Raja
Ampat; las islas olvidadas
Perdidas en las remotas regiones de Papua Nueva Guinea, Raja
Ampat ofrece miles de rincones de fantástica belleza.
En el corazón del triángulo del coral descubrimos la
naturaleza más virgen y espectacular de
nuestro sorprendente planeta. |
Navegar a vela, a motor, en
neumática o bucear en sus hermosas aguas es una experiencia
sublime. Nos permite contactar de nuevo con la naturaleza en estado puro.
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Redescubrir las
desconocidas vivencias
que llevamos todos
muy dentro de
nuestra
memoria colectiva, cuando aún el ser humano
habitaba en un hermoso paraíso. Raja ampat ofrece
un fantástico escenario en donde entender que lo más bello, lo más
valioso, lo más hermoso nos fue regalado desde siempre. Mares de azul
intenso, sinfonía de tonos turquesas conjugados con los más
brillantes cromatismos esmeralda. Miles de islotes y pináculos
desbordantes de vida. Cardúmenes de impresionante densidad bajo las
aguas, aves de gran colorido, temperatura perfecta y una atmósfera
pacífica y relajante.
“…Llegamos al atardecer a las islas Farundi. Y con el motor a
ralentí nos adentramos en una cala cerrada cerca en la zona de Misool."
"No damos crédito a lo que vemos. La entrada
es estrecha pero permite un cómodo paso a nuestra Phinisi de 18
metros. Un poco más lejos se levanta el escarpado
acantilado tapizado de vegetación. Preparamos la
maniobra del ancha en mitad de este “circo” natural rodeado de
paredes selváticas caídas a aplomo sobre el azul de las aguas. Y al
fondo, un estrecho paso de no más de 2 metros de anchura, nos
permitiría descubrir, desde la neumática,
un espectáculo aún más sorprendente...”
¡Alucinante!
No hay suficientes palabras para describir tanta hermosura. Sólo
algunos rincones de Micronesia, Polinesia y Centro-América pueden
competir con tanta belleza.
Al descubrir estos rincones solo se me
ocurre pensar; ¿será posible que esto no
figure en ningún folleto de ninguna agencia de viajes de aventura? Pero todo
tiene su explicación. Llegar a estos recónditos parajes,
especialmente desde la introducción del pasaporte COVID, requiere
un viaje muy largo y complicado pues no existen fáciles conexiones de vuelos y no
hay ninguna infraestructura
que deje margen comercial a las agencias de turismo. ¡Que así sea
por muchos años!
Nos
encontramos a 0º de latitud y al oeste de la gran isla de Papua-Nueva Guinea.
Durante las dos semanas de expedición programada navegamos en una
cómoda goleta de madera, rodeados de mares protegidos por un
rosario de
islas e islotes. Un periplo de cientos de millas que nos permitirá
descubrir y disfrutar la naturaleza en estado puro.
Declarada por la
UNESCO Patrimonio de la Humanidad, en Raja Ampat aún se descubren nuevas
especies en un entorno submarino tan rico como sorprendente.…
A bordo del Phinisi
alquilado
en el que recorrimos varios centenares de millas para descubrir
la región de Raja Ampat al oeste de Papúa Nueva Guinea.
Raja Ampat
Bahía cerrada en las
islas Farundi. Aguas cristalinas de miles de tonos azules y
verdes. Uno de los lugares más bellos que hemos descubierto de
todo el planeta.
Llegamos en
avión a Sorong, la ciudad más importante de esta región formada por un
intrincado laberinto de islas e islotes en la que lo normal es
descubrir playas desiertas, arrecifes llenos de vida, lagunas
secretas, y parajes sorprendentes.
A pesar de
estar en el mismo ecuador, no hace mucho calor y la temperatura es
perfecta para nosotros; 29 grados centígrados tanto fuera como
dentro del agua.
