El sueño de
todo transmundista... El Océano Pacífico nos ofrece, sin duda
alguna, los lugares más espectaculares y bellos del planeta,
culturas ancestrales por descubrir y navegaciones que serán todo
un referente para el resto de nuestra vida.
Una
experiencia vital y posiblemente la más importante que podamos
disfrutar como navegantes y enamorados de la mar. |
Lugares de
increíble belleza en infinidad de archipiélagos e islas
diseminadas en una extensión enorme, a lo largo del mayor océano
del planeta. Si elegimos la ruta "amable" cruzando el canal de
Panamá tendremos 8.000 |
millas
por
delante hasta alcanzar las costas de Australia... Para ponerlo en
referencia, un cruce típico del Atlántico está en el orden de
las 2.500 millas náuticas. Pero no todo será navegar, y el tramo
más largo posiblemente sea el que nos espere desde Galápagos
hasta las Marquesas, con 3.000 millas por delante a recorrer en
unas 4 semanas. A partir de allí las etapas serán de sólo
algunos días de duración para ir descubriendo Oceanía y las
costas e islas más bellas del planeta.
Nos
esperan las aguas más increíbles, la posibilidad de nadar y bucear
con mantas y tiburones, descubrir la fauna marina más rica del
planeta, pasearnos con la dingui o una canoa entre los canales más
sorprendentes, como por ejemplo la Rock Islands de Micronesia, las
lagunas de las islas de la Polinesia, las costas de
Australia, recorrer Nueva-Zelanda y Tasmania, partir hacia las
verdes costas de las islas Salomón, recorrer Nueva Bretaña, los
fiordos tropicales del este de Papua Nueva Guinea cerca de la bahía
de Collingwood, con aguas tan transparentes como el cristal, todas
las Filipinas, Indonesia y sus infinitas y exuberantes islas…
Demasiadas islas y bellezas por descubrir, por disfrutar, por vivir.
Pero antes podríamos comenzar en las ricas aguas de las islas
Galápagos, desde donde pondremos la proa hacia las islas Marquesas a
"sólo" 3.000 millas, rumbo Oeste.
1) Tarea imposible para solo dos años de viaje
Oceanía ofrece
tanto por descubrir por disfrutar, que sería imposible recorrerlo
en un viaje de sólo 2 años. Puedes pasarte toda una vida y no te
aburrirías. Los que han preparado un calendario de 2 años han tenido
que ampliarlo a 3 o 4 dejando mucho por conocer. El Pacífico te
enamorará y es posible que se convierta en tu destino definitivo.
Hay muchos navegantes de recreo que al final se quedan por 5 ó 10
años consecutivos, convirtiendo el Pacífico en el destino definitivo de sus vidas…
Y no es para menos.
2) Ojo con el permiso de navegación de
Galápagos
Cruzamos
Panamá desde el Caribe. ¿Rumbo a Galápagos? Llegar a las islas
Galápagos con un velero de eslora media de unos 12 ó 13 metros,
puede suponer una tarifa de más de 2.000€ por el mero hecho de
recorrer sus costas.
Por esta
razón, y teniendo tantísimo por recorrer y descubrir, habrá quienes
prefieran arrumbar directos a las Marquesas que nos darán la
bienvenida sin ningún impositivo “fee” y con un paisaje alucinante
con cascadas y pareces selváticas a plomo sobre el mar y un ambiente
desenfadado y extraordinario tanto por sus habitantes como por
los muchos aficionados a la navegación de recreo que hacen recalada en
estas bellas islas como primer destino tras cruzar el canal de
Panamá desde el caribe.
3) No partas a la aventura sin botellas de buceo
¿Aún no
buceas? Pues esta es tu oportunidad. En las Tuamotu, recorrer despacio
la Polinesia laguna a laguna, bucear en Rangiroa, alcanzar varios
meses después Nueva Caledonia para volver a bucear con Mantas, fondear
sin prisas en las islas Salomón, Papua Nueva Guinea, luego en Nueva Bretaña en la
espectacular bahía Kimbe, más adelante subir por Micronesia hasla
Palau, con diferentes paradas intermedias, a la cual más bella, y
adentrarse en las miles de islas de Indonesia… centenares de
destinos, absolutamente fabulosos para disfrutar con las mejores
inmersiones del planeta.
