entre estas islas,
conforman la enorme e intensa corriente Sur-ecuatorial del Indico.
Pero allá donde hay fuertes
corrientes cercanas a las costas hay aporte de nutrientes y
por tanto hay mucha vida marina. La corriente se deja ver
incluso en superficie, que al chocar contra islotes y
pináculos se desvía hacia las capas de aguas someras en donde
se generan diferentes torbellinos y chorros ascendentes ¡Y
pudimos bucear en ella con fuertes emociones!
Un lugar
excepcional para la navegación y el buceo
Las islas situadas al
este de Java
desde Bali hasta Timor crean una barrera de separación entre estos
dos océanos. Entre las islas existen tortuosos pasos y estrechos
canales que hacen las veces de embudos para estas corrientes
marinas. Algunas islas, como por ejemplo Flores, son mucho más verdes
que las situadas más al este, ya cerca de la isla de Timor con climatología más
árida. El contraste se manifiesta al navegar por estos pasos que,
de alguna lejana manera, nos recordaban a las rías de Galicia pero
muchísimo más largas y profundas.
La diferencia de nivel
en las aguas de estos dos Océanos puede alcanzar cerca del medio metro, y es debido a
la fuerza de arrastre de los vientos alisios combinada con las
corrientes y reforzado por la diferente densidad de estos dos
océanos que produce una diferente dilatación de la masa de agua en
estos dos inmensos mares.
Un descomunal
volumen desde el Pacífico hacia el Indico
El resultado: ¡El
mayor chorro de
agua del planeta! Millones de toneladas de agua atraviesan cada
segundo los canales entre estas islas. El volumen es tan
inmensamente grande que no suele medirse en metros cúbicos y mucho
menos en litros por segundo!
El oceanógrafo noruego Harald
Sverdrup propone una nueva unidad de flujo equivalente a un millón
de metros cúbicos por segundo. Para hacernos una idea de cuánto es
un “Sverdrup” podemos imaginar un río de 100 metros de anchura y
una profundidad de 10 metros avanzando continuamente a 4 nudos de
velocidad. Ahora multiplique este río por 500 para conseguir un
chorro salvaje de 500 ríos avanzando todos a la vez...
Esto es un “Sverdrup”, y en estos
mares de Bali, Flores y Alor, se calcula una circulación de
transferencia de agua de entre 20 y 22 Sverdrups, o sea unos 10.000
de estos enormes ríos submarinos…
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Fuertes corrientes
al sur de Indonesia
Ahora imagine todo este descomunal
volumen de agua acercándose por el mar de Banda, dividiéndose en
sus varios pasos mientras colisiona contra el fondo y genera
corrientes y flujos de agua irregulares al chocar contra la
orografía submarina.
De todos estos pasos, el estrecho
entre la isla de Bali y Lombok de 35 kilómetros de anchura se
"come" el 20% de todo este inmenso flujo, unos 1.500 de estos
“ríos” imaginarios. Se entiende que en estas aguas exista una rica
vida marina que es aprovechada por los numerosos centros de buceo
locales para hacer inmersiones con mantas y otros grandes
pelágicos.
Pero las corrientes son importantes
y hay que estar preparado para cualquier eventualidad. Incluso un
ministro de turismo indonesio amante del buceo se "perdió"
arrastrado por una de estas corrientes tras finalizar su
inmersión, hasta que fue rescatado tras una larga jornada de búsqueda
y después de 10
horas. Y la temperatura que normalmente en este área del planeta
ronda los agradables 28 grados centígrados puede descender a los 20 o incluso
hasta 14 ºC, de modo que no es mala idea ponerse un traje semi-seco
o incluso seco para los más frioleros. Pero lo más importante es
llevar un localizador GPS o un AIS y tener claro con el
capitán del barco el procedimiento de localización tras la
inmersión que puede acabar en superficie en un lugar bien alejado
del punto de inmersión.
En esta zona entre las islas de
Bali
y Lombok el fondo marino se levanta desde los 1.500 m de
profundidad hasta 400 metros para volver a caer a 1.500 metros
acabado el estrecho y llegar rápidamente a 6.000 metros de
profundidad al finalizar la cuenca de Lombok ya en el Océano
Indico. En estas islas situadas en mitad del estrecho
descubriremos junto con las costas de Komodo y Raja Ampat algunas
de las más bellas inmersiones del planeta.
Estas corrientes arrastran desde el
Pacífico una inmensa masa de plancton, huevos, larvas y diminutas
formas de vida que forman el alimento de grandes especies que
encontramos en estas aguas, como por ejemplo el tiburón ballena o
las mantas. En ellas coexisten 4.000 especies marinas que podemos
comparar con las solo 400 especies diferentes del Caribe o las
aproximadamente 1.000 especies que alberga el mar Rojo.