Las
condiciones de navegación son excelentes,
con la mayoría de los días soleados y aguas tranquilas, incluso en
los tramos con travesías más largas de más de 100 millas náuticas
desde el norte de Wayag hasta el sur de la isla de Misool. Raja
Ampat es un laberinto de islas con aguas protegidas tanto del
viento como del oleaje.
La densidad de fauna
submarina a veces oculta las rocas del fondo del arrecife.
Nos
encontramos en el cogollo del triángulo del coral, la una de las
zonas de mayor biodiversidad del planeta. 500 millas a sur de las
Filipinas, 500 millas al norte de Australia, Borneo a 500 millas
por el Oeste y todo el Indopacífico abierto
hacia el Este.
Estamos en
el Oeste de la enorme isla de Papúa en la región conocida como Irian Jaya. Las 4
islas principales Batanta, Waigeo, Salawati y Misool están
rodeadas por 1.500 islas menores e islotes 'flotando' sobre bancos de
arena coralina en los que crecen manglares y densa vegetación.
Playas al norte de
RajaAmpat con arena blanca y colores turquesas. Lo mejor está
debajo del agua.
En la lengua
local “Raja-Ampat” significa “cuatro reinos”, pertenecientes a los
4 rajás que desde hace 5 siglos gobiernan las cuatro islas
principales. Sus aguas fueron el escenario de recientes combates
aéreos durante la II Guerra
Mundial en el frente del Pacífico, peleado por Japoneses
y Norte-americanos.
Por ello en la zona hay
decenas de pecios buceables, como barcos de transporte japoneses y
al menos 35 aviones de combate Mustan P47 y Zeros japoneses.
La mayoría
de los islotes están deshabitados y adentrarse en el terreno
obliga a llevar machete, tal es la densidad
de la cubierta vegetal. En la isla de Waigeo aún es posible el
encuentro con tribus amables que parecen vivir en épocas arcádicas
y remotas. La selva nos descubre plantas únicas y una gran
variedad de pájaros coloridos como la famosa ave del paraíso de
Papúa.
El bello pez caja
amarillo puede ser visto en muchas inmersiones.
Wayag
Wayag en el norte de
Raja Ampat. Un paisaje majestuoso.
Durante los
primeros días, navegamos desde Sorong hasta el extremo norte de
Raja Ampat a sólo 600 millas por mar de
Micronesia. Hemos costeado la gran isla de Waigeo en la que en los
últimos años y por motivos políticos se ha construido Waisai la
nueva capital de esta región. Todo un mundo de nuevas
oportunidades.
Wayag está
formado por unas decenas de islas e islotes que recuerdan
demasiado a las fantásticas Rocky Island de
Papau (Micronesia) No en vano nos encontramos a menos de 1.000
kilómetros de ese lugar. Afortunadamente el gobierno regional ha
declarado toda la zona Parque Natural y no es para menos.
Una vez
fondeados en sus remansados canales es imprescindible coger la auxiliar y desembarcar en alguna de sus playas desde las
que se puede hacer una corta ascensión para subir a la cima, donde
nos espera una de las vistas más bellas del planeta. Las
cumbres están a sólo unos pocos cientos de
metros de altura, y desde ellas el paisaje es único. Durante la
empinada ascensión o casi escalada, debemos tener cuidado en donde
pisamos para no tropezar con las piedras sueltas.
Las protegidas y
desérticas playas de Wayag ofrece fantásticos recovecos y canales.
La vista
majestuosa bien merece el esfuerzo, pero no olvide subir con una
botella de agua. Descubrimos un complicado laberinto de canales y
lagunas interconectadas entre pasos de aguas esmeraldas y
turquesas, que poco después disfrutamos navegando en la neumática
durante el resto de la jornada.
El paisaje
te deja atónito mientras avanzamos lentamente por un espejo de
agua, acariciando en algunos pasos las afiladas y oscuras rocas
volcánicas sin vegetación por el efecto de las mareas. El resto es
pura selva tan empinada como impracticable.
Desde las cimas de
las montañas de Wayag la vista es majestuosa. Al fondo nuestro
velero.
