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Expedición Mar de Banda

 

 

 

Hemos llegado a Ternate tras día y medio de vuelos, Madrid - Dubai - Jakarta y finalmente un turbohélice a las Molucas.... Las islas de las especias tan apreciadas y conflictivas siglos atrás.

 

Nos espera una expedición de navegación y buceo por una de las zonas más apasionante del planeta; El Mar de Banda.

Damai se llama la phinisi, diseñada y fabricada con maderas tropicales como el durísimo  "Iron Wood" y la Teka. Un barco construido para para navegar y bucear en Indonesia.

 

Una expedición apasionante, liderada por un equipo muy experimentado y conocedor de estas aguas ecuatoriales. Contamos con una tripulación  que ama estos fondos marinos y conoce al detalle cada uno de los puntos de buceo. Durante las inmersiones nos acompañan 4 divemasters, para hacer grupos pequeños de sólo 4 buzos.

 

La experiencia es fantástica, por la calidad del barco y su cómoda navegación, así cómo por la dedicación y esmero con que están preparadas las inmersiones. Las velas de estos barcos son casi decorativas, pues toda la navegación se realiza a motor. Entre las inmersiones, disfrutaremos del frondoso paisaje costero de esta zona del mar de  Banda, en dónde encontramos numerosos pueblos de pescadores, siempre acogedores y rebosantes de vida.

 

 

 

 

Las Molucas (islas de los reyes)

Se trata de una provincia de Indonesia con grandes montañas, volcanes y bosques frondosos, entre los cuales crecen campos y plantaciones que aún rememoran su turbulento pasado. Un paisaje desbordante de frescor, un clima suave y una interesante cultura.

 

En uno de los resort de las islas de Banda, antes de llegar al Damai... Lugares extraordinarios.

 

 

También conocidas como las islas de las Especias, las Molucas están formadas por varios cientos de islas e islotes menores en un área muy extensa, delimitada por la isla de Célebes y al Este por la sorprendente región de Raja-Ampat y Papua Nueva Guinea.

 

En el siglo XV estas tierras fueron escenarios de batallas entre Españoles, Portugueses y Holandeses por su gran valor en plantaciones de clavo, nuez moscada, canela y otras especias cuyo valor en esa época, era en peso más elevado que el oro. Su nombre proviene del árabe Jazirat al-Muluk cuya traducción significa “Isla de los Reyes”.

 

Las Molucas están ubicadas en el llamado cinturón de fuego del Pacífico y por ello son frecuentes los terremotos y abundan volcanes, algunos activos. Sus islas más importantes son la gran Halmahera y Seram con más de 450 kilometros de longitud, aunque muchas otras son también significativas como Toballai, Ternate, Tidore, Bacan, Sula, Buru, Ceram, Aru, Bakar, Kai, Tanimbar, o Liran entre otras...

 

 

 

 

La sorprendente historia de las Islas de las Especias

En el siglo XV, no existían neveras y las viandas se conservaban o disimulaban el sabor de su carne algo podrida, gracias a las olorosas especias. Eran sumamente apreciadas y extraordinariamente caras al no producirse más que en esta región del planeta. Los portugueses establecieron la primera fortaleza defensiva en la isla de Ternate pues era la única isla productora de clavo.

 

En 1.519 Magallanes logra llegar a Las Molucas navegando por el Oeste, y al estar situadas más allá del límite establecido en el tratado de Tordesillas, debían pertenecer a España. Algunos años más tarde, Elcano regresa a Las Molucas en la expedición de Jofre de Loaisa, y establece un fuerte en la isla de Tidore, en donde desembarcaron y vencieron los portugueses, que establecieron un férreo dominio de la zona hasta el siglo XVI.

 

 

 

 

El rey de España, Felipe II, encargó una expedición de 2 naves, partiendo de Nueva España (México), para explorar Las Molucas. Acudieron Luis de Velasco que era entonces Virrey de Nueva España y el fraile agustino Andrés de Urdaneta, familiar del Miguel López de Legazpi y buen conocedor de esas aguas. Así es establecieron los primeros españoles en las Filipinas que finalmente tendrían un potencial económico mayor al de las Islas Molucas.

