Hacia Andros
Pero bien podríamos haber comenzado la visita a las Cicladas desde
la más Septentrional y la más extensa después de Naxos con 373 Km2 y
9.000 habitantes. Es Andros a solo 7 millas del continente con
costas refrescadas por el meltemi y numerosas playas de arena
blanca. Llegó a a ser una importante fuerza naval tras su período
fenicio y cretense y macedonio, allá por el año 1.000, creando
diversas colonias incluso en Asia menor. Es la más verde de todas
las cicladas y con riachuelos que riegan sus valles en donde crecen
olivos y árboles frutales.
En el Oeste podemos fondear en Gavrio
cerca de donde amarran los transbordadores. En la costa Este existen
numerosas calas de gran belleza en donde poder pasar la noche y
bajar a tierra, especialmente en las cercanías Andros también
conocida como Chora; la capital. Allá se encuentran las ruinas de su
castillo veneciano y entre sus estrechas callejuelas entre casas
encaladas aparecen algunas viviendas nobles propias de su pasado
glorioso.
La visita al interior nos descubrirá pueblos como Menites rodeado de
vegetación y frescor, con numerosas tabernas y rincones
encantadores. De camino podemos visitar distintas iglesias
medievales como la de Taxiarchis construida en el siglo XI. Subiendo
hacia Apikia disfrutaremos de un paseo de 4 kilómetros rodeados de
frondosa vegetación que nos conducirá hasta la fuente de Sarisa
famosa en toda Grecia por sus cualidades medicinales para las
enfermedades de riñón.
Tinos, casi pegada a Andros es la isla de la Virgen María y centro
de peregrinación de Grecia, como su fuera Lourdes en Francia. Pero
el valor de Tinos está en sus pequeños pueblos rodeados por verdes
valles en donde podemos descubrir una bella arquitectura popular
fruto de de sus numerosos artistas, pintores y músicos nativos de
estas tierras. Tinos está bañada por aguas cristalinas y rodeada por
numerosas playas de arena muy blanca y es otra de las Cicladas que
debemos conocer. El Dios Eolo del viento habitaba en esta isla,
aunque sus habitantes veneraban a Poseidón y Neptuno como muestran
las ruinas de su templo cerca de Kionia.
En la bahía de Panormos descubriremos un pequeño pueblo de pescadores
en donde poder fondear varios días o también en la bahía de
Kolymbithra encontramos buenos refugios para los vientos del segundo
y tercer cuadrante con playas de arena fina y fondeos a poca
profundidad, y desde allí podremos hacer diferentes visitas a tierra
con recorridos que nos lleven al monasterio de Kechrovouniou
dedicado a la ascensión de la Virgen en un entorno de gran belleza.
En Isternia se disfrutan unas impresionantes vistas sobre el
Mediterráneo y podremos ver la iglesia de Agua Paraskevi construida
en mármol. Abajo en su costa Oeste también podremos disfrutar si el
mar lo permite de sus playas transparentes y aguas cristalinas.
Pyrgos es el pueblo más grande de la isla y uno de los más bellos de
las Cycladas con casas blancas encaladas y decoradas por piedras de
mármol blanco.
Mykonos y Dilos
A solo unas pocas horas de Tinos hacia el Sureste llegamos a la
pequeña y pintoresca Mykonos tan bella como sorprendente en todos sus
85 kilómetros cuadrados. Azul cian, blanco luminoso, barcas de pesca
multicolores, luminosos molinos de viento, callejuelas alegres con
ventanas azules y un ambiente desenfadado. Estamos en el corazón de
la llamada Venecia griega inmersos en un mundo de frescos contrastes
y un tumulto de gentío durante el verano. De nuevo se repiten en su
máxima dimensión esas imágenes que tanto hemos visto en las portadas
de las agencias de viajes.
Cúpulas azules en infinidad de iglesias
encaladas al borde del mar. Más de 3.000 en total de entre las
cuales destacar la de Panagia Paraportiani. Pero sin lugar a dudas,
lo más significativo de esta isla es dejarse empapar por su ambiente
alegre y el sentir vibrante de sus gentes que disfrutan la esencia
de la vida sentados tranquilamente en una taberna al borde del mismo
mar… azul.