Cocodrilos de agua salada
Los hay,
aunque no tuvimos la "suerte"
de encontrarlos. Entre la isla de Gam y el islote de Janggelo se esconde
un estrecho canal en donde decidimos fondear y pasar el día
buceando y navegando por los alrededores. Un guía local nos avisó
de la existencia de estos peligrosos animales vistos especialmente
en este área.
Frente a la
costa de la isla de Gam, encontramos un estrecho canal
perfecto para fondear.
En mitad del pasaje encontramos fondeado al velero Arenui, al cual decidimos visitar y saludar,
pues conocíamos desde hace tiempo a su capitán Jerry. La playa se
alterna con manglares de aguas claras por la que paseamos
cómodamente hasta que escuchamos un fuerte ruido entre la
hojarasca que nos hizo salir corriendo de estampida. Posiblemente
se tratara de algún gran varano como el que encontramos un rato
antes en otra de las playas en la que desembarcamos.
Navegar en Raja Ampat a bordo del Damai
Posiblemente la más
lujosa Phinisi de toda Asia. Navegar en los Damai es toda
una experiencia para los sentidos. El paraíso perfecto desde
donde conocer los rincones más vírgenes y bellos de Asia.
La flota Damai ofrece dos
goletas de 40 metros de eslora con solo 6 camarotes de
máximo lujo y con una servicial y afable tripulación, para
disfrutar de la mejor navegación y el mejor buceo del
planeta.
...
más información
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Las islas Fam y Penemu
Raja Ampat
está plagado de sitios que no debemos dejar de conocer. La isla de Penemu
en el área de las islas Fam es uno de ellos. El buceo es tan
espectacular, rico e interesante como el que descubrimos también en
el famoso canal de Dampier a lado de la isla de Mansuar en donde
se encuentran los resort dedicados al buceo más conocidos de la
zona.
Todas las
inmersiones son de gran interés aunque con bastante corriente a
pesar de esperar para tirarnos al agua al cambio de mareas, cuando
estas se suavizan.
Al fondo las
remansadas aguas de la laguna de Penemú contrastan a los pocos
metros con el mar abierto
Para rematar
la tarde cogemos la neumática pues nos han hablado de una laguna
que existe por la zona y nos han comentado que merece la pena ver.…
¡Merece la pena! Es todo lo que nos dijeron... Vas navegando por la
costa y de repente entre dos rocas aparece una entrada a una bahía
tan secreta como inesperada, a pesar de
haber sido avisados de su existencia.
No nos lo
podíamos creer, tal era la incomparable belleza del paraje! El
color de sus aguas es verde esmeralda y en mitad de la somera
laguna filmamos una gran tortuga nadando en circulo alrededor
nuestro. En la costa de
la laguna se van abriendo entre riscos volcánicos, diversos pasadizos
navegables tan estrechos que apenas cabe nuestra neumática, y de
repente vuelve a aparecer otro circo o
bahía imposible de descubrir a no ser que estés en su misma
bocana.
El recóndito paraje es pura paz. Apagamos el motor de la
auxiliar y disfrutamos con el eco entre sus inclinadas paredes. Sólo
un pájaro negro de cuello rojo parece percibir nuestra presencia y
sale volando entre las verdes pendientes mientras resuenan entre
los riscos, sus alas
al batir el aire.
La paradisíaca isla
de Janggelo al norte del canal de Dampier.
Continuamos
navegando, en donde con seguridad nos
hubiéramos perdido entre tanto pasadizo de no haber
contado con la presencia de “Wilson” nuestro guía. Al fondo
de la larga laguna aparecen unas construcciones lacustres en la
que un agradable aldeano está construyendo una sencilla pero
agradable posada. Naturalmente no debemos olvidar llevarnos
mosquitera y repelentes en caso de pretender pasar allí la noche.
Navegar hasta Misool
Misool
ofrece también paisajes e inmersiones inolvidables. Que digo,
¡Fabulosas!
