La diversión está asegurada. Entre islas a veces hay una distancia
de sólo unas pocas millas o a lo sumo la más
alejada quedará a una jornada de navegación. Lo mejor… Navegar a
rumbo del viento para caer en el sotavento de cualquiera de ellas
aún por
descubrir. La arribada a estos puertos es tan interesante como el
fondeo, y no tenga miedo de amarrar, pues los precios son muy
asequibles y las gentes dispuestas a echarle una mano.
Aunque los
grandes barcos de recreo siguen amarrando "a la griega" soltando
cadena y amarando popa al muelle, lo cierto es que en muchos de
estos puertos hemos encontrado guías de popa como solemos conocer en
nuestros puertos españoles. El hecho de dormir en puerto nos permite
salir a cenar y disfrutar hasta las tantas, en esas agradables
veladas sentados en una taberna del puerto al mismo borde del mar.
Conocer gentes que muchas ocasiones son tan ajenas a las islas como
nosotros mismos, especialmente en verano cuando abundan otros
navegantes y los turistas. Pero el ambiente es siempre sosegado,
desenfadado y muy agradable.
Ojo si estamos en la zona norte de las Cícladas y se nos viene un
golpe de Meltemi estando a barlovento de una de las islas, mientras
en alta mar podemos esperar un F5 o F6, a barlovento de la isla
tendremos que lidiar con mala suerte contra un F7 o F8 sobrevenido
en muy pocos minutos. Debemos estar atentos a este hecho al hacer la
navegación en el canal entre Evia y Andros, entre Andros y Tinos, en
el canal de Kea, en las cercanías de Mikonos y Naxos, y en las
costas del sur de Amorgos, Kimolos, Ios y Folegandros.
La meteo en las
Cicladas
Quien decida la
aventura ciclada para este verano, lo importante es contar con
la presencia del famoso Meltemi que normalmente sopla NE-N-NW
desde Junio hasta Septiembre con fuerzas que pueden ser
bastante variables desde un ideal fuerza 5 o 6 hasta comenzar
a ponerse duro en F7 y F8. Cuando salta el Meltemi puede
soplar unos 2 o 3 días, aunque en ocasiones se establece por 2
semanas seguidas. Imposible adivinar dada su componente
térmica, lo que hace que por las noches tienda a disminuir
para volver a cargar con el sol del día siguiente.
En Junio y a finales de verano no suele pasar de F4 o F5 y es
más errático al poder ser influenciado por otros vientos. En
el norte de las Cicladas lo normal es que sea del NorteEste
para hacerse Norte puro en las Cicladas medias, mientras que
en las cicladas del sur la dirección sería del NW al WNW y de
menor fuerza.
Si pensamos navegar en Cicladas durante la primavera o en el
otoño el viento predominante suele ser del Norte aunque a
veces soplar del Sur, mientras que los golpes de mar suelen
ser casi siempre del Norte o del SurEste
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Un viaje diferente
Navegar por las Cicladas permite un montón de planes distintos,
dependiendo del tipo de navegación que elijamos. Personalmente
prefiero el Crucero a vela y navegar con el viento que sea, al ritmo
que toque y tras llegar a una de sus islas, permanecer en ella hasta
que el cuerpo nos pida levar ancla hacia otro destino. Sin prisas,
sin compromisos. Disfrutando y haciendo en cada momento lo que más
nos apetezca.
Sin embargo en esta ocasión, el plan de navegación fue bien
diferente, al permitirnos navegar durante varios días en una
neumática Sacs Strider de 11 metros motorizada por dos
Verados de 350 Cvs. Vamos un plan diametralmente opuesto al citado,
pero que también tiene sus ventajas. Cruceros de 25 a 40 nudos
dependiendo del estado de la mar, te permiten, al margen de “sablear”
la tarjeta Visa en gasolina, poder salir del Pireo al sur de
Atenas por la mañana y pasar por Kea para llegar a comer
Andros, para luego ir a dormir a Tinos y a la mañana
siguiente estar en Mikonos, dándose por la tarde un baño en Siros. Así la cosa rinde mucho, al menos en cantidad de
sitios visitados, que no tanto en disfrutar de los lugares como
toca.