Navegar en
Indonesia
Para los que decidan llegar
navegando en su propio velero, las leyes han cambiado
recientemente para mejor y ahora es trivial conseguir un permiso
de 3 meses con poco papeleo y con mucha facilidad para
extenderlo hasta el medio año, lo cual representa un buen período
de tiempo para descubrir toda la riqueza que ofrece el
archipiélago Indonesio.
Pero como un largo periplo requiere
una importante preparación y dedicación de tiempo y recursos,
optamos por hacer chárter local lo cual tiene muchas ventajas si
dispone de poco tiempo. La tripulación se encarga de todo y nos
permite simplemente disfrutar sin necesidad de conocer las
particularidades y trucos de la navegación local que a veces puede
resultar bastante complicada por las corrientes.
La costas de las islas de
Bali,
Lombok, Sumbawa, Komodo, Flores, Lembata, Alor y hasta Timor, son
tan extensas que podríamos pasarnos un año de travesía, fondeando
y conociendo la riqueza de las tierras del interior. Muchos
conocen la isla de Bali por ser un clásico destino turístico y han
disfrutado con la belleza de sus recónditos paisajes del interior o la variedad
de su cultura y templos milenarios. ¡Y esto es solo en la isla de
Bali!
La región es enorme y desde el mar
se descubren infinidad de canales, pasos, bahías remansadas,
lagunas marinas, y rincones rebosantes de encanto que le dejarán
entusiasmado. Como puede imaginar no existen marinas de ningún
tipo ni facilidades o instalaciones en las que abastecerse, por
lo que tocará detenerse en los numerosos pueblos costeros para
comprar frutas, verduras y otros alimentos. El suministro de agua
dulce es complicado y conviene ser autosuficientes como toca en
una expedición de esta categoría.
Cada poblado tiene el derecho sobre
sus aguas costeras y por ello si queremos bucear o pescar, es del
todo fundamental acercarse al poblado para pedir permiso, sin lo
cual podríamos arriesgarnos a tener un desencuentro importante y
bastante desagradable. Pero si nos comportamos con el debido
respeto por sus tradiciones y costumbre, sus gentes son afables y
nos recompensarán con sinceras sonrisas.
De visita... en un
poblado de pescadores en Lenhata
Bucear en Pantar
Cuando navegamos cerca de Pantar, el
fenómeno de estas corrientes era visible de forma más que evidente
desde la cubierta de nuestra Phinisi. El agua se arremolinaba en
superficie y anulaba el suave oleaje debido a los chorros que
subían con fuerza a la superficie para en cualquier otro punto
definir otros hilos de corriente descendentes.
En Watu Balu pudimos disfrutar de
unas de las mejores inmersiones de la expedición. La consigna
principal del ‘briefing’ consistía en mantenerse dentro del
"sotavento" submarino de la corriente, creado por este islote, e ir tanteando los
alrededores para no dejarse absorber por la corriente que se
dividía en dos fuertes ramales a ambos lados de la gran roca
situada en mitad del canal y que eran bien visibles desde la
superficie.
En mitad de la inmersión la
corriente no era para tanto ya que bajaba en intensidad a medida
que descendíamos de los 20 metros de profundidad. Sin embargo en
algunas zonas de la orografía submarina el chorro de agua era bien
fuerte, y en estos puntos concretos se concentraban una fuerte
densidad de peces de distintas especies.
Al finalizar la inmersión rodeamos
el islote con la embarcación auxiliar, y justo en la zona en la
que la corriente chocaba con la roca se producía una intimidante
diferencia de niveles de unos 50 centímetros debido al rápido
flujo de agua incidiendo contra la orilla.
Un nocturna con
corriente descendente.
Para finalizar el día y antes de
abandonar la zona de Pantar, realizamos una nocturna en la que
nada más saltar al agua sobre el arrecife a unos 5 metros de
profundidad notamos que la inmersión iba a ser algo movida. El buceo
se convirtió en una inmersión de deriva a rápida velocidad, quizás
de 2 ó 3 nudos. Poco a poco terminó de anochecer a medida que
disfrutábamos la vida marina propia de una nocturna en un sitio
rico y de gran biodiversidad. A unos 20 metros de profundidad la corriente era
menos veloz pero nos mantenía algo pegados al fondo a medida que
derivábamos disfrutando de la vida submarina nocturna.
