Durante la noche, debido al descenso de la temperatura, el vapor de
agua de la atmósfera se condensa y se elimina del aire al crearse el
rocío dejando el aire más puro. Al existir menos moléculas de agua
la dispersión de los rayos del amanecer es pequeña. Justo lo
contrario a lo que ocurre durante el atardecer, cuya atmósfera de
encuentra cargada de vapor de agua y microscópicas gotitas capaces
de producir una mayor difusión y por lo tanto de aumentar el
colorido.
En tierra los atardeceres suelen ser más coloridos que en el mar ya
que el sol calienta más rápidamente una superficie de tierra que una
de agua, produciendo fuertes corrientes ascendentes que arrastran
partículas de polvo cuyos granos microscópicos actúan como difusores
de la luz solar.
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