La navegación a motor es ideal si el estado de la mar es el de una
balsa de aceite o como mucho mar rizada o ligera marejadilla. Pero
lo cierto es que no es raro encontrar marejadas más o menos
cargadas, con lo cual la diversión disminuye so pena de partirse uno el
espinazo y desmontar el barco entero. En este tipo de barco, lo suyo
es reservar un hotelito con encanto en cada una de las islas
visitadas. Pero si es verano, mejor reservar con un poco de
antelación lo que va en contradicción con el objetivo de libertad y
navegar sin compromisos. Me quedo con el crucero y llevar la
“casita” a cuestas empujada por el viento.
Cicladas por doquier
Cicladas proviene de "ciclos"
o “kyklos” en griego; Circulo. Y es que de alguna manera y con algo
de imaginación se puede adivinar que unas cuantas de ellas trazan un
circulo en la carta centradas más o menos en torno a la isla de Paros que por
cierto es una de las más bellas, con su bello pueblo encalado sobre
un fondo marrón oscuro… vamos como casi todas
ellas…
Algunos con todavía mayor imaginación dicen que las cicladas
‘giran’ en torno a la deshabitada isla de Dilos, patria del Apolo Dios de la
luz, isla deshabitada actualmente aunque contiene unas de las ruinas
dignas de visitar en la ciudad sagrada de Dilios.
Habitadas desde hace 5.000 años, las Cicladas son una de las cuñas
de la civilización, más antigua aún que la Minoica, y sin duda uno
de los grupos de islas más pintorescos de Grecia. Uno de ellos, pues
nada deben envidiar las Jónicas, las islas del Egeo, las del Dodecaneso, las islas Espóradas, o la misma Creta.
Los devastadores
persas las invadieron y destruyeron en el 490 AC, y luego fueron
conquistadas por los macedonios, por el reino de Rodas o por los
Romanos. Más tarde bizantinos, godos y hasta normandos y piratas. Ya
en el Medioevo los Venecianos se hicieron con ellas, para ser
conquistadas 300 años más tarde por los Turcos de Barbarosa. Vamos
todo un periplo de pueblos, historia y luchas de conquistas.
33 de estas islas están habitadas, y 146 merecen la mención como
tal, aunque entre islas, islotes y rocas se pueden llegar a contar
2.200.
Kea es una de las más fácil de alcanzar desde el Pireo, puerto de
Atenas por su cercanía a solo 16 millas náuticas. Un poco al sur se
encuentra Kythnos con buenas playas de aguas cristalinas y casas en
el mismo borde del mar frente a las cuales podemos fondear. Para
hacernos una idea, esta de casi 100 kilómetros cuadrados está
habitada por solo 1.500 griegos (salvo en verano), desperdigados en
sus 10 pueblecitos. Como muchas otras, es montañosa y escarpada y
sobre todo es tranquila y alejada de los circuitos típicos
turísticos. En su costa norte en la localidad de Loutra existen
aguas termales y por ello la isla es también conocida desde antaño
como Thermia. Cerca de la localidad de Dryopida podemos descubrir
una inmensa y evocadora cueva.
Rumbo Sur hacia Serifos
Hacia el sur arrumbaremos por ejemplo a Serifos con aspecto de
enorme roca surgida en mitad del mar de 72 Km2, que según la leyenda
es la misma petrificación del malvado rey Polidectis. Su capital
crece sobre la falda de escarpada colina desde la que se contemplan
vistas imponentes. El puerto de Serifos nos sorprende por una arena
blanca y mar muy limpio. En la franja costera apreciamos frescos y
vegetación la cual escasea en el interior como en el resto de las
Cícladas. Dependiendo de donde soplen los vientos encontraremos
refugio en diferentes calas y pequeñas bahías como por ejemplo la de
Koutalas cerca de la cual también podemos visitar otra impresionante
cueva. En verano no tendremos problema en encontrar tabernas bares e
incluso discotecas con buen ambiente. Si soplara del noreste, la
bahía de Livari es el lugar perfecto para pasar unos días de
descanso. Si continuamos haciendo Sur podremos elegir entre Sifnos
al 150º o Milos al 220º.