 

En 1.599 desembarcó la Compañía Holandesa de las Indias, arrasando el territorio en una terrible represión, y aunque 7 años más tarde los Españoles junto con los Portugueses volvieron a tomar el control de Ternate.  En 1.663 España abandona los territorios de Las Molucas, que más tarde fueron ocupadas por los ingleses durante las guerras napoleónicas, para volver otras vez a dominio holandés entre 1.814 hasta 1.863. La locura holandesa llegó a exterminar a la mayoría de la población local y el resto convertidos en esclavos para el cultivo de la nuez moscada.

 

 

 

 

En la segunda guerra mundial fueron invadidas por Japón y finalmente declararon su independencia al perder estos la segunda guerra mundial en 1.945. Durante varios años y hasta 1.949 Holanda intentó reestablecer el control sobre este territorio, pero antes las presiones internacionales, finalmente reconocieron su independencia como provincia y parte de la actual Indonesia.

 

Pero en 1.998 se desató una ola de violencia que duró 4 años, alimentada por las desigualdades económicas, sociales y políticas entre musulmanes y cristianos. 5.000 personas perdieron la vida y medio millón más tuvo que escapar y abandonas sus hogares. 

 

Desde entonces, en Las Molucas conviven tranquilamente todos sus pueblos, y solo los restos de edificios coloniales atestiguan la violencia del pasado.

 

 

 

 

Recorrer el archipiélago de las Molucas

Aún se sigue cultivando el clavo, aunque ahora en la cercana isla de Sulawesi, con verdes paisajes impregnados del aroma a especias. Las gentes de los poblados viven una vida sencilla y tranquila y en las pequeñas comunidades y pueblos costeros con calles de arena, corretean despreocupadamente los niños. En los mercados al aire libre, abundan las frutas y verduras locales, entre gallinas y otros animales que alborotan cada rincón.

 

 

 

 

Fuera de las grandes ciudades, las infraestructuras son deficientes, aunque existen caminos de tierra y carreteras asfaltadas plagadas de socavones, entre una vegetación exuberante que conduce en muchas ocasiones a calas y rincones de postal... Las playas desiertas están formadas por fina arena blanca de origen coralino,… un paraíso. Para explorarlas desde tierra es buena idea establecerse en Bandaneira la capital, en donde es posible encontrar algunos hoteles.

 

Pero el barco es con seguridad la mejor forma de conocer Las Molucas, navegando entre sus numerosas islas selváticas, atravesando pasos y canales, fondeando aquí y allá, y desde luego buceando en sus increíbles fondos marinos, que a pesar de haber sido torturados con cianuro y fish-bombing, aun siguen siendo uno de los destinos por excelencia para la práctica del buceo.

 

 

 

 

Las Molucas son muy grandes y  están divididas en dos arcos paralelos; El del sur formado por el anillo de fuego que linda con el Mar de Flores, y las Molucas de las especias, algunos cientos de millas más al norte. Este otro arco está coronado por la isla de Halmahera con una forma tan retorcida como la de la enorme Sulawesi. Al Oeste están las volcánicas Ternate y Tidor.

 

 

Buceamos en las Molucas

Dicen que las inmersiones en estas aguas del Mar de Banda están al nivel del Raja-Ampat, auténtica meca del buceo mundial. Las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que se parecen y en algunos aspectos las mejoran, como por ejemplo los buceos en Ambon, en donde en otras expediciones, hemos podido disfrutar algunas inmersiones insuperables por la biodiversidad que ofrecen estos fondos. En las costas de Halmahera, los arrecifes de coral son sencillamente fantásticos y están al nivel de Tubbataha (posiblemente una de las mejores regiones de Filipinas para bucear en mitad del Mar de Sulu). En las Molucas es normal bucear entre densos cardúmenes de peces y quedar sorprendido inmersión tras inmersión, por la belleza de sus fondos marinos.

 

 

 

 

Las Molucas son increíbles, como también lo es Raja Ampat, y a unos pocos cientos de millas más al Este, la alucinante zona de Misool ya cerca de los increíbles territorios del Papua Nueva Guinea… Nada extraño pues nos encontramos en el corazón del triángulo del coral, con el Indopacífico en estado puro. Una de las mejores regiones del planeta, para practicar el mejor buceo del mundo y disfrutar en un entorno de navegación excepcional. Para mi,  posiblemente una de las más bellas regiones del planeta...

 

 

 

 

Expedición Desde Halmahera a  Raja Ampat.

