En
Yucatán, al sur de México, se encuentran los mayores y más
impresionantes cenotes del mundo. Existen miles de ellos, muchos aún
por descubrir. Formaciones interconectadas que crean enormes
laberintos subacuáticos de silenciosa belleza e inquietante
misterio.
Yucatán abarca una
extensión de unos 300.000 kilómetros cuadrados de terreno calcáreo y
plano, recubiertos por una densa selva tropical en donde se esconden
innumerables ruinas de ciudades Mayas, muchas de ellas todavía por
desvelar sus secretos a los arqueólogos.
La península del
Yucatán separa al Mar Caribe del gran Golfo de México y en ella
también se encuentra parte de la república de Belice. Este terreno
selvático carece de ríos que puedan canalizar las agua de lluvia,
salvo el río Hondo en la frontera Beliceña.
Durante el
cretácico hace millones de años se depositaron sedimentos calcáreos
en forma de una extensa plataforma que posteriormente ha ido siendo
horadado por el agua formando miles de pozos interconectados por
canales subterráneos hasta el mar. La planicie selvática está por
tanto plagada por karst en los cuales la disolución del terreno por
el agua ha dado como resultado tan fabulosas formaciones.
Los mayas
consideraban a los cenotes lugares sagrados, inundados de agua pura
sin ser corrompida por la luz. Por ello es muy normal encontrar
ruinas mayas siempre cerca de algún cenote, al ser estos fuentes de
agua dulce para los poblados y lugares de veneración.
Las leyendas mayas
mencionaban la existencia de un celoso guardián de los secretos y
tesoros ocultos en algunos cenotes. Una temible serpiente llamada "Tzukan"
se aparecía ante los que trataran de saquear estos lugares sagrados.
En una cueva
sumergida a más de 25 metros de profundidad fueron localizados hace
unos años evidencias de antiquísimas fogatas que indicaban que estas
cuevas eran habitadas o utilizadas por estas antiguas culturas.
Cuevas que ahora están inundadas y por tanto son de muy difícil
exploración.
Los cenotes del Yucatan
Éstos se
concentran en la parte norte, entre Tulum en el estado de Quintana
Roo y Campeche, y disminuyen hacia el sur de la península. La roca
Kárstica se disuelve muy bien en el agua, que con el paso de los
años ha ido infiltrándose en el subsuelo formando una enorme capa
freática. Pero el terreno también es permeable al agua del mar
penetrando más de 100 kilómetros tierra adentro, y al ser esta agua algo más
densa, se sitúa bajo la capa de agua dulce. Allá donde se
juntan el agua dulce y la salada se forma una barrera en donde la luz de difumina haciendo
borrosa la visión submarina. Se tratan de las haloclinas.
El proceso
geológico conocido como karst, disolvió la piedra caliza
subterránea, formando largas galerías que en algunos puntos
circulaban rozando casi la superficie. En estos lugares el techo se
desplomó creando un agujero a cielo abierto y colapsando estas
grutas acuáticos en unos 8.000 cenotes.
El resultado final
es una extensa red de drenajes naturales cavados por el agua a lo largo de los
últimos miles de años. La subida del nivel del mar, al encontrarnos
ahora en períodos geológicos interglaciares, ha inundado totalmente
estos canales. A lo largo de la costa del sector norte del Caribe
los exploradores han cartografiado más de 600 km de galerías y
túneles inundados, usando técnicas de espeleobuceo.
Se han recorrido
diferentes niveles y pasajes verticales, que incluyen las cinco
cuevas sumergidas más grandes del mundo. Los ríos subterráneos de
dimensiones inmensas drenan la lluvia que cae al interior de la
península. El agua transportada llega a la costa a través de estos
canales subterráneos formando lugares
tan espectaculares como el que podemos encontrar en Xel Ha y
Xcaret en los donde los manantiales
submarinos se mezclan con las rías del mar.
La zona de Mérida
y la costa norte no tiene tantos ríos subterráneos, y sin embargo
ofrecen el mayor número de cenotes de la península. Los descensos
del nivel del mar durante la época del Holoceno hace unos 5.000 años
obligaron a la fauna y a las poblaciones humanas a descender a las
partes inferiores de las cuevas en busca de agua dulce.
Tipo de cenotes
La palabra cenote
proviene de la lengua Maya “d’zonot” que significa caverna con
agua. Los hay con forma de lagos irregulares y complejos,
cilíndricos de diferentes diámetros y con paredes muy verticales, de
tipo cántaro con una apertura a la luz solar de menor diámetro a
hueco interior y por tanto más o menos expuestos a la luz solar, y
con diferente grado de interconexión con los canales de circulación
subacuática. Los denominados “Aktun" en lengua maya son grutas en las
que la apertura asemeja a una cueva al abrirse en un lateral del
terreno.
Bucear en un
cenote
Suelen ser poco
profundos y la superficie del agua se encuentra a pocos metros,
entre 5 y 10 metros, bajo el terreno selvático. En los cenotes no
vemos vida animal, pero podemos encontrarnos con raíces de árboles
en busca de agua.
PLAYA
DIVE CENTER
Agradecemos a Pepe y a
Vicente permitirnos publicar su excelente material gráfico.
Pepe y Vicente son los
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carmen y unos amantes del buceo y del mar. Con ellos podrás
disfrutar de maravillosas inmersiones tanto en Cenotes como en
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Playa Dive Center
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Vicente: 0052-1 984
130 7068
Pepe: 0052-1 984 132
1191 |
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En un cenote, el agua está
totalmente en calma, lo cual los hace totalmente transparentes como
un cristal. En ellos la visibilidad es superior a los 100 metros. Al
bucear en su interior nos sentimos levitando ingrávidos ante un
paisaje tan espectacular como intrigante. Se descubren formas
misteriosas decoradas con estalactitas y estalagmitas, formadas hace
miles de años cuando todavía esta cueva no estaba inundada por el
agua. Canales y huecos tan misteriosos como atractivamente
peligrosos, pues siempre debemos retornar a la superficie por el
mismo sitio por el que nos introdujimos; El cenote.
En
algunos cenotes se encuentran restos de cráneos mayas y otros huesos
animales indicando que estos lugares eran utilizados como altares de
sacrificio.
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