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Ride Sea: la costa vasca desde el mar II

  

Un enorme recorrido por todo el litoral, recalando en los lugares con más encanto y belleza de la Costa Vasca. Playas verdes en las que se intercalan puertos escondidos. Acantilados y rincones que nos hablan de una historia gloriosa en la que se palpa el valor de lo auténtico.

Una experiencia magnífica que arranca desde Bilbao rumbo 90º, milla a milla hasta Hendaya ya en el país vasco francés. Conoceremos los pueblos y rincones más bellos de este precioso litoral tan cargado de historia como de paisajes únicos. El País Vasco es perfecto para navegar con una pequeña barca y recorrer lentamente sus pueblos milenarios llenos de encanto y enigma. Pero es importante viajar sin prisas y parar siempre que sea posible para pasear por las calles empedradas de sus misteriosas villas y saborear en sus tascas los apetitosos platos.

 

 

Desde Lekeitio a Ondarroa, Mutriko y Zumaia

Pasado el faro de Santa Catalina tiramos rápidamente hasta la localidad de Lekeitio protegida por su islote o isla de San Nicolas a la que se puede llegar andando en marea baja. Al salir de nuevo hacia nuestro siguiente destino y yendo demasiados confiados, decidí pasar entre la costa y el famoso istmo. Sin quererlo, nos vimos rodeados por un fondo sumamente somero y salpicado de rocas que nos llegó a poner algo tensos. Motor casi fuera del agua y a ralentí nos sacaron del apuro sin ningún rasguño en nuestro casco. El entorno en la comarca de Artibai esconde un paisaje privilegiado adornado por la iglesia de San Nicolas enclavada en la desembocadura del río Lea. Lekeitio habitada desde la prehistoria tuvo fuero propio en incluso privilegios para la navegación que condujeron a la realización de actos de piratería con patente de corso.

Ondarroa a pocas millas pasa casi desapercibida, pues para llegar a ella desde el mar hay que adentrarse en el río y pasar bajo su puente. La rivalidad entre Ondarroa y Lequeitio es histórica y proviene de la época feudal disputando las tierras y también el mar durante las épocas en las que se cazaban ballenas.

En Mutriku considerada conjunto histórico monumental, nos encontramos con un puerto de piedra lleno de encanto cerca de la desembocadura del río Deva. De nuevo se trata de una pequeña población milenaria en cuyo casco medieval se construyeron importantes palacios pertenecientes a las familias aristocráticas. Sus empinadas callejuelas colgadas de la ladera se precipitan en el mar a pies de su bello puerto pesquero pero con instalaciones para barcos de recreo.

El día va cayendo y sin demora ponemos rumbo a Zumai en donde descansaremos un par de días. La entrada se efectúa por una larga ría en la que se ha construido un importante puerto deportivo con buenas y limpias instalaciones. Tan limpias que hasta los patos se pasean justo a nuestra amura mientras cenamos plácidamente en la bañera de nuestra Cap-Camarat. El paseo hasta la cercana playa de Itzurun ofrece unos atardeceres anaranjados de enorme belleza y en sus centenarias callejuelas descubriremos numerosas tabernas en la que saborear los sabrosos pinchos.

 

 Guetaria, Zarautz y San Sebastian

Guetaria es ciertamente pintoresco y en una de sus casas nació Juan Sebastian Elcano, el primer hombre en dar la vuelta al mundo. Ríete tú de la Vendée-globe… Los restaurantes son famosos por su pescado a la parrilla y su famoso vino blanco. La villa de Guetaria fue fundada durante la ocupación romana en el siglo II a.C. Historia no le falta! Y también fue escenario de sangrientas batallas navales como la de 1.638 cuando los franceses derrotaron a las escuadras españolas o la de la guerra de la independencia en 1.811 también contra los franceses que volvieron a conquistar la villa causando graves desperfectos. El casco antiguo de Guetaria trepa entre pronunciados desniveles salvados por pronunciadas escaleras de piedra. Sus murallas casi han desaparecido y bajo la iglesia de San Salvador atraviesa un pasadizo que une su calle mayor con las escaleras que bajan al puerto.

A sólo milla y media se encuentra Zarautz famosa por su larga y surfera playa y a continuación Orio protegido del mar por su profunda ría cuya entrada queda definida por un dique curvo y un largo rompeolas.

Desde allí la costa no ofrece refugio alguno hasta llegar a San Sebastián, capital cosmopolita de Guipúzcoa y a a sólo 20 kilómetros de la frontera con Francia. Su paisaje está dominado por la Bahía de la Concha y la isla de Santa Clara. La milenaria Donosti fue fundada allá por el año 1.101 por el Rey Pedro I de Aragón y esconde entre sus calles infinidad de edificios emblemáticos. Su puerto de pescadores tiene mucho encanto y a su lado se encuentra una zona portuaria reservada con pantalanes para embarcaciones de recreo. Las hambrientas gaviotas nos pasan sin cesar sobre nuestras cabezas, mientras tiramos unas fotos y salimos de nuevo al mar pues es imposible encontrar una sola plaza libre.

Una pena pues las ciudad bien merece una visita de varios días. Por ello lo mejor es tirar hacia Hondarribia y alquilar un coche para su visita.

 

Desde San Sebastián a la frontera francesa

España se acaba en pocas millas pero aún nos quedan varios puertecitos llenos de encanto. Desde San Sebastián llegamos a Pasajes de San Juan cuya entrada desde el mar es casi apocalíptica entre paredes verticales con abundante vegetación. Este singular municipio costero está formado por cuatro barrios repartidos en torno a la ría de Oyarzun y forma un perfecto puerto natural aislado de los fuertes embates del mar Atlántico. Entramos a través de una estrecha bocana natural entre los montes Ulia y Jaizquibel y una vez dentro aparecen demasiadas construcciones que sin duda rompen la belleza de lo que antaño fue un enclave tan magnífico.

Durante siglos las aldeas de pescadores de Pasajes de San Juan y San Pedro disputaron por el control de la ría. Su adoquinada calle principal forma por sí sola el casco antiguo abriéndose paso a través de antiguas casas de pescadores colgadas de las pendientes rocosas entre pasadizos y y rincones de gran interés.

Tras una última navegación de apenas 8 millas llegamos a Hondarribia, también conocida como Fuenterrabía y de ahí a Hendaya, donde comienza en nuestro país vecino, el país vasco francés. Ambos pueblos tienen dos estupendas marinas de recreo, pero preferimos el puerto deportivo de Hendaya en Francia pues  sus gestores son más amables y los precios notablemente más económicos.

 

Comienza el País Vasco Francés…. ("Ride Sea; Las Landas, sensaciones fuertes")

 

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