En 12 días es imposible abarcar tanto territorio, y la zona da para realizar decenas de periplos y distintas expediciones. Incluso repitiendo un mismo recorrido, descubriremos diferentes singladuras en las que disfrutar en nuevos lugares, diferentes bahías, otras playas, pueblos de pescadores, fondeos imposibles de imaginar y renovadas experiencias.

 

 

 

 

El día a día en nuestra expedición de buceo comienza a la 6 de la mañana y para algunas inmersiones incluso antes del amanecer, cuando bajamos a ver los grandes tiburones martillo. Después de este primer buceo, nos espera un copioso desayuno sobre las 8:30, y un par de horas de descanso tumbados en las hamaca de cubierta. Sobre las 11 ya hemos escuchado el “briefing” de la segunda inmersión y estamos listos para volver a sumergirnos. Aunque los buceos se pueden extender algo más de una hora, no tiene sentido apurarlos, cuando sabemos que un rato después vendrá una tercera y otra cuarta inmersión…

 

 

 

 

A eso de la 1 de la tarde, ya hemos saciado el hambre que genera tanta actividad, con una comida exquisita gracias al buen hacer del chef y su intendencia. Después de cada buceo, el capitán y la tripulación navegan la phinisi a la siguiente zona de fondeo, en dónde localizan el siguiente punto de inmersión a veces con GPS, y otras con sus enfilaciones memorizadas. La tercera inmersión suele hacerse entre las 2 y las 3 de la tarde, y al regresar al barco en las lanchas auxiliares que utilizamos para movernos hasta los puntos de inmersión, le llega el turno a la merienda con zumos, frutas y algo de pastelería.

 

 

 

 

Ya son alrededor de las 5 de la tarde y aún quedan un par de horas de descanso hasta la puesta de sol. Con el ocaso a eso de las 7 de la tarde ya hemos cumplido con el tiempo de superficie, y comienzan las preparaciones  para el buceo nocturno. En cubierta hay un gran ajetreo de equipos y linternas y carcasas de cámaras submarinas. Al regresar de esta última inmersión nos espera la cena, que suele acabar sobre las 8:30 o 9 de la noche, momento perfecto para tomarse una cerveza y poco después ir a la cama, pues la siguiente jornada comienza de nuevo con el amanecer… Bucear, zampar, descansar, y disfrutar de la navegación y el entorno de Las Molucas. No se puede pedir más…

 

 

 

 

 

Navegar en las costas de Molucas

 

Las costas y los fondos marinos de esta provincia de Indonesia aún son bastante desconocidos y hay poca infraestructura hotelera o servicios en dónde alojarse para salir a bucear. Por ello un barco con ‘liveaboard’ es la mejor forma de organizar estas expediciones de auténtico descubrimiento, al menos submarino.

 

Cuando el barco llega  a un nuevo destino, nos acercarnos al poblado de pescadores para hablar con los “mayores” del lugar, a los que pedimos permiso para poder bucear y pescar en sus aguas. Nunca hay problema, pero es importante hacerlo, por respeto y educación y a cambio del algún pequeño ofrecimiento económico, nos permiten fondear y disfrutar en sus aguas costeras.

 

 

 

 

La expedición recorre el norte de Ternate, para luego dirigirnos a algunos arrecifes cercanos a la isla de Pulau Kajoa. Al día siguiente atravesamos el estrecho paso entre Halmahera y las tortuosas islas de Bacan, en dónde también encontramos otras fantásticas inmersiones. Desde allí el Damai navega toda la noche hasta los perdidos islotes de Pulau Pisang con puntos de inmersión como “big banana’ y ‘Bananarama’ a mitad de camino hacia la increíble isla de Misool, que de por sí es un destino en mayúsculas.

 

Los días siguientes arrumbamos al noreste hacia los territorios de Raja-Ampat, atravesar el canal de Sorong y llegamos a una de las zonas más emblemáticas del buceo mundial; El canal de Dampier al norte de la isla de Mansuar.

 

 

 

 

El periplo podría haberse definido de mil formas distintas y hubiera seguido siendo perfecto. El territorio es tan extenso  que se puede organizar de muchas formas diferentes. Rincones increíbles, fondeos de locura y nuevos lugares quedan pendientes para nuevas expediciones.

