Como herramientas se utilizan además de las
manos, diversos juegos de espátulas como las utilizadas para los
trabajos con barro y tubos para soplar aire y retirar la arena
sobrante. Una vez finalizada la obra incluso se aplica un spray que crea una película
aislante a la humedad para preservar el trabajo unas horas más de
lo que dudaría en condiciones
normales.
Algunas llegan a medir varios metros de
longitud y sorprenden por su nivel de detalle, mientras que otras
son una auténtica obra de imaginación desbordante. Incluso el
típico castillo de arena toma una nueva dimensión en este tipo de
competiciones de alto nivel escultórico en donde los resultados
recuerdan al escenario de una novela de Tolkien.
Para levantar un
metro de
altura hay
que poner como mínimo 50 u 80 centímetros fuera a modo de
cimentación. El montón de arena se moja bien para que se
endurezca, y en el caso de una figura grande se necesitan el
primer día unos diez mil litros de agua, tras lo que se retira la
arena desde las capas más altas según la imagen que se quiera
representar. Y para que no se desmorone hay que humedecerla a
diario con miles de litros de agua salada. Cada hora por el día y
cada dos por la noche es necesario pulverizar agua pues en cuanto
se seque se comenzará a destruir irremediablemente.
El secreto para hacer una buena escultura
reside por tanto en humedecer bien la arena y en lograr una buena
compactación. Por ello es necesario tener recipientes de agua para
empapar cuando sea necesario.
Una correcta compactación con arena muy
húmeda hace que los granos de arena queden adheridos entre sí
gracias a la atracción de estos debido a las fuerzas de tensión
superficial. Al quedar más compactos la superficie es más duradera
y permite un trabajo más fino. El truco en el manejo del material
consiste en combinar y alternar en la justa medida el mojado de la
arena y su compactación.
Si se queda sin hotel en la playa podría en
un momento dado ponerse manos a la obra y crearse allí mismo su
propia vivienda naturalmente con vistas al mar y por muy poco
dinero fabricarse con arena hasta el mobiliario del dormitorio!
Las
herramientas de los más aficionados
El cubito y la pala de plástico queda
sustituida por un completo set de herramientas bastante similar a
los utilizados por los escultores y artistas. Una buena pala
siempre es fundamental para mover y trasladar la arena necesaria
para la construcción escultural. Playas grandes para mover arena
y playas más pequeñas para retirar el material sobrante de la
obra. En competiciones playeras en donde el tiempo cuenta, es
bastante conveniente llevar guantes para evitar ampollas en las
manos al menos durante el acarreo de las arenas, pues no hay ni un
momento que perder ya que al cabo de 5 ó 6
horas todas las esculturas deben estar listar para pasar revista
ante el jurado.
Algunos artistas utilizan moldes que al
compactar la arena permite sacar las formas en negativo de estos
para así conseguir texturas y algunas formas genéricas
escultóricas. De la misma forma también encontramos cubos sin
fondo y otros moldes de diferentes geometrías cortados a partir de
pedazos de tuberías en PVS para conseguir avanzar la obra a más
velocidad, creando nuevas torres y almenas cada pocos segundos.
Necesitaremos con conjunto de espátulas de
varias formas y dimensiones para ir dando forma al trabajo. Estos
son los útiles más creativos y con los que crearemos la obra de
arte. En este conjunto entran todo lo que cada aficionado tome
prestado de su cocina. Por ejemplo, el
utensilio para sacar bolas de helado, también en una perfecta
herramienta de vaciado con la que poder hacer superficies cóncavas
perfectamente lisas.
En este conjunto entran toda una serie de
pequeños cuchillos con los que poder tallar la arena de la mejor
manera. De la misma manera es conveniente tomar prestado de la
cocina algunas cucharas de diferentes tamaños con los que poder
hacer los ojos de las figuras o crear formas convexas al añadir
arena en vez de retirarla de la obra. En esta familia de
herramientas entran todas las cosas que podamos encontrar como
pletinas, peines y pletinas que nos puedan valer para hacer
estriados y otras formas.
También es fundamental el spray de agua para
pulverizar las superficies cuando lo creamos conveniente, ya que
si se evapora el grado de humedad necesario, se pierden las
propiedades adhesivas de los granos de arena entre sí, y adiós a
la obra de arte! De este modo, cada cierto tiempo es necesario
parar el modelado y ponerse a lanzar sprays de agua salada sobre
el trabajo inacabado.
Llevar un pequeño juego de brochas nos
permitirá retirar los restos de arena de las huecos realizados, y
también nos valdrán para suavizar las texturas. El tubo de
plástico cumple una función parecida al permitir soplar zonas
pequeñas muy concretas y eliminar restos de granos de arena.
Y como no podría ser menos, no debemos
olvidar el rastrillo del jardín, herramienta útil allá donde las
haya, con la que poder dejar superficies uniformes y conseguir
dejar los alrededores de la obra totalmente acabado.
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