Las normasreferentesalostítulosnáuticostenderánaunificarseconelrestodeEuropa.Enalgunospaíses,comoEspaña,seexigeeltítulonáutico,mientrasqueenotros
países sepuedellevarelbarcosinnecesidaddeposeerningúncarnet.
La polémica es evidente ante las profundas
diferencias entre las normativas europeas. Y lo que es claro es
que, a medio plazo, sólo una norma debe prevalecer para todo el
territorio europeo... ¿Pero cuál?. Algunos profesionales abogan
contra la abolición
de la titulación náutica,
mientras que otros la defienden como algo imprescindible. Lo
único cierto es que en algunos países europeos como España es
necesaria y en otros no lo es.
¿Por qué ES necesario?
Son muchos los países que actualmente exigen una titulación náutica
adecuada al tipo de barco que vamos a navegar. Si incluso para
llevar una moto pequeña de carretera es necesario sacarse el carnet
oportuno, ¿por qué no habríamos de exigir un
conjunto de titulaciones para llevar los barcos?
De la misma forma no es lógico permitir a nadie pilotar una motora
de alta potencia sin haber demostrado al menos un mínimo de
conocimientos sobre su manejo y aptitudes necesarias.
La experiencia demuestra que incluso con la obligatoriedad de
títulos, una minoría de armadores ignorantes causan peligros y
generan situaciones inconvenientes y molestas a la inmensa mayoría
de los aficionados.
El mar y la náutica de recreo nos ofrecen enormes satisfacciones,
pero es necesario conocer los límites para nuestra seguridad y saber
cómo intentar evitar las situaciones comprometidas. Una formación
mínima debe alertar a cualquier nuevo aficionado sobre la
complejidad y dificultades que entrañan cada tipo de modalidad
náutica y los peligros derivados de su práctica.
¿Por qué NO es necesario?
Hay un montón de personas que confunden la tenencia de una
tarjeta de plástico que dice PER o PATRON con las competencias
que una persona debe poseer para pilotar un barco. En la práctica
casi no existe ninguna relación entre ellas y lo que es peor, el
aprobado de un título llega a convencer a la persona de su
equivocada capacidad para llevar un barco.
El título náutico debe garantizar un mínimo de formación y sobre
todo un mínimo de conocimientos básicos de seguridad en el mar. Pero
las estadísticas son claras y no existen evidencias que indiquen que
las personas con titulaciones mejoren su seguridad o se salven más
que las que no lo tienen. Y esto da mucho que pensar...
Lo que sí ha demostrado salvar vidas en la mar es la pericia y el
conocimiento adquirido por la experiencia, características que no
tienen nada que ver con el hecho de poseer el título náutico. Por el
contrario se trata de una labor individual conseguida gracias la
inquietud personal de cada cual por formarse y aprender poco a poco
con la práctica.
Vivimos tiempos muy difíciles, con una crisis económica tan profunda
como demoledora. Unos tiempos en los que todo cambio debería seguir
el rumbo de la simplicidad, y de la simplificación de los procesos
administrativos. Unos cambios que simplifiquen las barreras y las
trabas a quienes desean adentrarse en el mundo de la náutica de
recreo.
La virtud: El término medio
¿Cómo será la Europa de nuestros hijos? ¿Existirá una titulación
náutica común europea? Deberá prevalecer una unicidad de criterios
común a toda Europa. Una formación que fuera
práctica y útil. La unificación de criterios debería enriquecer y
animar a todos los que se adentran en el mundo de la náutica de
recreo, con una formación asequible y común a todos los países de Europa, evitando la necesidad de
convalidaciones y otros gastos administrativos que no hacen más que
entorpecer el crecimiento de nuestro debilitado sector.