Al terminar la inmersión, cuando comienzas a subir pasados los
50 minutos notas que hay que dar aletas más de lo normal. Nada
estresante, pero te obliga a buscar un “camino” en donde sea más
fácil la subida. Al poco tiempo me encontraba en plena oscuridad
solo con mi pareja a 5 metros de la superficie, mirando la
computadora para hacer los 3
minutos de la parada de seguridad. De noche es más difícil
evaluar la profundidad a la que te encuentras mirando a la
superficie. Y de repente me doy cuenta que estoy solo y mi
compañero se ha ido para abajo en pocos segundos hasta más de 10
metros. Bajo a buscarlo y le indico que subamos sin más demoras
pues estamos en una zona en la que la corriente es sumamente
cambiante con chorros descendentes y otros ascendentes.
Al hacer superficie nos dimos cuenta
que andábamos muy alejados del barco, lo cual entraña uno de los
peligros más importantes, pues de forma evidente estábamos en un chorro que nos desplazaba a toda velocidad
en superficie y que percibíamos
como remolinos y movimientos laterales de agua a nuestro
alrededor, nada tranquilizadores. Por ello nos sentimos más
seguros tras inflar los Jacket a tope e iluminar con nuestros
focos en dirección al barco.
Afortunadamente tras un
tiempo relativamente corto, alguien nos divisó gracias a nuestras
potentes linternas de buceo y vino a buscar en
una de las embarcaciones auxiliares. Otros submarinistas al hacer
la subida se vieron en mitad de un chorro ascendente que les llevó
hasta superficie sin posibilidad de realizar parada de ningún tipo, mientras que otros al
costarles subir en exceso se vieron forzados a salir llenando el jacket a tope con los riesgos de descontrolar la subida y hacer un
escape bastante irregular...
La moraleja es sencilla. Meterse en una nocturna
con corriente no es muy recomendable y si la hace, intente no
dejarse arrastras excesivamente por la corriente. Si es necesario
es bueno acortar el tiempo de inmersión y hacer una parada de
seguridad muy cortita para salir a superficie sin haberse alejado
excesivamente del barco o correr riesgos de ser absorbidos de
nuevo ya
casi en superficie.
Aguas de enorme biodiversidad
Cuando el inmenso chorro del
Pacífico alcanza en primer lugar el archipiélago de Raja Ampat o
las islas de Halmahera o el norte de Sulawesi, estas corrientes
van barriendo todas las bahías de estas regiones ricas en
nutrientes aportados por la vegetación selvática a través de los
innumerables ríos que vierten en el litoral. En estos lugares se
encuentran muchas de las mejores zonas en diversidad marina del
planeta.
La topografía submarina del
archipiélago indonesio es increíblemente compleja con canales,
fosas y fuertes cambios de batimetría entre las 18.000 islas, que
hacen que los nutrientes desciendas para descomponerse y vuelvan a
subir arrastrados por los "upwallings" o corrientes ascendentes
cargados de alimentos para todas las formas de vida marina. Estos
nutrientes alimentan las aguas de Bali a Flores, permitiendo la
enorme riqueza submarina de estas aguas.
Aunque la temperatura del agua en esta
zona del indopacífico suele ser de 29 grados centígrados, las
corrientes son mucho más frías y es normal medir temperaturas
entre 12 a 18 grados Celsius, lo que hace muy necesario utilizar
trajes semisecos o incluso secos. Cuando la corriente es más lenta
y permite el intercambio térmico con las aguas circundantes, la
temperatura ronda los 22º a 25º, como pudimos comprobar en Alor
durante el mes de Septiembre.
En la bahía de
Maomere entre otros sitios pudimos ver a la majestuosa ballena
azul
Las aguas profundas del oeste del
océano pacífico remontan y se incorporan al flujo explicando la
baja temperatura que debemos soportar en las inmersiones, por
ejemplo, de la isla de Nusa Penida en mitad del canal entre la isla
de Bali y la isla de Lombok.
Estas corrientes son más fuertes
durante el monzón del Sur-Este en los meses de Junio, Julio y
Agosto alcanzando una velocidad de hasta 8 nudos, lo cual complica
además del buceo, la navegación, especialmente en velero, por lo
que no es mala idea estudiar en detalle los derroteros y conocer
bien los pasos más complicados. El agua que llega a Indonesia
desde el Pacífico a través del estrecho de Makassar y Lifamola
alimentan el estrecho de Lombok y el de Sape entre las islas de
Sumbawa y la isla de Komodo. También atraviesan el estrecho de
Ombai entre las islas de Kalabati y Timor en el mar de Alor.
Cada isla desde Java hasta Timor es
diferente y ofrecen paisajes de gran contraste tanto en sus miles
de kilómetros de costa como en sus interiores que bien merecen
alargar el viaje durante bastantes semanas para conocer la enorme
variedad y riqueza de esta extensa región del planeta situada en
el corazón del ‘triángulo del coral” posiblemente la mejor región
del planeta en riqueza marina.
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