La llamada contaminación lumínica consiste en la difusión debido a
las partículas en la atmósfera, de la luz utilizada por el alumbrado
publico de las ciudades. Por ello el cielo en los grandes núcleos de
población tiene un tono grisáceo, que enmascara y tapa la enorme
mayoría de las estrellas. En condiciones ideales, es posible ver
hasta unas 10.000 estrellas a simple vista, resultando un
espectáculo maravilloso en el que destaca la vía láctea.
En las ciudades a penas podemos ver algunos cientos de ellas, las
que más brillan, en un cielo sin contrastes y poco emotivo. Para ver
un cielo verdaderamente negro en el que destaquen multitud de
estrellas es necesario alejarse más de 100 kilómetros de cualquier
gran ciudad o al menos 10 kilómetros de algún núcleo urbano.
Condiciones estas difíciles en un país desarrollado. En España uno
de los sitios más ‘oscuros’ y adecuados para observar las estrellas
(aparte de los observatorios en altas cumbres como Sierra Nevada, o
Gran Canarias) es la provincia de Cuenca.
Por estas razones una noche despejada en alta mar es perfecto para
contemplar un cielo limpio de toda contaminación luminosa, en el que
poder observar la belleza del universo.
En la imagen satélite se observa la
contaminación lumínica de toda Europa y la cuenca mediterránea.
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