hay coches y la vida transcurre despacio y despreocupada. Creta
ofrece imágenes de otros tiempos, olivares y viñedos históricos,
escenas callejeras perdidas en nuestra acelerada cultura actual,
contacto con tradiciones centenarias, una gastronomía sana y
exquisita, y unos paisajes costeros únicos.
En sus costas
más occidentales se encuentra Chania, posible puerto de destino si
venimos navegando desde el sur del Peloponeso. Chania es una de las
más bonitas ciudades de Creta en donde podremos buscar amarre para
dejar el barco y planear diferentes excursiones, entre las que cabe
destacar las espectaculares rutas por algunos de los barrancos más
profundos de
Europa. Sus montañas blancas dentro del parque Nacional de Lefka Ori
ofrece paisajes y excursiones ideales, para tras unas largas
navegaciones, dejar el barco amarrado y disfrutar en diferentes rutas de trecking, por
atrevidos barrancos que suelen estar cerrados durante el
invierno y la primavera ante el riesgo de peligrosas crecidas.
Creta es una
isla rocosa con una costa norte escarpada en donde se alzan montañas
de hasta 2.469 metros de altura. En el Oeste la costa es más suave
y en el sur, aunque también en su mayoría abrupta, de altura más
baja y por tanto propensa a ofrecer buenos resguardos al abrigo del
viento predominante en verano, salvo cuando se encañonan las racha katabaticas de las gargantas, que pueden convertir la costa en un
lugar peligroso.
El Meltemi
suele soplar con componte Nord-Oeste normalmente con fuerza 5 o
fuerza 6 en la costa norte y debilitado a fuerza 2 hasta 4 en la
parte sur de la isla. En invierno los vientos del sur pueden hacer
de esta costa un lugar peligroso y por tanto la travesía por el norte es
más adecuada.
En su costa
Sur desembocan numerosas garganta, perfectas para excursiones de
trecking. Durante el invierno, en ocasiones se
encañona el viento en estas formaciones geológicas formando fuertes chorros de aire descendente. La
temperatura en verano es calurosa con media de 36 grados y en
ocasiones días de 40ºc.
No debes
perderte la Garganta de Samaria, que con sus 16 kilómetros se
convierte en la garganta más larga de Europa.
La cultura
Minoica
Los cretenses
son por encima de todo de Creta y luego además Griegos. Su historia
ha sido siempre turbulenta. Habitada desde el neolítico, dió lugar
al nacimiento de la civilización Minoica durante los años 2.000 antes de
Cristo. De repente en el año 1.450 antes de Cristo, su civilización
desapareció de la noche a la mañana, posiblemente como consecuencia
de una tremenda erupción volcánica y terremotos de dantescas
dimensiones que cubrieron de
cenizas sus ciudades y palacios como el de Knossos.
Luego se
establecieron los Dorios en el 800 antes de Cristo, para
ceder el paso al imperio Romano y a los Bizantinos de
los que se conservan frescos y numerosas ruinas. Los sarracenos la
invadieron durante 100 años y después llegaron los Genoveses que la
vendieron a los Venecianos en el siglo 13. Son los Venecianos
quienes construyeron la
mayoría de los vestigios que ahora podemos visitar. En 1.669
llegaron los Turcos que tomaron la isla hasta 1.898, para finalmente pasar a
integrarse con los territorios de la Grecia actual en el año 1.913.
La mitología
de Creta es profunda y sorprendente. En una cueva de Creta, la Diosa
Rhea dio a luz a Zeus que fue cuidado por las ninfas que lo defendían
del demoníaco Kouretes, cuyos golpes con los escudos enmascaraban los
lloros de pequeño Zeus, para que Kronos no los pudiera oír y así el
demonio Kouretes lo pudiera devorar. Años más tarde, Zeus se disfrazó
como toro para conseguir a Europa y hacer el amor, de cuyo fruto
nacería Minos que al crecer fundó el imperio Minoico, cuna de la
cultura más arcaica e importante de todo el Mediterráneo. En
aquellos milenarios tiempos, incluso Ática pagaba tributos a
Creta, hasta que el príncipe Ateniense Thereus mató al mítico
Minotauro.
Llegar a
Chania
Al oeste de la
bocana hay un rompeolas parcialmente sumergido que despeja la bocana
de los frentes del Noroeste pero que puede hacer peligroso la
arribada con fuertes vientos de mar. La parte Este del puerto de Chania está llena de barcos locales, siendo más recomendable amarrar
nada más entrar a nuestro estribor en el dique sur.
Chania fue la
capital de Creta durante siglos y no es para menos, pues el barrio
antiguo y los alrededores del puerto ofrecen rincones muy agradables
para pasea, cenar y deambular desde su castillo veneciano hasta la
mezquita. El barrio antiguo veneciano, trepa vibrante de vida, entre
sus calles
adoquinadas, que conducen a diferentes plazas dentro de su casco
histórico. Un auténtico paraíso para los amantes de la cocina griega
y los vinos más exquisitos que podremos degustar en sus numerosas
bodegas.
El Oeste de
Creta
La playa de
Balos es parada obligada pues dependiendo de donde sople el viento,
podremos echar el ancla en uno u otro lugar, y descansar en un
entorno de aguas cristalinas y seguras para la
línea de fondeo. Al desembarcar con la auxiliar podremos admirar toda una
extensa paleta de colores desde el turquesa al esmeralda con matices
de color cian.
