Pasar el invierno
a bordo
Unas
navidades decidimos ir a pasar las fiestas de Nochevieja a bordo
de un velero atracado en la costa española. Pudimos, aunque solo
fuera por unos días, “vivir” a bordo de un barco en invierno con
una climatología adversa en toda la península. Si decide vivir
en un barco y en invierno, aunque no sea en el norte de Irlanda,
deberá cuidar ciertos detalles para sentirse cómodo. Y esto con
independencia de si su estancia es por muchas semanas o solo
algunos días.
Además de la
lluvia, en raras ocasiones la nieve, y las bajas temperaturas,
tendrá que luchar y de forma muy especial contra la humedad, y el
relente. Cuanto más avanza el invierno más plomizo y
gris se hace el cielo a la par que bajan los termómetros.
Existen
varias formas de mantener caliente y confortable el interior del
barco pero debemos recordar que el aire caliente es capaz de
absorber más humedad que el aire frío, por lo que debemos
trabajar en reducir la humedad interior además de subir la
temperatura. Si calentamos el aire sin quitarle parte de su
humedad, este condensará verdaderos charcos de agua al tocar las
partes frías como las ventanas, sujeciones, herrajes o el mismo
interior del casco. Esta agua procedente de la condensación
puede pasar desapercibida dentro de los armarios, o zonas más
inaccesibles del barco, creando a su vez focos saturados de
humedad que producirán
moho.
Contra la
humedad existen dos armas; El calor y la deshumidificación. El
calor es además necesario para elevar la temperatura invernal y
si está usted en puerto no dude en utilizar calor eléctrico en
vez de estufas de propano, alcohol y keroseno. Salvo el calor
eléctrico, todas las demás contribuyen a generar más humedad ya
que la combustión genera vapor de agua, además de consumir el
oxígeno del interior y ser mucho más peligrosas frente a
incendios y lo que es todavía más grave; frente a intoxicaciones
mortales por combustión defectuosa que genere el letal monóxido
de carbono CO. Cualquier combustión química en el interior del
barco se comerá el oxígeno del interior, y generará Co2 y quizás
algo de monóxido de carbono, por lo que siempre es necesario
mantener una ligera ventilación con el exterior.
En la
potencia de calefacción lógicamente influye la eslora del barco,
pero para un 12 metros, bastará con un calefactor eléctrico de 2
Kw, de los que
se pueden comprar en los centros comerciales por 30 ó 40 €. Revise su instalación eléctrica y compruebe que puede
aceptar el consumo eléctrico importante que consumen estos calentadores.
Si la sección del cable de alimentación eléctrica al barco es
demasiado fino, puede ser peligroso. Un método muy sencillo y
práctico para saber si la sección del cable es suficiente, consiste en enrollarse 3 ó 4 vueltas en la mano para
ver si se calienta. Si nota el más mínimo incremento de
temperatura del cable pasados unos minutos de uso, significa que
éste es totalmente insuficiente para alimentar la potencia que
está consumiendo. Apague el calentador ya que correría peligro de tener un incendio eléctrico.
El cable
de corriente eléctrica del barco debe estar siempre bien
dimensionado, incluso sobre dimensionado, ya que además de las
estufas, puede quizás poner en marcha durante un momento una
cafetera eléctrica, un microondas, un secador de pelo, o
cualquier otro aparato de los que se utilizan en invierno y que
consumen muchos watios. Compruebe que la instalación eléctrica
esté debidamente protegida con sus automáticos y disyuntores
diferenciales, pues en un entorno marino estos elementos son
indiscutiblemente básicos.
Para
calentar un barco sin electricidad existen distintas estufas con
combustibles líquidos que calientan el aire del interior sin por
ello consumir el oxígeno, siendo muy adecuada pero una solución
cara, las que utilizan el mismo diesel del depósito para generar
calor en el interior. El quemador de diesel calienta una gran
superficie metálica con finos canales, por los que se hace
circular aire con un ventilador de 12 voltios de muy poco
consumo, que se alimenta con las baterías del barco. El
resultado es un chorro de aire caliente sin que se haya
consumido nada del oxigeno interior del barco, pues el quemador
diesel tiene su propio circuito de extracción de humos, al igual
que cualquier caldera doméstica de casa.
El
aislamiento del barco al exterior es algo que usted ha
‘heredado’ al comprar el barco. Sin embargo en algunos casos es
posible mejorarlo. Un
aislamiento defectuoso producirá una lucha sin cuartel contra la
condensación y todas sus malas consecuencias. Existen tejidos y
espumas que permiten mejorar los aislamientos, pero estos
trabajos deben ser acometidos con buen tiempo y teniendo cuidado
en dejar cámaras o huecos entre el casco y el aislamiento, en
donde podrían aparecer condensaciones muy difíciles de detectar.
Pero todavía
debemos hablar de otro arma: El deshumidificador es sumamente
útil contra la humedad, la condensación, los hongos, el moho y
su malestar. Los deshumidificadores extraen el agua del aire
separándola en un depósito que se debe vaciar con cierta
frecuencia. Para ello utilizan un circuito de frío con una placa
helada en la que se condensa el vapor del agua del ambiente.
Si quiere
pasar a bordo un invierno, y no el infierno, no dude en seguir
todos estos sencillos consejos.
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