No es fácil
encajar un compresor de buceo en algún rincón del barco o encontrar
la forma de alimentar la energía que consume un sistema de cargas de
botellas. El equipo necesario para hacer inmersiones es voluminoso,
pero con creces merece el esfuerzo para poder tener todo listo para
bucear con botellas, pues descubriremos uno de los aspectos más
fantásticos que nos ofrece el mar, especialmente en esta extensa
región del planeta.
Existen
pequeños compresores de gasolina que pueden estibarse en el interior
de algún
tambucho medianamente grande. Lo mejor es montar uno eléctrico
pero debemos tener un generador que lo alimente o una instalación
solar y parque de baterías muy potente con un inversor de alta
potencia. Sea como fuere, te merecerá la pena el esfuerzo. Además de tener a
mano botellas de buceo en el barco, es una medida de seguridad por si
misma que te puede sacar de apuros muy preocupantes, como por ejemplo
enrocar el ancla en un arrecife, verificar un buen fondeo para
dormir a pierna suelta, limpiar la obra muerta, deshacerse de una
red liada en la hélice, verificar el estado de la obra viva, o
sencillamente disfrutar de la vida marina… Lo más importante.
4) Recorrer el mar de coral y conocer sus ancestrales culturas
Las lagunas de
las Tuomotu, las danzas sensuales e hipnóticas de las Polinesas, los
tambores de Bora-Bora, las erupciones volcánicas de Vanuatu, los
miles de rincones del triángulo del coral desde Filipinas hasta
Indonesia. Las aguas cristalinas de Walindi en Papua, el alucinante
paisaje que descubrimos desde Irian Jaya hasta la Micronesia en
rincones recónditos y de alucinante belleza como por ejemplo en
Pulau Waiag,… Las costas de las islas de Salomón pasado Guadalcanal.
No es broma…, tenemos una barbaridad de destinos alucinantes por
descubrir y uno detrás del otro y para meses y meses, y varios años.
Con
mucha diferencia, el Pacífico es la zona que ofrece la mayor
biodiversidad del planeta. En la que podemos encontrar muchos de los
paisajes más espectaculares, las culturas más arcaicas, la mejor
hospitalidad, y unas condiciones excepcionales para navegar, aunque
a partir de Noviembre hay que buscar refugio para dejar pasar la
época de los Ciclones, y esto debemos comprobarlo dependiendo del
lugar en el que nos encontremos.
5) Planificar bien las temporadas
Hablamos de
8.000 millas de Este a Oeste y casi otras 5.000 millas desde Hawai hasta
el sur de Tasmania. Desde Cabo de Hornos a la Isla de Pascua y desde
allá hasta Australia casi otro tanto. Diferentes zonas y meses
distintos en los que debemos tener claro cuando navegar y cuando
estar en otra zona, so pena tener que soportar monzones y
climatologías sumamente adversas con peligrosos ciclones.
Es fundamental
tener una guía como la que edita Jimmy Cornell y preparar
detalladamente las etapas de navegación para estar en todo momento
en el la zona correcta en el momento y época del año oportuna. Es
importante tener y entender las Pilot-Charts y tomarlas como
referencia para navegar en cada época del año en la zona que
corresponda a meteorologías más cómodas.
Cruce de huracanes en
el Atlántico, Tifones en el Pacífico y ciclones en el Indico y
Pacífico sur. Observamos la banda subtropical en el que "solo"
tendremos soportar tormentas ecuatoriales.
6)
Alisios y contra-alisios
Al igual que
el Atlántico, también tenemos las rutas de navegación clásicas para
movernos por el Pacífico al ritmo de los vientos portantes que
predominan en diferentes sentidos en diferentes latitudes.
