En días húmedos
se produce una refracción de la luz en los pequeños cristales de la
nubes que produce este conocido efecto. En los cirroestratos
situados a más de 5.000 metros y con temperaturas de -20º las
gotitas de agua se cristalizan en minúsculos cristales de una décima
de milímetro y con forma hexagonal. La luz se difracta en ellos como
si se tratasen de infinitud de pequeños prismas, dispersando la luz
en todas las direcciones.
Los rayos que
salen en un ángulo de 22º respecto a la luna (o el sol) son los de
mayor intensidad, al coincidir con el ángulo de desviación máxima
del prisma y que tienen mayor intensidad. Por ello se forma esa
corona difusa rojiza en el interior y azulada fuera.
Estos halos indican lluvias en las próximas horas, ya que estas
nubes se suelen formar en la parte anterior de un frente caliente.
Artículos relacionados:
-
La cara oculta de la
luna
-
La inmensa luna en el
horizonte
|