¡Adios Ribadeo! Partimos con los tanques llenos hacia una nueva
etapa, un nuevo destino. Todo está por descubrir. La Cap Camarat 755 WA
va de cine. El Yamaha F350 es uno más de la tripulación. Al salir al
Atlántico saliendo bajo el largo puente de Ribadeo enfilamos la costa
rumbo al Este. La etapa ha comenzado.
Hemos esperado una buena meteo para
volvernos a lanzar a recorrer la costa norte, aunque el mar dista
mucho de ofrecer unas condiciones de calma chicha. Pero
todo está bien, ya que la Jeanneau navega perfecta incluso con olas
respetables. Además llevamos un razonable despliegue en equipos de
seguridad.
La costa se
proyecta como un frente rectilíneo de acantilados salpicados de playas
y entrantes que se suceden hasta el infinito. Las paredes
verticales como la del impresionante Cabo de Peñas que es el punto
más septentrional de Asturias son majestuosas.
Parada en
Viavelez
La entrada al
pequeño puerto de Viavelez es impactante. Da "un poco de
cosa" acercase pues, aunque el mar está bueno, hay algo de oleaje.
Pasamos el segundo espigón de poniente tras dejar atrás el del Este que defiende el puerto de la mar, y enseguida
encontramos
un tercer espigón que te obliga a virar suavemente mientras te
adentras en un recoveco minúsculo. Estamos en marea baja, de modo que
hay que andarse con ojo en la sonda, especialmente en un lugar que
nos resulta desconocido. Ya vemos los pequeños pesqueros fondeados
mientras descubrimos que el puerto vuelve a hacer otro meandro en el
que decidimos no adentrarnos por miedo a tener insuficiente calado.
Sin lugar a dudas el pueblo pesquero mas hermoso de la cornisa
cantábrica. Su puerto con las pequeñas barcas nos hacen presenciar
una imagen única. Adentrarse por sus callejuelas y oler el mar nos
recuerda la vida de los pescadores de antaño.
En las
siguientes millas descubrimos un montón de pequeñas calitas con
playas entre un paisaje rocoso con infinitud de rocas
que bordear. Pequeñas playas como las de Pormenande y algunas más
grandes como la de Arboces en las que decidimos no parar para llegar
hacia Ortiguera y Navia.
La Ría de
Navia
Acabamos de
pasar el minúsculo puerto de Ortiguera que no ofrece ningún
resguardo digno de llamarse así, aunque si que tiene una larga rampa
para poder subir y bajar pequeñas embarcaciones. Pasamos delante del
faro de Ortiguera y enfilamos rápidamente la entrada de la ría de
Navia que en nada se parece a las rías gallegas ya que se trata
verdaderamente de un río ancho cuya desembocadura se funde en el
océano.
Si no has entrado nunca en ella, la cosa no parece
excesivamente franca. Te tienes que ceñir por un estrecho canal pues
a ambos lados ves como las olas rompen debido a los arenales que
rodean su desembocadura. Al entrar dejas con cuidado a la derecha la
playa de Navia y entonces ya te sientes de nuevo con seguridad. Tras
navegar una milla por un canal de unos 100 metros de anchura llegas
a Navia y puedes seguir navegando con toda tranquilidad río arriba.
Haciendo
surf con la Jeanneau; Un juego divertido
En
Asturias pudimos disfrutar de una experiencia muy divertida y
que de alguna manera se asemeja al surf. Las olas que nos
entraban en ocasiones por la popa al arrumbar a alguna playa o
ensenada nos hacían cambiar drásticamente nuestra velocidad.
Llevábamos el barco a poco más de 1.000 revoluciones navegando
tranquilamente a 6 nudos. Cuando llegaba la ola, de unos dos
metros por la popa del barco, este se subía sobre ella
mientras el barco se aceleraba casi de inmediato a 18-20 nudos
sin tocar para nada la palanca de gases.
A veces para arrancar
el surf es necesario dar un “empujón” de potencia con el
motor para terminar de centrar el barco en la cresta y luego
reducir gas para permanecer siendo empujados por ellas.
Es una
grata sensación pues te encuentras más alto que el resto del
mar lo cual te ofrece una visibilidad inmejorable como si
permanecieses subido en lo alto de una pequeña atalaya. ¡Que
gozada!
Permanecer subido sobre la ola durante un par de minutos
mientras te acercas a la playa a 20 nudos y casi en silencio
sin meter motor es algo diferente, y un juego del todo
recomendable, eso sí mientras no te dejes acercar
excesivamente a la playa en donde la ola va formando su
rompiente que podría llegar a atraparte.
