Dormir en el barco
El éxito de una buena semana de charter dependerá de cómo
responda el barco, de la meteo que
tengamos, de la tripulación con que vayamos y de cómo
descansemos durante las horas de sueño. Tanto si navegamos a
tope estableciendo turnos de guardia, como si decidimos
permanecer la mayor parte del tiempo fondeados y de relax,
dormir correctamente es fundamental
para sentirnos descansados y con la cabeza despejada.
Hay gente
que necesita dormir 10 ó 12 horas, mientras que otros con solo 5
ó 6 se encuentran perfectamente. Depende de cada uno y no hay
nada que podamos hacer al respecto. Pero donde si podemos actuar
es en la calidad de este “sueño”. Existen diversos factores a
tener en cuenta si queremos dormir cómodamente:
- Humedad del ambiente y de la cama.
- Aireación
de la cabina.
- Iluminación
del entorno.
-
Ruidos y la
tranquilidad del entorno.
-
Espacio en
el que descansamos,...
El lugar para dormir
Lo primero
que debemos decidir es el lugar en el que dormir. Las cabinas de
proa son la mejor opción estando fondeados y en puerto, ya que
son las más tranquilas y alejadas de las zonas transitadas como
la cocina o la mesa de cartas. Las cabinas de proa suelen ser la
zona más seca y mejor aireada del barco.
Pero
en navegación la proa se mueve mucho y con mala mar es el peor
sitio en el que estar. Los pantocazos
se hacen notar como verdaderos hachazos. Durante la travesía las
cabinas de popa y las literas centrales son más estables y no
reciben tantos golpes, pero en popa suele estar situado el motor
y con éste en marcha, los ruidos y vibraciones se hacen muy
molestos.
Las literas
centrales o el salón convertible, puede ser uno de los mejores
lugares para dormir, aunque la gente no le preste tanto aprecio
como a las cabinas, por la falta de intimidad, y por ser el
sitio más transitado y menos reservado.
Sin embargo
en el salón tendrá todo el espacio para
desvestirse o estirarse olvidando la sensación de
claustrofobia de los pequeños
camarotes.
Cuando todos los demás se han retirado a sus respectivos
camarotes el salón convertible pasa a ser una autentica suite de
lujo con barra de bar y cocina incluida! Y la cama de estos
salones convertibles suele ser en ocasiones la mayor de todo el
barco.
Luchar
contra la luz es más fácil. Desde los antifaces para dormir
como los que encontramos en los aviones (o el que utilizaba
“Don Gato” en los dibujos animados) hasta cortinillas o planchas
opacas que pueden sujetarse a las ventanas con una sencilla
ventosa. Las soluciones son múltiples.
Evitar los ruidos
No olvide
llevar tapones de oídos de los que venden en la farmacia, pues
pueden solucionar el problema sonoro, especialmente si un
compañero ronca más de la cuenta, ¡lo que a veces puede hacerse
insoportable!
Las cabinas de popa
molestan a veces en el fondeo debido al ruido de las olitas al
golpear el casco por debajo del espejo de popa. Pero todo tiene
solución. Con dos o tres defensas amarradas entre sí, cruzadas
bajo el casco, y sujetas a un par de cornamusas conseguiremos
atenuar prácticamente los ruidos de estos chapoteos.
Estando en
puerto amarrados entre dos barcos, el rechinar de las defensas que se apelmazan y estrujan
contra la amura de los vecinos de pantalán puede ser fácilmente
solucionado vertiendo un chorrito de
lavavajillas sobre ellas. El jabón actúa
como lubricante haciendo maravillas contra el molesto
chirrido.
Antes de
echarse a dormir compruebe que no hay ningún envase de conservas
o un vaso suelto que pueda ponerse a rodar de lado a otro
dando, nunca mejor dicho, la lata. A veces la vajilla está mal
sujeta dentro de su armario y esto puede ser causa de ruidos y
molestias.
Especial
atención requieren las drizas ya que tienen la mala costumbre de
producir tintineos molestos contra el palo y demás
elementos de la jarcia. La solución es sencilla y rápida.
Enganche el mosquetón de la driza al extremo de la botavara o a
cualquier punto de la regala. En estos casos una tira de "sandow"
flexible de uno o dos metros de longitud le permitirá separar la
"campanilla" al estirar hacia un obenque, para dar por
solucionado el problema.
Durante el
fondeo y con un poco de oleaje, el tintineo de la cadena del ancla también puede
fastidiar lo suyo al subir y bajar el barco de forma tan rítmica
como desagradable. Para evitarlo nada mejor que sujetar la
cadena ayudados por un cabo con mosquetón hacia una cornamusa
dos o tres
palmos por debajo de la roldana.
Naturalmente
y si la situación lo requiere o lo permite, podremos filar
cadena hasta que toda quede en el fondo, para quedar sujetos por
el cabo que viene a continuación de la cadena.
De cualquier
forma, además de evitar el ruido síncrono debido al repiqueteo
de los eslabones de acero, evitaremos la tensión de la cadena
sobre el preciado molinete del ancha consiguiendo alargar la
vida de tan importante dispositivo.
Pero el peor de los ruidos, contra
el que no queda más remedio que los tapones de oídos o la
escopeta recortada, es el de algunos macarras vecinos
fondeados en la cala, y que piensan que la costa es suya y
no tienen en cuenta a los demás. Este genero de pseudo
aficionados abundan por nuestras costas y tienen la mala
costumbre de poner música hortera o "chunga-chunga" discotequero
e insoportable, hasta altas horas de la noche. En bastantes
ocasiones una visita "diplomática" con la embarcación
auxiliar suele resolver el asunto.