 

 

Las islas Lease y Ambón

De hecho ni siquiera nos acercamos a las “Lease Islands”, que sin embargo ya visitamos en otros viajes. Las Lease están situadas bajo las grandes islas de Buru y Seram, esta última de más de 400 kilómetros de longitud.

 

 

 

 

De las pequeñas Lease Islands, Ambón es la más importante y sin duda debería encontrarse entre los destinos de cualquier buzo que quiera flipar con la vida marina. Por poner un ejemplo, en una sola inmersión, pudimos ver el inaudito pez sapo psicodélico, cuyo nombre ya lo dice todo, diferentes rhinopias de sorprendentes colores, un pulpo de anillos azules, una brutal cobra marina, solo por destacar lo más significativo…. ¡Y esto en una sola inmersión! 

 

 

En la imagen, 2 peces Sapo Psicodélicos... Para flipar...

 

 

En otro buceo nos metimos en una cueva que tras doblar varias esquinas se hizo tan oscura como la noche cerrada. Al  cabo de un par de minutos y tras acostumbrar la vista a la oscuridad, apagamos las linternas para alucinar con cientos de  “estrellas” bailando a nuestro alrededor. El pez linterna emite luz en sus ojos para atrae a sus presas… Una verdadera locura...

 

 

Una bella Rhinopia de color difícil de explicar...

 

Y no debemos dejar de conocer las otras Lease, como la pequeña y cercana isla de Sarapua y concretamente su bahía norte (Tuhana), en donde encontraremos otros destinos de buceo alucinantes, así como en la pequeña isla de Nusa Laut y en ella el poblado de Ameth en donde hay una bahía de coral y unas fantásticas playas de arena blanca como la harina. Arrecifes con corales duros y blandos y una innumerable cantidad de esponjas, que poco a poco descienden hasta una plataforma arenosa a -40 metros.

 

 

 

 

En Enero la visibilidad alcanza los 30 metros y aunque los "bichos" grandes abundan desde Mayo a Julio, en cualquier época es normal encontrar tiburones puntas blancas, napoleones, barracudas, y grandes túnidos, además de otros pequeños peces de arrecife como sargentos, el siempre vigilante ballesta, cirujanos, cardinales, damiselas, lenguados, morenas, anguilas y otros tantos pequeños y coloridos peces de coral, de cuyos nombres ya ni me acuerdo…

 

Al lado se encuentra la minúscula isla de Molana, en cuya punta sur también podemos hacer excelentes inmersiones con un arrecife que gradualmente desciende desde -3 metros hasta los -20 en donde aparece el Drop-Off,  formado por una rica pared vertical plagada de cuevas y grandes y coloridos meros moteados que llega hasta los -40, en donde se establece un fondo arenoso.  Una auténtica fiesta…

 

 

 

Las islas de Banda

Sin haber sido destino de esta expedición, existen unas minúsculas islas al Sureste de Ambon conocidas como las “Islas de Banda” que son uno de los Tops del buceo en Indonesia. Si no vamos en barco, podemos volar desde la cercana isla de Ambón en turbo hélice. Buceo para todos los gustos, desde lagunas tranquilas como la de Banda Neira, hasta intimidantes paredes verticales como las de la isla de Hatta. En estas aguas es posible tener encuentros con tiburones de arrecife, mantas raya, grandes meros y túnidos, napoleones, tortugas …

 

 

 

Y por supuesto toda la colección caleidoscópica de coloridos pequeños peces de arrecife poblando corales tabulares, de cerebro y de todas las formas. Pocas corrientes y a penas existen daños por la ilegal pesca con dinamita. Hay dos temporadas para acertar en estas aguas: Durante los meses desde Marzo, Abril, y Mayo, y la segunda temporada durante el mes de Septiembre, Octubre y Noviembre. Lo mejor; en el mes central de cada temporada Abril y Octubre. Fuera de las dos temporadas es cuestión de suerte, ya que podemos encontrarnos con mares más bravíos, especialmente en Diciembre y Enero durante el monzón del Noroeste. También debemos evitar Junio, Julio y Agosto por el monzón del Sureste. La visibilidad suele ser de 10 a 20 metros, pero si acertamos con los meses de Abril y Octubre es posible encontrar aguas cristalinas con hasta 40 metros de visibilidad.

 

 

 

 

 

 

 

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