Estamos hartos de ver lanzar amarras desde el barco al marinero,
para descubrir que el chicote que queda en el barco no se ha hecho
firme en ninguna bita o cornamusa. Vista desde tierra, la situación
es hasta divertida, pero se puede perder la amarra y ver cómo se
hunde en mitad del puerto sin solución o dar al traste con la
maniobra. También es bastante normal hacer firme el cabo en el barco
pero lanzarlo sobre la línea de guardamancebos lo cual puede hacer
bastante daño al barco en situaciones de mucho viento.
5.
PIDA OTRO AMARRE. NO SE CORTE
Si
no lo ve claro y cree que la maniobra es demasiado comprometida para
el amarre ofrecido, pida al marinero otro amarre que pueda ser más
sencillo con aproximación más fácil o sin viento cruzado. Lo
mejor es llegar al amarre con viento de proa. Si hay amarres de
sobra, la marina no debería poner problemas pues son los primeros
que no quieren problemas y no desean ver a un barco dando golpes a
otros vecinos de pantalán.
6. AMARRAR DE POPA o PROA
Cuando la situación es delicada, recuerde que la amarrada de proa es
normalmente más sencilla especialmente con veleros de poco
afinamiento. La maniobra de popa, especialmente si no dispone de
ayuda con hélice de proa puede ser difícil por la falta de
maniobrabilidad de muchos barcos en marcha atrás. Si no se siente
cómo en marcha atrás atraque de proa pues el barco responde mucho
mejor y ello facilita la maniobra, además conseguirá más intimidad
en la bañera una vez amarrados...
7. AVANTE POPA y CON
BRÍO
Con
barcos de marcada ineficacia al avanzar marcha atrás, la única
manera de amarrar de popa y sin hélice de proa que nos ayude,
consiste en llevar el barco con bastante "alegría" y velocidad para
que tengamos gobierno en el timón.
Debemos entrar en el amarre con decisión pero muy atentos a la
llegada pues solo unos metros antes de alcanzar el pantalán es
cuando debemos meter un fuerte acelerón avante para detener el barco
y dejarlo clavado en su sitio.
8.
PUNTO DE NO RETORNO
Al
entrar en un amarre existe un punto a partir del cual si la maniobra
va mal ya será muy complicado enderezar el problema. Debemos estar
atentos y además de centrarnos en meter el barco en su sitio, tener
siempre en mente una maniobra de escape si decidimos abortar la
maniobra.
Es
MUCHO mejor abortar la llegada y repetir toda la maniobra desde el
comienzo que intentar enderezar lo imposible. Y si tiene que
abortar 4 veces, no se corte aunque haya vecinos en la zona. Recuerde
que la práctica es la mejor experiencia y una maniobra bien hecha en
tercera tentativa es SIEMPRE mucho mejor que un desastre a la
primera.
9.
LA TRANQUILIDAD de IR “defenDIDO”
A
pesar de todos los pesares, a veces las cosas no salen como estaban
previstas y por ello llevar un buena cantidad de defensas defenderán
el barco de posibles impactos contra el vecinos, o lo que es peor…
frente a duro pantalán de hormigón.
Una
primera línea defensiva a base de defensas no hará que maniobremos mejor, pero nos permitirá ir más tranquilos frente a eventualidades
lo cual nos permite centrar nuestra atención en la maniobra, que a
la postre es de lo que se trata.
Tenga cuidado con la altura a la que situamos las defensas. Si van a defender
el barco de un muelle de hormigón, estas deben estar en su
altura media en la zona que sobresalga más el muelle. Observe si
tienden a salirse en cuyo caso debemos aflojar el cabo que las
sujeta al guadamancebo para bajarlas 10 ó 20 centímetros.
10.
Ojo con la marea
Si
el puerto se encuentra en un estuario o en la desembocadura de un
río sometido a la fuerza de las mareas… ¡Ojo con las corrientes!
