La demanda de amarres en España es bastante mayor
a la oferta disponible, lo cual hace subir los precios hasta
cifras desorbitadas en algunos casos. Sin una plaza de amarre
olvídese de tener barco. De hecho hay muchos aficionados a la
náutica que condicionan la compra de su embarcación a la
existencia de una plaza en donde amarrar. En bastantes casos
ésta puede llegar a costar tanto como el propio barco, o incluso
más, especialmente en los sitios más codiciados de las Baleares
y otros puertos de moda del Mediterráneo.
En alquiler las cosas no van mucho mejor y a modo
de referencia podemos citar la desorbitada cantidad que
tendremos que pagar por una plaza mensual en Ibiza, para un
barco de 12 metros; alrededor de 6.000 € durante los meses de
Julio o Agosto. Aunque como podrá imaginar estos son los casos
más llamativos y extremos. Esta misma plaza en cualquier otro
puerto de las Baleares llegará a costar una cantidad similar o
algo mayor, pero por todo el año, lo cual ya es más razonable.
Si miramos hacia otras costas Españolas, en regiones como
Galicia la misma plaza bajará hasta menos de la mitad y por todo
el año, ofreciendo amarres de más calidad con “fingers”
dedicados para cada plaza.
¿Que qué es un “finger”? El anglicismo no deja
lugar a dudas. Se trata de un “dedo” de madera flotante todo a
lo largo de la amura del barco, lo cual facilita enormemente las
maniobras de amarre y hace de barrera y separación frente al
vecino de pantalán. En los afamados puertos del Mediterráneo es
casi imposible encontrarlos. ¿La razón? Cuestión de espacio. Si
se quitan caben muchos más barcos en el puerto deportivo y
cuándo las plazas están a precio de oro….
Si busca un amarre lo primero que debe plantearse
es si prefiere el alquiler o la compra en concesión. La compra
es por un número determinado de años y como máximo 30 años,
cifra máxima que ofrece el Estado a los puertos deportivos para
la explotación de los amarres. Bien es cierto que en muchos
casos cuando acaba la concesión esta se renueva, pero garantías
no hay ninguna. Que se lo pregunten sino a los armadores del
Puerto de Ibiza o del Puerto de Menorca. Se acaba la concesión y
cambia la empresa concesionaria. Los actuales propietarios
tendrán posiblemente que volver a pagar muchos millones de
pesetas para seguir disfrutando de su amarre. Aunque estas
situaciones son atípicas, bien es cierto que están ocurriendo y
que cuando uno adquiere un amarre, lo que compra es su disfrute
hasta el fin de la concesión. Por tanto….
¿Prefiere
comprar o alquilar?
El alquiler tiene muchas ventajas, pues además de
no tener que desembolsar una cifra muy elevada, y poder utilizar
este capital en otros negocios más rentables, se goza de la
libertad de poder cambiar de puerto a nuestro antojo, para poder
conocer y disfrutar diferentes zonas de navegación. Es cierto
que un amarre en propiedad puede ser alquilado a terceros, pero
esto significa otra preocupación más, por si no fueran
suficientes las propias derivadas del barco. Un yate, sea de
vela o de motor significa libertad, y por tanto… ¿porque
“amarrarse” a un único puerto deportivo?
Cuando busque un amarre debe tener en cuenta
además de la calidad del amarre, la seguridad del puerto. No
sólo frente a posibles malhechores y gamberros. Asegúrese de la
protección del puerto frente a la mar. Cuando la mar se enfada,
las cosas se ponen tan serias que en algunos casos desaparecen
los espigones devorados por el Dios Neptuno. Así ha ocurrido en
varias ocasiones en los últimos años y en nuestro litoral.
Cuando esto sucede lo normal es que se hundan unos cuantos yates
y que muchos sufran serios desperfectos. Una excelente póliza de
seguros es la única garantía real.
El náutico deportivo debe ofrecer unos servicios
básicos, normalmente complementados con restaurantes de mejor o
peor comer, así como todo tipo de servicios de valor añadido,
como lavanderías, talleres, baños limpios y bien acondicionados,
piscina, Wi-Fi, etc… Pero ojo con los bares. Conocemos algunos
puertos deportivos en los que la “fiesta” dura hasta largas
horas de la madrugada. Si usted es un joven veinteañero
acostumbrado al “cubata”, seguramente le agrade, pero lo normal
es que este tipo de “pubs” acabe siendo una pesadilla o cuando
menos un insomnio.
En definitiva, para elegir un buen amarre debe
valorar bastantes aspectos algunos más prioritarios que otros, y
que pueden hacer la diferencia entre gozar plenamente de su
barco, o por el contrario convertir su afición en un auténtico
infierno.
10 Trucos para
encontrar el mejor amarre
1) Compra
o alquiler:
Usted decide, pero en cualquier caso compare y busque las nuevas
marinas actualmente en construcción. Conseguirá mejores
condiciones y modernos servicios a su disposición.
2
2) Elija
con tiempo:
Para alquilar o para temporadas cortas, reservar el amarre con
meses de antelación. Le permitirá localizar lo que realmente
esté buscando.
3) Busque
un puerto seguro:
No es broma. De vez en cuando un espigón es arrastrado por la
mar generando serios desastres.
4) Tranquilidad
o mucha marcha:
A veces no existe el término medio. Naturalmente preferimos los
pantalanes alejados del ruido y la vida mundana. Para eso ya
tenemos las ruidosas ciudades.
5) Tipo
de amarre:
Con “Finger” mucho mejor, pero son difíciles de encontrar. La
calidad del amarre va mucho más allá. Dentro de un náutico
deportivo, existen amarres en los que la maniobra de atraque es
sencilla o por el contrario se hace más complicada.
6) Las
tomas del pantalán:
Cada puerto tiene un tipo de enchufe y de toma de agua
diferentes. Pero con dos o tres adaptadores conseguirá poder
tomar luz y agua de cualquier amarre, sea el que sea.
7) Amarrar
de proa o de popa:
Muchos barcos lo hacen de popa pues facilita el embarque y
desembarque. Pero tenga en cuenta, sobre todo si es neófito, que
amarrar un velero por la popa es más difícil pues el barco tiene
menos capacidad de maniobra. Con independencia de ello, amarrar
de proa tiene la ventaja de disfrutar en la bañera de popa de
una mayor intimidad frente a los curiosos que pasean por los
pantalanes.
8) Servicios
de calidad:
Es muy grato encontrar unas duchas limpias y bien equipadas, así
como poder disponer de un buen mecánico que sepa solucionar
cualquier imprevisto.
9) Ojo
a los mosquitos:
En algunos puertos deportivos. En cuanto cae la tarde, a pesar
de encontrarnos en el mar es posible que sea invadido por los
mosquitos. Téngalo presente por si llegara el caso, y contra
atacar con matamosquitos y equipar las escotillas con
mosquiteras.
10)
Puerto extranjero:
¿Una locura? ¡Ni mucho menos! Las cosas como son. La
administración actual no apoya nada la nautica de recreo, lo que
hace que las ofertas en el extranjero sean cada vez más
“atractivas”. Un amarre en Croacia, Grecia o en el Caribe
cuestan en igualdad de condiciones, menos de la mitad. Esta
diferencia puede dar para comprar bastantes billetes de avión.
Considere la alternativa…
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