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Puerto de Vega
Pasamos por
delante del puerto de Vega en el que entramos hasta el fondo y
pudimos imaginar lo que debe ser la entrada con temporal del
noroeste! Tan bonito como peligroso por no decir un suicidio! Pero
como las condiciones eran buenas nos metimos bien adentro y
descansamos unos minutos mientras nos zampamos algo de comer. El
fondo del puerto si que
queda bien resguardado! Amarres deportivos no hay ninguno pero
siempre es posible abarloarse a algún pequeño pesquero y descansar
un rato. Se trata de otro lugar realmente lleno de encanto.
Puerto de Vega es uno de los pueblos mas bonitos y pintorescos de la
cornisa cantábrica.
Y nuevamente
rumbo al Este hacia Luarca. Esta vez gas a fondo para meter un
pequeño avanzón en la singladura pues no tenemos todo el tiempo del
mundo.
Luarca
Está rodeada
de montañas y es la capital del concejo de Valdés, conocida como la
Villa Blanca de la Costa Verde, y tiene un gran puerto pesquero de
los más bellos del occidente de Asturias. Villa del ilustre Severo
Ochoa de donde era natural el famoso Premio Nóbel de Medicina.
Continúan los
acantilados salpicados de vez en cuando por algunas playas y
entrantes como la playa de Cueva. Tras pasar el cabo de Busto
avanzamos muchas millas hasta llegar a la ría de San Esteban de
Pravia. Los rincones por descubrir son infinitos y muchos de ellos
de gran belleza como la playa del silencio. Pero está claro que no
es posible conocerlos todos y que quedará mucho por conocer para otras
singladuras.
La mar esculpe en Luarca uno de los paisajes marinos más bellos del
Principado; sus acantilados dan paso a un sinfín de playas y de
magnificas ensenadas como la del Río Esva.
Cudillero
El mar estaba
más fuerte de lo esperado y decidimos descansar en el nuevo puerto
de Cudillero situado frente de la bella localidad que le da
nombre. El lugar está muy animado y todo el mundo es afable.
Charlamos con un pescador aficionado que nos comentó las grandes
piezas que pescaba cuando el mar está más
revuelto. A estribor existen tres pantalanes para
embarcaciones de recreo pero de uso particular. No hay servicios ni
facilidades, pero el puerto está perfectamente protegido.
San Esteban de
Pravia y el Río Nalón
La entrada a
la Ría de San Esteban no supone ningún peligro al menos en las
condiciones en las que llegamos. Su entrada es clara y sin
obstáculos. Avanzando unos cientos de metros llegas a San Esteban de Pravia, localidad llena de
encanto. Y haciendo algunos kilómetros río arriba descubres algunos
viejos embarcaderos frente a un paisaje frondoso. El castillo de
San Martín te sorprende pues no esperas ver una
construcción con torreones y pantalán de piedra justo en la orilla
del Nalón.
Tras un
cerrado viraje a derechas pasas bajo un gran puente por el que
circula la nacional 632. Nos encontramos en mitad del delta del
Nalón
en donde se encuentra una pequeña isla, pero aún podemos seguir
remontando río arriba durante algunos kilómetros más. Como
no conocemos la zona navegamos a una moderada velocidad cercana a
los 20 nudos y en un suave planeo.
Viejas
instalaciones portuarias de embarque de carbón son parte
importante de la geografía del pueblo.
Pasados
algunos meandros más, decidimos dar la vuelta cautelosos de no chocar
contra algún tronco o alguna roca. Y ahora viene lo bueno, pues
durante la subida hemos ido memorizando las zonas por las que hemos
pasado sin problemas y las que debemos evitar.
Nos tomamos un
pequeño descanso disfrutando del paisaje y bajamos el Trim del motor. Palanca de gases a fondo,
a medida que vamos subiendo poco a poco la cola del fueraborda. El
paisaje pasa a toda velocidad mientras disfrutamos de una potente
brisa en la cara. Nos acercamos al puente y apenas
reducimos algo la velocidad por prudencia, pues las arcadas del puente
son suficientemente anchas como para pasar sin tener que hacer
ninguna virguería. ¡Menuda sensación! Nos obsequiamos con una salida
fulgurante de nuevo al Atlántico dejando detrás del barco una
inmensa estela blanca. ¡Fantástico! Amplia curva a izquierdas y de
nuevo pasamos por San Esteban pero esta vez directos al
Atlántico.
Los alrededores
del Cabo de Peñas
La navegación
continúa por Asturias pasando por lugares como la playa de Santa
María del Mar ya muy cerca de Avilés, en donde decidimos no parar al
tratarse de un puerto industrial. Pasado el Cabo Negro existen
minúsculas calitas muy agradables como la de Molin del Puerto, pero
de entrada complicada a no ser que tengas el mar como un plato.