Otra playa muy
apreciada es la de Elafonisi cuya arena rosada ofrece unos tonos
impresionantes durante las puestas de sol. Como en muchos rincones de
Grecia la limpieza de sus aguas ofrece una transparencia cristalina.
Navegando al Este
por la costa Sur llegamos a las primeras desembocaduras de sus estrechas
gargantas, en el entorno del parque natural de Samaria, en donde
también podremos fondear en la playa de arena negra de Agio Roumeli.
Cerca se encuentra Loutro que nos recuerda a los encantadores
pueblos de las islas cícladas y al que solo se puede acceder en
ferry, pues no hay camino que atraviese las empinadas gargantas.
Paradita en la
isla de Gavdos
La mitología
cuenta que en este islote se escondes tesoros que pertenecían a la ninfa
Calipso. Se trata de la isla más al sur del toda Europa, y en las
calles de su población podremos pasear sin humos y ruidos de motores
pues no hay vehículos. Los habitantes de Gavdos viajan desde Creta
desde un servicio de ferry que comunican Sfakion y Palaiochora.
Rumbo Este
Al navegar por
la costa sur hacia el Este, alcanzaremos más adelante el pueblecito costero de Rethymo cuyas raíces veneciano decoran toda su arquitectura,
empezando por su impresionante fortaleza y en cuyo interior podremos
visitar la mezquita de Ibrahim Han, testificando la riqueza cultural
de la isla. Su puerto de pescadores es puro ambiente durante los
meses estivales. Debemos bajar a tierra para empaparnos de su ambiente festivo y
lleno de animación. Las cenas en cualquiera de sus numerosas
tabernas y bares resulta un auténtico places culinario que puede
valer como antesala de una divertida noche regada con el licor de Raki.
Unas decenas
de millas más haciendo Este, alcanzaremos la playa de Preveli
considerada como un sorprendente oasis costero a los pies de las
montañas de la cordillera y en donde podremos desembarcar con la
neumática avanzando un poco por el río Preveli sombreados por sus altos
palmerales. Como en cualquier rincón de Creta, encontraremos también
numerosas tabernas y rincones para cenar y descansar con
tranquilidad.
El extremo
Este de la isla es una de las zonas más desconocidas de Creta en
donde hay poco turismo. Toda la zona de Lassithi está poblada por
decenas de aldeas y pueblecitos costeros cuyas fachadas encaladas
contrastan con el azul más intenso del Mediterráneo.
La costa del
Norte
La localidad
de Agios Nicholaos es otro de esos lugares inevitables en los que
podemos detenernos al menos por una noche. Su puerto pesquero rebosa
encanto especialmente en las noches de verano y al pasear
descubriremos su lago de Voulismeni rodeado por casitas rústicas que
compiten con las que dan a la costa mediterránea.
Como en otros
lugares, no tendremos problema para poder elegir dónde comer o cenar,
o detenernos a tomar un aperitivo. El turismo que soporta se ha
llevado parte del encanto que tenía este antiguo pueblo de
pescadores, a pesar de lo cual bien merece una visita. Pero esta
zona conocida como Lasithi ofrece también otros recorridos de
interior interesantes como el palmeral de Vaii, o los molinos de
viento del altiplano del Este.
La marina
deportiva de Agios Nicholaos ofrece 250 amarres hasta esloras de 25
metros y está muy protegida de todos los vientos, además de ofrecer todos los
servicios que pudiéramos necesitar.
El siguiente
destino rumbo Oeste podría ser el puerto es Elouda en donde
podríamos también fondear protegidos por su gran bahía, cerrada por
la península y fortaleza abandonada de Spinalonga en la que resulta
interesantísimo desembarcar con la dingui y recorrer sus
construcciones y fortificaciones históricas ahora deshabitadas.
Hace 100 años se convirtió en una leprosería, ahora atractivo
turístico por la claridad y el color de sus aguas azul celeste.
Rumbo Oeste
podemos dirigirnos a Milatos con un pequeño puerto de entrada somera
cuyo calado no supera los 2 metros, y en donde amarrar para recorrer
la zona hasta las colinas cercanas en donde se encuentran las cuevas
de Milatos que utilizaron con poco éxito los cretenses para
esconderse de la invasión turca. Desde este lugar, también podemos
hacer una excursión a las ruinas del palacio Minoico de Malia, que
si bien no ha sido reconstruido como el de Knossos, sigue siendo de
mucho interés, y no tiene tanta afluencia de turistas.
En la costa
norte encontraremos todavía más al Oeste, buenos puertos como Sitia y otros
más en ruta hacia Heraklion la capital en donde con fuerte Meltemi
la entrada puede ser algo más complicada, aunque dentro estaremos
bien protegidos. La ciudad está protegida entre el monte Psiloritis
y al Este por las montañas de Lasithiotika. Heraklion ofrece varias
interesantes visitas históricas a diferentes asentamientos.
Más adelante
tendremos varios puertos pequeños hasta llegar a la marina de
Rethymo, haciendo noche de fondeo por ejemplo en la bahía de Ligaria
o en Agios Pelagia si la mar lo permite.
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