Dilos, patria del dios Apolo es tan árida como sorprendente. Sorprende su luz, y por ello fue quizás elegida antaño como centro
religioso, lo cual la hizo llenarse de templos, mercados y lujosas
mansiones, hoy todo desaparecido y en ruinas. Ruinas de leones
guardianes, estatuas, ruinas de columnas, mármoles y empedrados,
mosaicos y teatros, que nos hacen entender la importancia que tuvo Delos desde hace unos 5.000 años.
Separada de Mykonos por solo una
hora de navegación a vela, la visita de sus escasos 5 kilómetros
cuadrados plagados de ruinas es una experiencia memorable. Surgida
entre las olas, para que Leto pudiera dar a luz al Dios Apolo y a Artemis, en la antigüedad era conocida como Orygia. Tras el dominio
de los atenienses llegaron los macedonios, y los romanos, hasta que
en el 88 AC, la ciudad fue incendiada y los templos destruidos a
partir de las guerras de mithridates. Todo aniquilado y arrasado
para convertirse a continuación en refugio de piratas y ladrones.
Syros
Pero desde Andros bien podríamos haber navegado al sur hasta la isla
de Syros, para fondear en la bahía de Ermoupoli, capital de las
Cycladas, con casas señoriales y de estilo distinguido que delatan
que hasta hace unos 100 años este puerto comercial fue el más
importante de Grecia, como le toca a una isla, muchos años habitada
por los fenicios. Allá vivía el filósofo Ferekydes en tiempo de los
Jónicos, y que formó al gran matemático Pitágoras y en sus numerosas
ruinas podemos descubrir que Syros estuvo también habitada por los
macedonios, roanos, bizantinos y más adelante por venecianos y
turcos, finalmente expulsados por las potencias europeas allá por
los años 1.700.
Los franceses construyeron el monasterio de los
monjes capuchinos y otro de jesuitas en la localidad de Ano Syros
que por aquel entonces era la capital de la isla. No dejaremos de
visitar Ermoupoli y deambular por su antiguo puerto, sentarnos en sus
restaurantes pegados al mar, y pasear alrededor de sus plazas y
edificios neoclásicos. La bahía de Agathopes ofrece un buen refugio
en donde fondear y visitar el balneario a pues de las estupendas
playas protegidas por islotes y rocas. El pueblecito pesquero de
Kini en el Oeste también es un refugio y nos ofrece la posibilidad
de disfrutar de un ambiente sosegado en una pequeña bahía de aguas
cristalinas y tabernas al borde del mar.
Paros y Antiparos
Llegar a Parikia y amarrar al atardecer en su puerto, para saltar a
tierra y reposar en su animado puerto es delicioso. Tanto como la
gastronomía que encontramos en cualquiera de sus numerosas tabernas
con sus mesitas dispuestas junto a los pesqueros. No deje de probar
su famoso vino. Pintoresco, agradable, animado, y hermoso. Así es
Paros la tercera isla Cíclada en extensión con 195 Km2, situada en medio
de todo este grupo de islas. Su arquitectura típica de casitas
blancas se entiende por la costa, mientras encontramos numerosas
iglesias bizantinas muchas de ellas en las cimas de las numerosas
colinas de su paisaje. En Paros se extrae uno de los mejores
mármoles blanco que se pueda conseguir y en el que se esculpieron
estatuas tan importantes como la de Afrodita, la de Hermes o la de
la Venus de Milos.
Los Arcadios llegaron a la isla hace ya 3.000 años, pero ya estaba
entonces habitada por gentes de Creta, Luego llegaron los Jónicos,
las guerras persas, los macedonios, romanos, venecianos y los turcos
que como en otras islas destruyeron todas las construcciones. En
1.770 los Rusos expulsan a los turcos hasta que en 1.830 queda anexada
a Grecia. Un montón de historia y de restos arqueológicos que
compiten con sus playas estupendas y la calidad excepcional de sus
aguas transparentes.