El paso del
Cabo de Peñas lo hacemos entre la costa y el pequeño islote que se
encuentra frente a él conocido como la Erbosa. Hay que navegar con
tiento pues existen bastantes escollos que no
pasan desapercibidos ni en el Chart-Plotter, ni en la sonda, ni a
nuestros ojos.
Por Luanco camino
de Gijón
Pasamos por
Luanco en donde descansamos fondeados un buen tiempo en su protegida
playa, tras la cual encontramos una costa de gran belleza salpicada
de calas, pequeños cabos, playas, islotes, rocas y escollos. Nos
encontramos frente a la isla del Carmen y la de Antromero.
Tras una
rápida navegación, pues se nos echa la noche encima, llegamos
a Gijón cuyo puerto del Musel se encuentra muy bien protegido por
los largos espigones que se adentran hacia el norte y hacia el este.
Las olas que llegan del norte son impresionantes, de 2 ó 3 metros de
altura. Al alcanzar el espigón que protege el puerto se levantan
con gran furia antes de espanzurrarse contra el rompeolas!
Al lado del
casco antiguo de la ciudad y cerca del parque de Chillida se encuentra el gran
náutico deportivo dotado de todos los servicios. El casco viejo de la ciudad está lleno de encanto y en sus
numerosos restaurantes se come estupendamente. La marea es muy
importante y además se ha formado una marejada que da gusto ver
asomados al espigón, ahora que tenemos el barco a buen resguardo en
un pantalán flotante del náutico.
Villaviciosa y
Lastres
Tras un par de
días de descanso proseguimos la ruta al Este recorriendo playas de
gran belleza como la de Ñora al más puro paisaje costero
Asturiano, en el que se intercalan suaves acantilados con playas de
arenas tostadas. De nuevo avanzamos tragando millas en nuestra Cap
Camarat hasta alcanzar la Ría de Villaviciosa en la que entramos con
más miedo que espanto pues el mar rompe con furia sobre su misma
entrada, en la playa de Rodiles. En ella también fondeamos a
descansar dejándonos llevar por la ligera corriente.
Luego
avanzamos hasta Lastres en donde también nos regalamos una paradita
para bebernos una cerveza. Pasamos por playas tan bonitas como la de
Vega, antes de llegar a Ribadesella en donde intentamos entrar pero
el sentido común nos los impidió. De nuevo marea baja y un mar con
olas rompiendo sobre la estrecha desembocadura del Sella. No apto
para cardíacos. Otra vez será.
De Llanes a San
Vicente de la Barquera
Más al este,
siempre hacia el Este siguen los acantilados y algunas entrada dignas de
conocer como la del Guadamia o el de Tomason, pero que también
tuvimos que dejar alejados por el estado de la mar. Esta zona de la
costa Asturiana es fantástica y ofrece infinitud de rincones
estrechos y perfectos para navegar con un mar totalmente calmado.
Las siguientes millas de costa cerca de Llanes son impresionantes
con sitios como el Pozo de las Grallas en donde el mar hace un sifón
tierra adentro con espectaculares efectos. Calas profundas como el
canal de Villanueva o el cañón de Villahormes, perfectas para
investigar con una mar tranquila. Sitios que compiten en
espectacularidad con otros lugares que nos viene a la memoria como
la playa de las Catedrales en Galicia cerca de Ribadeo.
No es de
extrañar que la costa ofrezca recovecos tan singulares, al fondo
divisamos las altas montañas Asturianas en donde se alzan los
Picos de Europa y cumbres como el Najanjo de Bulnes.
Desde Niembro
a Celorio la costa gana aún más en espectacularidad y entre tanta
belleza aparecen playas impresionantes como la de Torimbia. Niembro
es magnífico con rincones desbordantes de encanto, con iglesias al
mismo borde del agua. Rincones cuyos
paisajes tan particulares nos recuerdan sitios tan lejanos como
las costas de Indonesia. La playa de Sorraos o la de Siglu, o bien
la de Troenzoya en Celorio son sencillamente fantásticas y en ellas
conviven la arena blanca con un mar azul cian, el verde del paisaje
asturiano y grandes rocas basálticas que compiten por hacerse con
unos metros de costa.
El estuario de Tina Mayor es el nombre con el que se conoce a
la desembocadura del Deva y constituye el límite entre Asturias y
Cantabria, por ella se hacen a la mar los barcos pesqueros del
Puerto de Bustio. La Ría de Tina Mayor se convierte en un pequeño
Fiordo antes de desembocar en el mar Cantábrico, la Playa de Pedrero
vigila su entrada. Tina Menor es la desembocadura del Río Nansa al
mar Cantábrico
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