Vela y Aventura:
preparar el velero
para la gran aventura
Tenemos que buscar el barco adecuado, y prepararlo para afrontar las necesidades de un largo viaje.
Equipos adicionales y revisión a fondo de los elementos más
importantes como son la jarcia, el acastillaje, el motor y el casco. En
definitiva, se trata de partir con plena seguridad.
Comprar un
barco de ocasión implica riesgos, pero a cambio puede optar por
el mismo dinero a barcos de mayor eslora o mejores
prestaciones. El mercado de ocasión es también adecuado cuando
desea un modelo concreto que ya no se fabrica. Antes de
decidirse por cualquiera, sea prudente y examine
minuciosamente su estado y los papeles. Exija un
inventario detallado y una revisión a fondo incluyendo el examen
del barco fuera del agua y una prueba de mar para comprobar como
navega.
Hay que
verificarlo todo, y salvo que sea usted un gran experto es mejor
dejarse asesorar por un profesional del brokerage. La revisión
tiene que ser exhaustiva desde la cabeza del palo hasta el
último tornillo de sujeción de la quilla. Todo. Para encontrar
una buena oferta hace falta tener paciencia y ser muy
observador. Apuntar todos los anuncios que encuentre en Internet
y visitar los barcos que considere más interesantes.
Preparar el casco
La revisión
debe ser minuciosa y detallada para determinar el estado general
del material así como detectar rastros de óxido o electrolisis
en cascos de aluminio. Nos fijaremos en el estado de las uniones
entre los diversos elementos como son los mamparos, la unión
casco cubierta, la unión quilla-casco. El timón tiene que ser
movido hacia los lados y en su eje vertical para detectar
holguras o debilidades. Lo mismo haremos con el eje del motor.
No deje de comprobar los pasa-cascos y la fogonadura del palo.
Intentar reparar asuntos tan delicados durante el viaje es tarea
delicada y cara, capaz de dar al traste con todo el viaje.
Preparar la
cubierta
El puente
debe ser sobre todo funcional, por lo que debemos simplificar al
máximo las maniobras. Eliminaremos o forraremos con material
acolchado todas las esquinas y zonas
que pudieran hacernos daño, envolviéndolas con cinta aislante o
plásticos mullidos. Cuidado con los elementos que puedan
transformarse en una trampa o en los que poder tropezar y
herirnos o peor aún, caernos al agua.
Cualquier
fallo de estanqueidad debe ser solucionado antes de la salida.
Verificaremos las escotillas y si es necesario las mojaremos con
la manguera para comprobar que cierran de forma estanca. Los
Winches, frenos, pianos, poleas para reenvíos y cornamusas
deben estar sólidamente unidos a la cubierta. Si tiene dudas, es
mejor reforzar en lugar de confiar.
Los
candeleros son en muchas ocasiones puntos por donde se cuela el
agua al interior. Al sufrir la tensión de los guardamancebos y
ser las primeras piezas en recibir los impactos pueden tener su
unión con el casco debilitada.
Durante el gran viaje los fondeos serán muy
numerosos y es posible de deba remolcar a alguien o quizás ser
remolcado, por lo que prestaremos atención a las cornamusas de
popa y de proa.
Durante las travesías todo
lo que quede en cubierta debe quedar perfectamente amarrado;
Tangón, bichero, auxiliar, segunda ancla,… La balsa salvavidas
además de bien sujeta debe poder liberarse de forma muy rápida
en caso de necesidad.
Los equipos
El barco
será su casa durante largas semanas, de modo que las
instalaciones deben ser tenidas muy en cuenta. Pero cuidado con
pasarse ya que el peso final también es importante. En cualquier
caso en el interior las cosas también deben quedar perfectamente
instaladas sin permitir movimientos imprevistos cuando
se produzcan escoras pronunciadas. En el barco todo tiene que
estar guardado y en su sitio. Los cofres exteriores deben ser
grandes y capaces de estibar el motor auxiliar, las defensas,
depósitos extras de gasoil, etc. En el interior los espacios de
estiba deben estar divididos para poder organizar con detalle,
los utensilios de comida, las conservas, las herramientas, los kits de reparaciones…
Detalles antes de partir
Muchos
barcos de serie vienen mal preparados o de forma deficiente para
el gran crucero. Algunos modelos carecen de la suficiente
flotabilidad en la zona de proa por lo que tienen la peligrosa
posibilidad de clavar sus proas con mal tiempo o en el peor de
los casos pasarse por ojo. A veces el compartimiento del motor
ofrece una escasa accesibilidad, o el vaciado de la bañera es
lento e insuficiente.