Desde las
islas Fam nos toca navegar un buen trecho
de unas 100 millas náuticas hasta alcanzar el Sureste de Misool
que es donde están las mejores inmersiones de la zona.
A mitad de
camino, los islotes han desaparecido y se nota que navegamos en mar
abierto con un oleaje de un metro que no ofrece ninguna
complicación a nuestro velero. Pero sin lugar a dudas es necesario
llevar un buen skipper a bordo que conozca la zona, pues las
batimetrías cambian bruscamente y podrían dar un buen susto a
quien no conozca el lugar. De repente y en mitad de la nada se
levantan unos escollos que posiblemente no vengan en las cartas
con el detalle al que estamos acostumbrados a navegar por el
Mediterráneo.
Al fondo de la bahía,
un estrecho canal da entrada a otra enorme bahía totalmente cerrada por
impenetrables riscos
e inaccesible salvo
en embarcación neumática de pequeña eslora. Un paisaje imposible y
extremadamente bello.
Misool como
el resto de Raja Ampat está plagado de islotes y parajes
paradisíacos. Islas, islotes, pasos, canales y aguas ricas y
desbordantes de vida. Todas y cada una de las inmersiones que
efectuamos son de “libro”. Cardúmenes, tiburones, biodiversidad
efervescente y una calidad de buceo máxima.
En ocasiones la
densidad de peces es tan desmesurada que no te deja ver la pared
rocosa que hay detrás y es normal ir viendo especies que nunca
antes hemos apreciado. Los corales blandos
ofrecen una gama de coloridos deslumbrante y variada con tonos
rojos, amarillos, naranjas, morados y malvas. En comparación con
otras zonas de Raja Ampat, en Misool pudimos disfrutar con las aguas más
claras con una visibilidad de unos 20 metros.
Este recién nacido "black-tip"
filmada en Misool, no tiene más de 30 o 40 centímetros.
Filmando en los
fantásticos canales de los islotes Farundi.
Al día
siguiente decidimos visitar el emblemático Misool Eco Resort dedicado en exclusiva al
buceo, en el que lo más importante es la preservación del entorno
y el respeto por la vida marina. Por la VHF pedimos permiso a sus
dueños que amablemente nos invitan a conocer su eco-mundo. En su
playa privada viven y crecen varios alevines de tiburones punta
negra de solo 40 centímetros de longitud que apenas acaban de
nacer.
Paramos en cualquier
playa haciendo navegación hacia el Sur rumbo a Misool.
Una playa desierta
con cocoteros, aguas a 29 grados y arena blanca. Así es Raja-Ampat
en Irian-Jaya
Raja Ampat; Patrimonio de
la humanidad
Así
catalogadas por la Unesco desde hace sólo
unos años, tras varios informes científicos realizados en 2002 en
los que se comprobó que el área ofrecía la mayor densidad de vida
y diversidad de especies del planeta.
Los biólogos marinos son
capaces de identificar hasta 400 especies de corales distintas en
una sola inmersión. En total se han contabilizado 465 especies de
coral diferentes de las cuales 20 son
nuevas para la ciencia. Para contrastar estas cifras debemos saber
que en todo el Caribe existen 67 especies diferentes... La
plataforma coralina de todo Raja Ampat
supera a la superficie de España y ofrece todas las especies de
corales blancos, esponjas, corales duros,
tunicados, estrellas de mar, y anémonas imaginables.
Bello ejemplar de
Pez León.
Los
arrecifes desbordan de vida marina y es una suerte que se
encuentren en un rincón tan remoto y alejado del mundo occidental
en donde la presión humana, al menos por ahora, no ha maltratado
excesivamente la calidad y belleza de sus aguas impolutas.
Al navegar y
bucear en estos mares te sientes como un niño de 6 años que descubre
por primera vez algo único y precioso. Debemos encontrar la manera
de preservar Raja Ampat, seguramente la
última frontera del planeta.
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Payasos de muchos
tipos siempre protegidos en sus anémonas urticantes.
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