La
borrasca perfecta
Estaba a
unas 250 millas de Bermudas. Amanece nublado y al poco rato
empieza a arreciar el viento. Reduzco trapo y veo que voy
directo hacia la borrasca. El día anterior en la Rueda de los
Navegantes había oído algo acerca de una baja por la zona pero
no conseguí oír la situación y en los mapas meteo que bajé con
el receptor de BLU dos días antes no aparecía.
A eso de
las 8 am me metí debajo y empezó a llover a mares. Y siguió
lloviendo torrencialmente durante 26 horas! sin parar ni un
minuto. Increíble.
Soplaba
del SE lo que me permitía hacer rumbo directo a Azores al NE
casi de través.
Subió el
viento y se estableció en 35 - 40 nudos con rachas que llegarían
casi a 50.
El KYO, con
sólo la mayor rizada a tope y la botavara muy abierta hacía de 4
a 5 nudos. Las olas no eran muy grandes, un par de metros porque
se aplastaban del chaparrón pero eran rapidísimas. El barco se
aguantaba bien, sin mucha escora y recibiendo las olas por la
amuratravés. Claro que
muchas de ellas pasaban por encima...
Pasamos
así la tarde y toda la noche. Yo tenía ya localizadas de antes
un par de goteras en la cabina pero con tal cantidad de lluvia
entraba agua por todas partes. Toda la noche el viento se
mantuvo. Cuando a ratos bajaba a unos 30 kn. me parecía una
maravilla y me tumbaba un rato encogido al fondo de la conejera
envuelto en un saco que era el único sitio seco del barco.
Cuando una
ola más grande pegaba duro en el costado, el KYO metía unas
escoradas brutales con lo que se abrían pañoles, se caían latas,
CDs, libros... todo por el suelo... y mucha agua.
Un
panorama.
Yo estaba
acostumbrado a las borrascas del Caribe que llegan, sopla,
rizas, te mojas y se van en un par de horas, pero esta era de
talla oceánica. No sé lo que mediría pero yo hice 100 millas
debajo de ella. Al amanecer seguía lloviendo y soplando casi
igual. El cielo era blanco de horizonte a horizonte y no se veía
ni por donde salía el sol. Al cabo de un par de horas vi que al
SE se adivinaba algo de luz solar, o sea que la capa de nubes
era más delgada. Arranqué el motor y con vela y Perkins me juré
no parar hasta salir de la maldita lluvia.
El
chaparrón intenso y continuo era lo que me tenía más harto. El
barco soportaba bien el viento y las olas pero en cuanto salías
a la bañera tres segundos te empapabas como si te hubieras
tirado al agua. Al final hacía estilo Moitissier. Salía en
pelotas y a la vuelta me secaba y me vestía.
Hice unas
tres horas a motor y vela hacia el SE con el viento ya rolado al
S pegando saltos de ola en ola. Y por fin a eso de las 10 am.
salí de la lluvia. Al fin. Entonces puse rumbo a Azores (NE) con
viento S por la aleta de unos 30 Kn.
Arrié la
mayor, saqué medio génova y hacía 7,5 nudos con olas ya crecidas
de 5 a 6 m. Bajando en las planeadas el GPS marcaba más de 9.
Como a esa velocidad había que ser muy fino con la rueda y no
pensaba pilotar a mano ni un minuto más, dejé un tercio de
génova, puse el piloto de viento y a 5 - 6 nudos me encerré a
comer y dormir un rato.
Conclusiones
En los 20
años que llevo navegando nunca había tenido condiciones tan
duras, y sobre todo durante tanto tiempo. Lo de la lluvia
(torrencial) continua era desesperante. Lo peor.
En esas condiciones te expones a cualquier rotura, que salga
algo por la borda o así. Sobre todo intentaba no forzar la
jarcia ni el trapo de la mayor.
Me planteé correrla hacia el NW con lo que me iba de rumbo total
hacia atrás, o haberla capeado, pero tampoco era necesario.
Decidí comérmela y vaya si me la comí. En fin, parece ser que ya
me tocaba. Después de seis meses navegando aún no las había
pasado p... y debía ser el momento... espero haber cumplido y no
repetirlo en mucho tiempo...
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KYO; el
Atlántico a vela:
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La decisión
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El barco
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Preparar el barco
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Manual del perfecto
transmundista
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La borrasca perfecta
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El viaje
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Conclusiones
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