Una isla cerca del continente tiene una lógica aplastante. No es más
que la parte emergente de un único terreno con diferentes
alturas. Las zonas más bajas corresponden a terrenos más erosionados
por ser menos duros que otros.
Por el contrario las islas en mitad de un océano en donde el terreno
sube muy abruptamente desde profundidades abismales tienen un origen
totalmente distinto. Las Bermudas, Azores, Hawai, Polinesia,… son
todas islas volcánicas, y se han creado debido a puntos volcánicos
por los que la corteza terrestre ‘escupe’ roca fundida procedente
del magma fundido del manto. Cuando la placa del fondo del océano se
mueve y con ello la recién creada isla, el punto caliente que sigue
situado en el lugar de antes y expulsando más lava, generará una
nueva isla, de tal forma que si la corteza tiene un movimiento
lineal constante, se producirán hileras de pequeñas islas como de
hecho ocurre en la realidad.
Pero no todas estas montaña llegan a emerger
y formar una isla, la mayoría quedan en montaña submarina que no
llegó a emerger a la superficie (llamados ‘seamount’). Las islas
volcánicas acaban erosionándose y con el paso de los milenios y el
peso del material aportado, comienzan a hundirse desapareciendo bajo
la superficie del mar (son los llamados ‘guyotes’). Solo en el
océano pacifico se han llegado a catalogar más de 10.000 montañas
submarinas de estos tipos.
Cuando un volcán
submarino queda repentinamente obstruido y comienza a almacenar
presión sin lograr un escape por alguna fisura alternativa, se
producen explosiones devastadoras, como la que ocurrió en el año
1650 AC en la isla de Creta. El bombazo fue tal que saltaron por los
aires unos 30 kilómetros cúbicos de roca, provocando una columna de
cenizas de 35 kilómetros de altura. Más reciente y hace solo 120
años, en 1.883, el monte Krakatoa explotaba en Indonesia produciendo
un Tsunami gigante de olas de 40 metros de altura, matando a 36.000
personas y haciendo desaparecer la isla completamente. Las cenizas dieron
varias vueltas a la tierra. En los siguientes meses las
puestas de sol fueron espectaculares en toda la tierra debido a la
gran cantidad de cenizas en las capas altas atmosféricas.
Debido a la
reflexión de la luz solas por las partículas de ceniza, la temperatura media
de la tierra bajó 1,2 grados. El bombazo de la explosión llegó a
sonar a 180dB decibelios (sonido de una discoteca) a una distancia
de 160 kilómetros! y hay gente que lo escuchó a 4800 kilómetros de
distancia en Mauritania! La potencia explosiva fue equivalente a una
13.000 bombas atómicas como la de Hiroshima!
Algunos de estos
puntos ‘calientes’ están situados a lo largo de las llamadas
dorsales que delimitan las grandes placas de la litosfera que se
separan poco a poco. Los continentes están verdaderamente ‘flotando’
sobre roca fundida llamada magma y por ello están literalmente a la
deriva debido a un movimiento de convección de este magma. Hoy
sabemos que hace 250 millones de años todos los continentes formaban
una única extensión de terreno llamada ‘pangea’ que, cual fina capa
flotante comenzó a rasgarse y fraccionarse hace 50 millones de años
para dar lugar a la aparición de los actuales continentes. Tan es
así que actualmente América se aleja de Europa a razón de 5
centímetros al año.
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