El tamaño si que importa
El tamaño de
las camas y literas es muy importante y demasiado olvidado por
los diseñadores, por los astilleros y por los armadores. Al
buscar un barco se presta demasiada atención al número de
camarotes y de literas, sin ni siquiera interesarse por el
tamaño de estas. Lo cierto es que conozco a más de un
aficionado que ha decidido cambiar de barco al no caber bien en
la cama lo que le conduce a un "cabreo" diario al acostarse.
En muchos
barcos a cualquier cosa se le llama cama. Tenga presente que en
un camarote de proa cuyo vértice de proa sea inferior al 1,20 de
anchura será inviable para dormir en pareja, a no ser que se
tenga “demasiado” cariño al acompañante, algo que no tiene nada
que ver con el descanso…
Las literas
deben tener una anchura de unos 60 centímetros, ya que si
son menores nos sentiremos como momias en un féretro, pero con más
anchura será más difícil “encajarse” durante las escoradas a
vela, y evitar salir rodando. Existen lonas
anticaídas que se pueden instalar en cualquier cama, y
con las que poder dormir con el
barco escorado de forma segura, evitando
caídas al suelo en los cambios de bordo. Estas lonas
anticaídas también son utilizadas
para estibar cosas durante la navegación con escora evitando que
nada se vaya rodando al suelo.
En general los aspectos
relacionados con la comodidad de la cama deben ser estudiados
cuando el barco se encuentra cómodamente amarrado o fondeado, o
por el contrario en navegación y sometido a grandes vaivenes y
movimientos. Hay muchos barcos que pasaran con holgura el primer
examen, pero suspenderán estrepitosamente en el segundo
caso. Muchísimos barcos tienen una camas en el camarote de proa
de un aspecto inmejorablemente cómodo y en las que es imposible
dormir durante una navegación nocturna con el mar algo cargado y
cambios de banda, so pena de arriesgarnos a caer al suelo a la
primera de cambio, lo cual más que un riesgo se convertirá en
una completa certeza.
La longitud
de la cama es muy importante. Debe tener al menos unos 10
centímetros más que la altura de quien pretenda dormir, algo que no resulta evidente en
los barcos de recreo si es usted un tipo alto.
No olvide que en
los camarotes, los pasamanos o perfiles a los que agarrarse son
cómodos cada vez que necesite ponerse en pié. Para las personas
verdaderamente altas y en barcos de no mucha eslora, una buena
solución es la de la hamaca. Injustamente olvidada, pero muy
utilizada en los barcos de época, las hamacas son ideales en
navegación con escoras, son secas y
totalmente ventiladas, no estorban cuando dejan de utilizarse y
si tienen suficiente longitud resultan muy cómodas.
Los
colchones, y colchonetas tienen también su importancia. Si son
muy finas tendremos la sensación de dormir sobre una plancha y
si son muy gruesas nos hundiremos y rodaremos. Con 7 a 12
centímetros de espesor en una espuma relativamente ligera de
unos 25 kg/m3 tendremos una base de
descanso, adecuada a cualquier cama, con independencia de lo que
haya por debajo, sea un somier de lamas o una tabla de
contrachapado marino. Las lamas están más aireadas y por tanto
son más adecuadas, aunque si no las tiene, una solución
inteligente es la de poner bajo las colchonetas una esterilla
cortada a medida y realizada en fibra de coco o similar, que
permitirá la ventilación permanente de la colchoneta.
Airear el ambiente
La aireación
es otro punto importante, incluso en invierno, en donde se
tiende a cerrar todo a cal y canto evitando la renovación del
aire y favoreciendo la condensación del vapor del agua que
desprendemos por nuestros pulmones durante la respiración
nocturna.
En verano naturalmente todo abierto
para que la brisa nos
refresque al máximo, siempre que no tengamos… Mosquitos!
Fondeados en las calas no es normal encontrarlos, aunque depende
del sitio. En puerto es muy probable que le martiricen.
Por ello
como mínimo no olvide la loción antimosquitos o el quemador
eléctrico de insecticida en caso de estar en un
un amarre. No conozco ningún barco
de charter con mosquiteras, pero si el barco es suyo, no dude en
fabricarse unas que encajen perfectamente con los tambuchos y
otras aperturas de ventilación. ¡Es algo fundamental!
Ojo con el frío
El saco de
dormir es una solución muy utilizada. No dude en llevarse uno de
buena calidad ya que en el mar y por la noche hace frío de
verdad, (salvo en Julio y Agosto e incluso dependiendo del
lugar). Si nos vamos a dormir, aunque sólo sea por dos horas
hasta que nos llamen para hacer un turno de guardia en
navegación nocturna, debemos desnudarnos y utilizar la ropa seca
que tengamos pensado utilizar en la cama.
Quitarse las
botas o zapatillas y echarse a dormir vestido es un error, ya
que con el sueño nuestra temperatura corporal desciende y la
pequeña humedad que tuvieran nuestras ropas le dejarán el cuerpo
destemplado y muy molesto. Durante las travesías podemos
enrollar nuestra ropa y meterla al fondo del saco de dormir,
de forma que siempre la encontremos seca y calentita al
levantarnos para hacer la guardia.
Cuando
fondeamos al llegar a destino, la calidad del fondeo es lo más
importante para la seguridad de la tripulación y la
tranquilidad del patrón. Si es usted
dueño del barco, con más razón. Probablemente lo más importante
para un buen sueño, es tener la certeza de que el barco no
garreará por la noche, de que nadie nos abordará de madrugada, o
que un cambio de viento no empujará su barco contra las rocas.
Y
como certezas absolutas no existen por mucho que la maniobra sea
perfecta, las alarmas antigarreo y
demás instrumentos electrónicos de vigilancia nunca están de
más. Sobre todo si con ello usted puede dormir mejor...
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