ingenieros de DCNS
dirigidos por su presidente Patrick Boissier, no se hayan
enterado de la tragedia de Fukushima y la inédita contaminación
radioactiva marina originada? ¿Es posible que
esta empresa francesa proveedora de núcleos de fisión nuclear para
los peligrosos submarinos nucleares franceses, necesite lograr más
volumen de facturación a cualquier precio?
Pero veamos cuales
son las “sorprendentes” ventajas de este bautizado “FlexBlue” ; los
dispositivos son transportables al consistir en un enorme tanque de
100 metros de eslora y 15 de diámetro, que puede ser fondeado desde
un barco grúa. La refrigeración del circuito de retorno del material
caloportador está garantizada al tomarse el agua del mar a voluntad.
No es necesario desviar los cursos de los ríos para tomar agua para
el refrigerador y alterar el ciclo de temperaturas locales. No hay
problemas originados por la posibilidad de sequía de los ríos. No se
vería afectado por un terremoto como fue el caso de Fukushima,
ya que el cilindro queda simplemente apoyado sobre el lecho marino.
Podría ser situado cerca de las ciudades a las que fuera a
abastecer, sin contar obviamente con el permiso de sus ciudadanos...
Los tendidos de alta tensión podrán ser más cortos debido a la
cercanía del lugar de producción.
Todo parece una
bicoca, pero ¿será posible los ingenieros no se haya planteado la dificultad de
corregir cualquier pequeño problema técnico en un dispositivo
hundido en la costa, y que sin duda conduciría a un desastre
incontrolable? Según su presidente, parece ser que el
calentamiento del agua marina necesaria para la refrigeración
circundante al reactor hundido no debe tener problemas o
interacciones con el ecosistema marino. Parece ser, también según DCNS, que los movimientos sísmicos sólo
ocurren en tierra y nunca en el subsuelo marino. Tampoco debe ser
problema la unión umbilical del cable de alta tensión submarino, o
la carga y descarga de los residuos letales, o la alta corrosividad
del agua salada en un sistema totalmente metálico y que trabaja a
muy altas temperaturas. En definitiva parece que a DCNS, lo que
pudiera ocurrir debajo del mar o no se ve o no tiene demasiada
importancia. La descabellada ingeniería recuerda a las películas de
Disney en la que los personajes animados quedan satisfechos
barriendo la suciedad debajo de la alfombra... ¿Habrán previsto
estos ingenieros que cualquier terrorista algo avispado podría
bucear con una bomba o mandar un pequeño dispositivo submarino y
montar la de San Quintín…
Tecnología FlexBlue
El nombre con su apelativo « Blue » no
deja lugar a dudas sobre la engañosa
intencionalidad
de tan
disparatado concepto. Según DCNS, la tecnología utilizada es la que se
ha ensayado como más eficiente y bien probada para otras centrales
nucleares. Claro que se obvia comentar que estas también fallan con
notable frecuencia y que jamás han sido proyectadas para ser
sumergidas bajo 50 ó 100 metros en agua salada y
a 10 ó 15 kilómetros de la costa, y no
disponer de ningún mantenimiento.
El FlexBlue sería accesible
mediante un mini submarino autónomo, lo cual nos termina de aclarar
que esta empresa no se encuentra en su sano juicio... Por último se
apunta que si la ciudad se queda corta en VoltioAmperios, bastaría
con montar otro supositorio en paralelo para conseguir así duplicar
el riesgo de catástrofe ecológica, creando una “granja” energética,
por llamarlo de alguna manera. El hecho de sumergirse a unos 100
metros de profundidad, sometiendo absurdamente al conjunto a una
presión innecesaria de 11 atmósferas no puede deberse más que al
hecho ya comentado de que cuanto más lejos ocurra un posible
desastre mejor. Ya puestos al delirio, ¿no
sería mejor sumergir el peligro artefacto a escasos metros de la
superficie y soldar un “snorkel” en vez de montarse películas
submarinas con nautilos y otros dispositivos más propios del capitán
Nemo o del capitán Tan?
Dicho sea de paso,
los ingenieros galos de Chesburgo prevén una alimentación
particularmente nutrida de material radioactivo y de altísima
peligrosidad al supositorio, para reducir el período y las labores
de alimentación y vaciado de residuos tóxicos, lo cual posiblemente,
según su criterio naturalmente, ahondaría en la tranquilidad de los
ciudadanos de la ciudad costera alimentada!
Según parece, el
consorcio formado por DCNS, Areva, EDF y CEA (empresas de energía
francesas) parece estar estudiando el coste del kilowatiohora de
este sistema productivo. Dicen querer estudiar de cerca las
problemáticas ligadas respecto a la lucha contra la proliferación
nuclear –sic. Es decir, la primera preocupación del consorcio es la
de combatir el movimiento “anti-nucleares” y "limpiar" su imagen
antisocial antes de comenzar la producción. Y a continuación
cita textualmente que existirá un capítulo dedicado a la seguridad
de la instalación. No podría ser
más transparente en la intencionalidad de este consorcio,
supuestamente “Blue”.
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Expedición Malaspina