota. Y a los pocos días, otro huracán "Maria" arrasa Dominica, Puerto Rico, y vuelve a embestir contra San Bartolomé y los cayos de Florida… 3 huracanes consecutivos en el plazo de un par de semanas y algunos más avecinándose.

Con Irma se midieron vientos mantenidos de 298 kilómetros por hora, Lo que quiere decir, con rachas superando con creces los ¡300 kilómetros por hora! Irma tiene el record de haber sido el peor huracán en la historia del Atlántico, y como no podía ser de otra manera las flotas allí amarradas han sido literalmente diezmadas, especialmente en San Martin en donde será imposible alquilar nada de nada hasta los primeros meses del año 2018.

Las empresas de seguros se han topado con perdidas brutales y ya no suben sus primas. Simplemente se niegan a asegurar barcos que naveguen en estas regiones, lo cual complicará la náutica de recreo Caribeña, lo cual conduce al beneficio de otras regiones y al prolongamiento de otras temporadas de otras zonas como por ejemplo el Mediterráneo.

Los precios de los barcos de ocasión han ascendido de forma impactante simplemente porque no quedan unidades para preparar la próxima temporada de chárter para este año 2018. Las carteras de pedidos de Lagoon, Fontaine Pajot, etc, se han saturado y echan humo por intentar sustituir los centenares de barcos hundidos. Si usted quiere pedir un cata a los más importantes astilleros franceses y según qué modelo, es posible que tenga que esperar hasta  pasado el 2019. Y es que si un pedido de una empresa de chárter necesita 20 unidades… ¿a quien creé que un astillero dará prioridad?

A la caza del chollo

¿Es posible encontrar un "chollo" entre tanto siniestro y barco espanzurrado en aguas del Caribe? Son bastantes los que se han lanzado a esta aventura, y sin embargo es fácil equivocarse y subestimar los costes de la reparación.

No es raro, por ejemplo, que podamos encontrar un barco, que por año y eslora esté valorado en el mercado en pongamos 200.000€ por sólo 50 ó 100.000€. Pero tendremos que sumar una reparación de 150.000€ para volver a arbolar, sustituir velas y reparar daños importantes en cubierta, que finalmente suba en otros 80.000 € extras, pues también entró agua en el salón a pesar del aspecto seco durante su visita y que finalmente inutilizó toda la electricidad y la electrónica del barco y dañó parcialmente el motor principal.

Al final el armador siniestrado recuperó los 200.000€ del seguro que escarmentado no volverá a producir más pólizas en barcos navegando en las Antillas. Usted pagó en total más de lo que cuesta el barco en el mercado, habiendo soportado infinitos disgustos. Y la empresa de "refits" hizo su agosto al haber reparado multitud de barcos parecidos al suyo.

Está contrastado. Las empresas de reparación de barcos en el Caribe están desbordadas y tienen en cartera un buen número de reparaciones, lo cual no es muy buena noticia si pretende negociar a la baja el monto de un posible refit.

El problema irá a peores

Tras un verano muy cálido con la temperatura del Océano Atlántico recalentada, no era raro esperar tormentas tropicales desde las costas africanas que al avanzar hacia el Oeste crezcan en intensidad hasta convertirse en brutales huracanes. Año tras año se baten los registros de temperaturas y este próximo 2.018 volverá a hacer más calor que en 2.017.

Lo único que queda por saber son los nombres de los 4 ó 5 próximos huracanes de potencia desmedida que volverán a arrasar con furia las Antillas dentro de unos meses. Está asegurado y la incógnita es si cruzarán un poco más arriba o más abajo y contra quién impactará la fuerza bestial.