La destructiva pesca con
dinamita mata literalmente todo el arrecife (Foto tomada en Filipinas)-
Las explosiones submarinas
destruyen todo en la zona de la explosión. Pudimos verlo y sentirlo
por nosotros mismos en diferentes costas de Filipinas, pero es una
práctica que por desgracia tiene lugar en muchas otras zonas del
mundo.
De media se
consumen unos 15 Kilos de carne de pescado por habitante del planeta
al año. La mayor parte capturado en los mares del mundo, y no de
piscifactorías. Las especies más pescadas son la anchoa, la sardina
y el arenque, que suman más de un tercio de todo el consumo mundial.
Pero la
pesca se acaba! El ser humano ha abusado (y lo sigue haciendo) de
estos recursos naturales y desde 1980 el mar tiene un déficit entre
lo que es capaz de generar y lo que extraemos de él.
El bacalao del
norte que parecía inacabable ha desaparecido casi totalmente del mar
del norte y las pesquería de anchoas de África y Perú están
agotadas. Estamos destrozando los mares! Se estima que solo queda el
10% de peces de gran tamaño de los que quedaban en 1950.
Las capturas se
producen principalmente en la plataforma continental en donde aún
queda algo de vida. Las redes de deriva prohibidas siguen actuando y matando indiscriminadamente todo lo que pillan.
Un alto
porcentaje de las capturas se tira muerto al mar,
simplemente porque ¡no se correspondía con lo que los pesqueros
andaban buscando al faenar!
Cuando ya no
queda nada en la plataforma continental, se empiezan a explotar
especies de altas profundidades, arrastrando redes que pillan todo
en su avance. Son especies que hasta ahora se desconocían y con
ciclos de crecimiento y madurez sexual más largos, por lo que es
probable que estemos también acabando con la posibilidad de que
crezcan generaciones posteriores de estas especies.
Las almadrabas en
Cádiz no tienen nada que ver con su reciente pasado. El atún está
tan perseguido que los grandes ejemplares simplemente ya no
existen. Los grandes peces se buscan por medios electrónicos y el
seguimiento incluso se efectúa por avionetas.
La caza de
grandes ejemplares se ha convertido en un simple y cruel juego de
niños. Ningún país, ningún político, protege y exige el
mantenimiento de la vida acuática.
Para los
tecnócratas y responsables políticos, la vida en el mar solo es
cuestión de ‘stock’ de pesca y cifras económicas de producción.
Los Japoneses
siguen pescando ballenas a pesar de la moratoria mundial, engañando
a la comunidad internacional con falsas capturas científicas que
efectúan por centenares. Los noruegos a la par matando mamíferos
marinos. Las injustificables matanzas de focas en Canadá continúan,
alcanzando cifras de 320.000 cachorros muertos a golpes anualmente.....
La fauna, la
diversidad de especies, los secretos que desaparecen por su
depredación salvaje, el derecho a existir, el respeto por la vida,
sea del tipo que sea, simplemente no entra en sus estériles y
egoístas valores morales.
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