Antes de entrar en una zona estrecha, fíjese hacia donde se dirige la
corriente pues puede hacer imparable el movimiento del barco.
Debemos hacernos una idea de su intensidad y tener presente que esta
puede variar bruscamente en diferentes zonas de la marina.
Si
tiene que maniobrar en una corriente, dirija la proa a la corriente
lo cual puede hacer más lenta la maniobra pero segura, ya que en caso
contrario es probable que se quede sin plano de agua al ser
arrastrado por la corriente.
Pero si no se siente seguro, es mejor aguantar unas horas a que la
corriente se anule con el cambio de mareas ya que con corrientes
fuertes el plan "B" simplemente NO existe.
11.
PENSar en el viento
Amarrar con viento
fresco llega a ser un desafío… Y el mejor
antídoto es la velocidad. Con vientos fuertes hay que hacer las
maniobras a buena velocidad lo cual reduce los tiempos de reacción y
requiere sangre fría pues en caso de no parar a tiempo la arrancada…
Si
maniobramos lentos bajos vientos fuertes el barco se convierte en
una boya ingobernable, especialmente cuando este es racheado.
Velocidad y mucho atención son la clave para lograr buenas maniobras
en condiciones duras.
12. USO de SPRINGs
Cuando vamos en solitario o con tripulación muy reducida, un spring
lanzado a tiempo puede asegurar el barco mientras ajustamos las
amarras lanzadas a tierra un momento antes.
Al
amarrar de costado a un muelle prepare 4 amarras una desde proa
hacia la parte de proa del muelle, otra desde popa hacia la popa y
dos springs cruzados, uno desde la parte media a popa del barco
lanzada hacia la proa del muelle y otra contraria desde la parte
media de proa del barco hacia la zona de popa del muelle. De esta
manera evitamos que el barco puede moverse hacia adelante o hacia
atrás.
13. ORGANIZAR a lA tripulaCON
Puede parecer de cajón, pero si ha navegado con amigos sin
experiencia en asuntos del mar, lo tendrá claro. Ante una situación
para usted obvia, no cuenten con que vayan a saber qué hacer. Una
persona sin experiencia dejará que el barco se golpee contra el pantalán,
simplemente porque no sabe que una defensa movida al sitio adecuado
puede salvar el impacto. ¡Explíqueles con antelación!
Antes de entrar a puerto asigne una labor específica y concreta a
cada uno e indique claramente lo que debe hacer y cómo llevarlo a
cabo. Tras una larga jornada de navegación la tripulación está
cansada y hasta de mal humor. Por ello es especialmente importante
explicar en detalle la función de cada uno, para lograr amarrar a la
perfección y poder descansar a gusto.
14. GUANTES PARA COGER LA GUÍA
Cuando se trata de agarrar la guía para buscar la amarra hundida en
mitad del canal, casi siempre está tapizada por moluscos y otras
formas de vida capaces de destrozarnos las manos si la hacemos
deslizar por nuestra mano mientras avanzamos hacia el extremo del barco contrario al
pantalán.
Algunos usan un bichero para ir avanzado poco a poco, pero lo más
práctico es ponerse un guante de cuero o de neopreno como los
utilizados en buceo para hacer esta parte final de la maniobra de
forma más rápida. Es importante lograr tensar el barco por el lado
contrario al pantalán sin que nos demoremos demasiado en ello.
15. USAR MUELLES DE PANTALÁN
La
parte final de la maniobra consiste en ajustar todas las amarras en
su justa medida para que el barco quede bien centrado en el amarre.
Pero si vamos a dejarlo por mucho tiempo el uso de unos buenos
amortiguadores es fundamental.
Con
el movimiento de las olas, los tirones producidos por las rachas de
viento y los movimientos de escora producen esfuerzos muy
importantes que se traducen en fuerzas y cargas puntuales muy
fuertes. Por ello hay que amortiguar tales esfuerzos ya que en caso
contrario las amarras se destrozarán rápidamente por muy gruesas que
sean.
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