La arena de playa tiene muchos orígenes. En los continentes suele
proceder, del desgaste de los materiales aportados por los ríos. En
las islas volcánicas por ejemplo en Canarias vemos por ello
preciosas playas de arena negra. Entre la arena podemos observar
pequeños fragmentos de conchas que se van machacando por la agresiva
acción de las olas, especialmente durante las tormentas.
Pero existe una fuente de arena importante producida por algunos
peces, como los preciosos peces Loro, que ‘comen’ literalmente el
coral a bocados para expulsar sus restos convertidos en finas
arenas.
Esta erosión biológica les permite alimentarse de las algas que
habitan en interior de la pared calcárea del coral. Un solo pez loro
es capaz de producir ¡una tonelada de arena al año!
Para que se forme una playa tiene que
darse ciertas condiciones que lo permitan. Para empezar tiene que
ser posible que se acumulen los sedimentos. Pero no sólo deben
acumularse, debe ser mayor la acumulación que la erosión, porque si
no fuera así la playa acabaría desapareciendo.
Las playas
están en permanente cambio debido a la acción del oleaje, los
eventos climáticos (tropicales y extratropicales) y también por la
acción del hombre
|