Visitar Sifnos
Sifnos está rodeado de montañas salpicadas de monasterios tan
blancos como la nieve, o como sus pequeñas aldeas que tanto
contrastan con el paisaje rocoso. En mitad de la isla se extienden
valles de olivos que descienden hasta las playas de aguas claras.
Sus habitantes provienen de los tiempos Fenicios cuando se
explotaban sus minas de oro y plata ya agotadas.
La capital con el
bonito nombre de Apolonia está a 6 kilómetros de Kamares el puerto
principal de la isla. Y si tenemos ganas de pasear cuesta arriba
bien merece la pena visitar los monasterios de Profilis o el de
Agios Simeon construidos en la cima de dos montañas desde donde las
vistas sobre el mar azul son fantásticas. Pero si hay menos ganas
de caminar, el monasterios de Chryssopigi está al borde del mar,
construido sobre una pequeña península rocosa rodeada por una bella
playa de aguas cristalinas.
La belleza de Milos
Si hemos elegido Milos o es nuestro siguiente destino, la isla
famosa por la conocida estatua de Afrodita en su Venus de Milos,
expuesta en el Louvre de Paris, nos sorprenderá por su particular y
caprichoso perfil costero de 125 kilómetros de longitud que encierran
una extensión de 151 kilómetros cuadrados. Las rocas volcánicas,
ricas en minerales de diferentes tonalidades, como la negra
obsidiana, ofrecen un paisaje majestuoso que contrasta con los
maravillosos colores de sus aguas costeras. Encontraremos cuevas
para visitar tanto en el norte como en el sur. Los restos neolíticos
de Fylakopi demuestran la antigüedad de sus primeros habitantes hace
más de 5.000 años.
El puerto de Adamantas ofrece un lugar prefecto
por la amplitud y protección de su bahía en la que poder fondear
para bajar a tierra y disfrutar en diferentes visitas a tierra.
Milos construido a 200 metros de altura sobre el mar es uno de los
pueblos más pintorescos de todas las Cícladas. Hay una castillo
franco diferentes monasterios e iglesias de muy bella arquitectura.
En la antigua Milos, actualmente en el pueblo de Klima a pocos
kilómetros de distancia es fácil descubrir ruinas Romanas, restos de
muros, templos y otras antiquísimas construcciones con catacumbas
cristianas corredores subterráneos y otros restos de los primeros
cristianos del siglo III. Capas y capas de civilizaciones
construidas unas sobre las otras.
Spilia Sykia es una gruta marina
que no debemos dejar de conocer al sur este de la isla, y a la que
se puede acceder desde la embarcación auxiliar o desde tierra por el
monasterio de San Juan tras una pequeña caminata. Al lado se
encuentra Kleftico uno de los rincones más espectaculares de todas
las cicladas, formado por bloques rocosos de color blanco que
definen un paisaje surrealista bañado por aguas de color cian que inundan
otra imponente cueva marina conocida como Sykias.
Y si deseamos la máxima tranquilidad durante los meses estivales,
podemos acercarnos a Polyegos o a la cercana Kimolos a escasos 800
metros de Mylos, dos pequeñas islas con un pequeño pueblecito en lo
alto de una colina y una población de apenas 800 habitantes. En la
playa de Koftos podemos bucear y hacer snorquel para descubrir las
ruinas de la antigua ciudad de Kimolos. Vestigios por todas partes
en cada islote y cada roca con restos de tumbas micénicas. En el
norte de Kimolos hay una interesante gruta y cerca las ruinas del
castillo medieval de Paliocastro.
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