En Parikia y sus alrededores podremos visitar un museo de
arqueología, otro de Bizancio, la iglesia paleocristiana del siglo
IV y otros monasterios llenos de encanto, pero a nosotros lo que de
verdad nos enamoró fue deambular tras el atardecer por sus calles
tortuosas. Detenernos en cada esquina, cada plazuela, simplemente a
observar, fotografiar y disfrutar.
Lefkes a 11 kilómetros de la
capital es posiblemente el pueblo con más encanto de la isla
construido en forma de anfiteatro en una colina encalada de blanco y
tradición ortodoxa vestida de mármol blanco. Al suroeste de la isla
se encuentra Dryos con abundante fuentes de agua y tupida vegetación
que esconde un bello y extenso balneario. En la protegida bahía del
norte de Paros podemos también fondear en Naoussa delante del
pintoresco puerto pesquero por el que seguramente desee deambular
para acabar perdido por sus callejuelas.
Pero todavía nos queda por conocer Antiparos la pequeña isla de 35
kilómetros cuadrados frente al suroeste de Paros a la que estuvo
unida en tiempo remotos. Es también muy hermosa pero además muy
tranquila, motivo por el que algunos famosos tengas secretamente una
casa como la cantante Madona. El puerto pesquero es sencillamente
encantador plagado de pequeñas barcas de madera pintadas con colores
chillones.
Entre estas dos islas aún más islotes bañados por aguas
someras que transparentan un agua clara de color turquesa. En Saliagos uno de estos islotes fue recientemente descubierto una
colonia neolítica En Antiparos podremos visitar acercándonos con la
embarcación auxiliar y caminar algún kilómetro, una de las grutas
más interesantes de las cicladas, con restos históricos y con la
entrada presidida por la pequeña ermita de Agios Ioannis desde la
que parten los infinitos escalones que descienden hacia la gruta.
Descubrimos de repente un espectáculo inesperado con una especie de
altar sobre una de las estalagmitas y sobre la que se celebró en
1673 la misa de navidad en presencia del embajador francés en
Estambul.
Naxos
La más grande de las Cícladas. En sus 428 kilómetros cuadrados
encontramos paisajes bastante variopintos con montañas, valles,
planicies costeras, pequeños pueblecitos costeros, playas
tranquilas, y muchos restos arqueológicos. Se trata de una isla muy
fértil (para ser de las cicladas) en donde las montañas van cediendo
el paso a los valles de olivares y a los prados de frutales que
llegan hasta la misma costa. No debemos dejar de pasearnos por su
capital Naxos y visita el castillo veneciano que corona su
ciudad. En Portara se encuentran las ruinas de la gran puerta del
antiguo templo Apolo del 500 AC. En el interior de la isla
encontraremos muchas aldeas de arquitectura cíclada e infinidad de
pintorescas torres venecianas, así como pequeñas iglesias bizantinas
y grandes estatuas de mármol.
Naxos es la isla de Baco el dios del vino, y desde los tiempos de
los dioses hace 5.000 años ha sido habitada por todas las culturas
de las que ya hemos hablado para otras islas. Su época dorada
ocurrió en el 700 AC cuando Naxos era el poder absoluto de todas las
cícladas. Que atesoraba la política, el arte y el comercio de la
zona. Incluso las estatuas griegas del oráculo de Delfos en el
contienen provienen de los escultores de Naxos. Pero los persas lo
arrasaron todo en el 490 AC. Cerca de la localidad de Filoti en el
interior se encuentra la cueva de Aria y en la que se veneraba al
dios Zeus, más adelante utilizada como refugio cristiano durante las
invasiones turcas. En toda la isla encontraremos playas interesantes
y solo la meteo y el estado de la mar serán los factores a tener en cuenta
cuando decidamos parar y disfrutar del entorno, la costa y las
playas.
Artículos relacionados:
-
Atravesar el Canal de Corinto y
conocer sus alrededores
-
Descubrir las Jónicas
-
Descubrir las
Cícladas I; las más occidentales
-
Descubrir las
Cícladas III; las Cícladas menores
-
Creta; la isla alegre