Fue a los 24 años cuando
Alex
pudo saborear el mundo de la vela,
embarcándose en un velero, durante una corta pero intensa travesía
por las Islas Medas. Charlando con
el
patrón pudo descubrir que su
sitio estaba en la mar y desde ese mismo instante convirtió su sueño
en un inquietante reto.
Navegando en Fiji
"Me
empapé y obsesioné en la búsqueda de gente, de aventuras, de barcos,
y de toda la información que pudiese acercarme a este mundo. Dos años
pasaron hasta que volví a sentir aquella paz… fue a bordo del “Bahari”,
a 25.000km de casa y como tripulante oceánico de un velero que
estaba realizando una vuelta al mundo y en el que me licencié en
Navegación de altura.
Allí conocí a mis maestros, Kike y Jolok, grandes amigos ahora, a
los que me siento infinitamente agradecido, pues sin ellos no
estaría donde estoy. Navegué durante varios meses junto a ellos. En
las islas Fiji me embarqué en lo que sería mi primera travesía de
1.000 millas rumbo a la Nueva Caledonia.
Y durante los meses que
duró la experiencia de más de 6.000
millas por todo el
Océano
Pacifico, pudimos descubrir rincones de ensueño, buceando en mares
fantásticos plagados de vida y de bellísimos corales. Fondeamos en
atolones desconocidos y deshabitados en donde disfrutábamos de
infinitas playas de arena fina y del color del marfil. Sin duda
alguna, aquella experiencia me despertó lo que muchos llevamos
dentro, pero pocos se atreven a dejar eclosionar. El amor por la
naturaleza, por la aventura oceánica, por vivir la vida sin ataduras
y en su máxima intensidad....
Pero todo termina, y llegó
la hora de regresar a casa, aunque ya nada era igual. Aquella
experiencia dejó
en Alex una
huella mas allá de una simple experiencia. No podía seguir con
su
día a día, y aquello ocupaba
su
mente la mayor parte del tiempo.
"...
Sin dudarlo me puse manos a la obra,
¡mi
reto se hizo palpable! Fue a través de una amiga como le conocí…“El
Carajillo”,
un Furia 28, olvidado y abandonado a su suerte en Port Balis. Casi
desahuciado y perdido en el abandono, ya apenas debía recordar sus
días de gloria, pues este modelo llegó a ser Campeón de España y
Cataluña en varias ocasiones en categoría IOR. Al instante se
convirtió en mi compañero de aventura. El alma del Carajillo volvía
a brillar y desde entonces se estableció un vinculo con mi velero."
Reparamos “El Carajillo”
Así empezó la odisea de preparación, reparación y re-equipamiento.
“Carajillo” tenía un problema grave en cubierta construida en
sándwich de madera de balsa. Con los años se había ido deteriorando
dando paso a filtraciones de agua y pudriéndose en su interior.
Decidí arrancar la cubierta entera, sustituir la balsa podrida por
tablero marino, reforzando las partes más críticas, fogonadura del
palo, bases de los winches...
haciendo de él un barco más robusto. Modifiqué las instalaciones
para aprovechar hasta el último rincón,
e incluso pude instalar una desaladora para la
producción de agua dulce con la que es posible sacar hasta 12 litros
de agua dulce por hora.
Aún queda trabajo en
instalar placas solares y un aerogenerador para conseguir la
autosuficiencia energética y poder afrontar largas travesías. Toda
la electrónica Raymarine, nuevas jarcias y cabullerías. Reenvíos de
toda la maniobra hasta la bañera, repaso del motor en profundidad y
revisión a fondo de todos los elementos y sistemas. En breve el
Carajillo será un barco nuevo.
Combinando la planificación del viaje, búsqueda de sponsors con mi
actual trabajo como chapista y pintor de coches, en poco más de un
año el Carajillo regresará al agua tras casi 6 meses en varada seca,
pero esta vez con hambre de navegar.
Proyecto “Un món a vela”
El
Carajillo va a recorrer todos los mares del planeta y el proyecto
está cada vez mas cerca y con mas cuerpo. “Un mona vela” pretende
acercarnos y hacer realidad el sueño de vivir la mar, saborear la
libertad, los grandes tesoros que esconde el mundo en sus infinitos
rincones aún por descubrir, conocer la naturaleza y la fauna marina.
“Un mon a vela” quiere hacerse a la mar y crecer con el apoyo de los
seguidores de esta aventura, en un viaje interactivo a través de
redes sociales como Facebook y que a la vez permitirá el embarcarse
en algunas de las etapas.
Me
gustaría poder agradecer a todos los que me han ayudado y lo hacen a
día de hoy, ya que sin ellos lo tendría un poco más duro! Frankfurt
la Garriga, Eromar, Boulevard de la pesca, Dalu Velas, Club Náutico
Garraf, Náutica esportiva Oscar.
A
todas las personas que bien con su consejo o aportaciones hacen
posible que “Un Món a Vela” exista. Axel Fernandez y Esther Pujal,
Kike Fenollosa, José Carlos Corral, Thomas Wind, Cristina Ccls,
Carlos Preciosa, Xavier Lunático, Ana Gómez, Pere Matéu,
Jaume Meetis, Axel Fernández, Ester Pujal y así podría
pasar días….
¡Gracias
a todos!
¡Podéis
seguirme
en
Facebook
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Alex Antón
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