El timón debe ser sólido y con
rueda o caña bien dimensionada. Cuidado con las poleas a veces
mal dimensionadas y débiles para soportar los esfuerzos de un
temporal en alta mar.
Los equipos de fondeo están
siempre mal dimensionados con pocos metros de cadena y poco
cabo. Nunca vienen con un segundo ancla que será imprescindible
para el gran viaje.
También las escotas suelen estar
mal dimensionadas y será necesario reforzar los puños de las
velas o cuando menos llevar tejido, hilo y agujas para
reparaciones de emergencia.
Los
pasadores de los guadamancebos y tensores deben quedar
protegidos con cinta aislante para evitar pinchazos o
desgarrones no solo en las velas sino en nuestras manos y
piernas.
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Preparar la jarcia
Como norma
general debemos simplificar todo lo posible. Los "lazy jack" en la
vela mayor son una buena solución que no puede fallar, como a
veces sí lo hacen los enrolladores de palo y siempre en los
peores momentos. Asegure que la jarcia fija está en correcto
estado y está correctamente dimensionada. Los tensores,
fijaciones, grupillas y pasadores deben ser verificados con
frecuencia y sustituidos en caso de duda.
No tiene nada que ver salir a darse la vuelta a
la cala, que hacerse a la mar para llegar al Indico. La mejor
solución provendrá del compromiso entre la solidez, el peso y la
fiabilidad del conjunto. Igual de peligroso puede ser llevar una
jarcia demasiado débil que pueda hacernos desarbolar, como
llevar unos obenques tan pesados que lleguen a comprometer la
estabilidad del barco con mares formadas.
Llevar 20 ó
40 metros de cable galvanizado y unos pequeños pernos de
sujeción pueden resolver muchas eventualidades en un viaje,
junto con los tangones permitirán montar sin esfuerzo un aparejo
de fortuna si llegamos a sufrir un desafortunado desarbolado.
Para
atravesar el Atlántico rumbo a las Antillas el uso del tangón es
imperativo, y muchos de ellos están sub-dimensionados por lo que
acabarán partiéndose.
En general el
70% de los vientos utilizados durante los grandes viajes son de
popa y el uso de tangones es indispensable. Dos mejor que uno,
de calidad y ligeramente sobredimensionados.
Preparar el
acastillaje
Gracias a
las modernas mordazas y frenos que forman los impresionantes
pianos, bastará con algunos pocos pero sólidos winches capaces
de trabajar y ajustar la tensión de todos las escotas, drizas y
cabos de nuestro barco. Cuidado con el cardan que fija la
botavara al palo, a menudo mal dimensionada y por tanto causa
potencial de muchos problemas. Escotas y cabos deben estar en
perfecto estado y llevar alguno en reserva es siempre una buena
idea, ya que no implican ninguna fuerte inversión y pueden
servir para dar solución a multitud de problemas.
El ajuste
del palo no debe pasar desapercibido. Con el tiempo los obenques
y los estays pierden tensión y debemos ajustarlos. Déjese aconsejar
por un experto ya que es tarea para un profesional o cuanto
menos, lea suficiente literatura al respecto antes de afrontar un
ajuste manual que bien podría empeorar la situación actual. Tan
peligroso puede resultar llevar la jarcia muy floja como
llevarla con más tensión de la necesaria. Demasiada compresión
en el palo puede predisponer a una rotura del mástil. Un ajuste
incorrecto del palo a proa o a popa hará que el barco se
comporte con tendencia ardiente o a ser demasiado blando.
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