Así por
ejemplo la primera y casi obligada etapa, a no ser que entremos al
Pacífico por el Sur atravesando el espectacular estrecho de
Magallanes, será el tramo más largo de navegación desde el Canal de
Panamá hasta las Marquesas con 3.800 millas y un viento que, por
término medio, es casi siempre favorable, apoyados por una corriente
que nos hará ganar un poco de velocidad gratis. Una primera larga
travesía que puede durar en torno a unas cuatro semanas. Desde las
Islas Marquesas los destinos ya estarán a tiro de piedra y a pocos días de
navegación de isla a isla.
Con sentido
común, siempre encontraremos una isla sotaventada en la que
protegernos y resguardarnos si el viento sube más de la cuenta.
7)
Ojo con el calado
El calado es
siempre un asunto de gran controversia cuando elegimos un barco para
pasar temporadas en el Pacífico (como también ocurre en el Caribe). Los barcos de calado reducido, como son
los catamaranes o los cruceros de
quilla retráctil, son los grandes ganadores que podrán entrar sin
miedos en lagunas o recorrer pasajes someros como los que
encontramos al norte de Raja-Ampat, sin llevar continuamente el
corazón en un puño.
Pero es cierto que los catas orzan mucho menos y
que algunos “sloops” de quilla retractil pueden tener problemas
mecánicos o de estabilidad. .
Podríamos
escribir un extenso artículo dedicado a este asunto tan importante,
y no llegaríamos a conclusiones claras, pues cada "montura" tiene
sus ventajas y sus inconvenientes.
A la postre lo
importante es conseguir un barco que cumpla no todas, sino la mayoría,
de nuestras expectativas, empezando por el presupuesto. Hay quienes
hacen el Pacífico en barcos que están por debajo de los 40 pies y
con presupuestos de sólo unos pocos miles de euros. Estoy totalmente
convencido que querer, es poder, y existen barcos para TODOS los
presupuestos. Los hay que han comprado un velero de 11 metros por
3.000€ y tras un año de trabajos lo tiene listo para navegar por el
Pacífico. Otros por el contrario tiene la capacidad financiera para
equipar un Catamarán de lujo tan caro como un dúplex en la mejor
zona de una ciudad cosmopolita.
8)
La importancia de una buena auxiliar
Si nuestro
barco no es de calado reducido, la mejor manera de contrarrestarlo
es con una buena auxiliar, que además nos hará infinitos favores en
muchos archipiélagos del Pacífico en donde los fondos sólo son
navegables con embarcaciones someras.
Debemos llevar
una buena auxiliar, tan grande como se lo puedan permitir sus
pescantes de popa o hueco tenga en proa sobre la cubierta para
levarla en las travesías largas, que es a la postre donde muchos cruceristas estiban la embarcación auxiliar.
Respecto al
tipo de suelo de la auxiliar, y aunque también es asunto de largo
debate, lo importante es sentirnos cómodos con la auxiliar escogida.
Pero una semirrígida con suelo de fibra o aluminio es quizás una de
las mejores opciones porque serán numerosas las ocasiones en las que
navegamos sobre coralígeno y aguas extremadamente someras… Y el
mejor tejido de neopreno hypalon no sería capaz de resistir tal
tratamiento.
9) A practicar francés desde ya…
Francia posee
11 millones de kilómetros cuadrados en el Pacífico, con sus territorios
de ultramar y sus correspondientes Zonas Económicas Exclusivas. La
más extensa superficie del planeta, sólo por detrás los Estados
Unidos con 12,2 millones. La enorme extensión de mar territorial
francés con sus posesiones del Pacífico en Polinesia, Nueva Caledonia,
Reunión y otras cuantas islas y archipiélagos dispersos también en
el Atlántico conforman un extenso mapa de navegación en donde además
de una infinitud de lenguas locales se habla de forma común… Francés.
Nueva
Caledonia debería estar en su programa de navegación por la belleza
de sus aguas y costas, además de estar en plena ruta hacia la costa
este de Australia, o hacia las islas Salomón otro paraíso
imprescindible.
Por todo ello
y salvo que quiera aprender decenas de lenguas polinesias, el
francés es todo un comodín cuando navegamos por estos territorios y
más práctico incluso que el omnipresente inglés.
10) Entrar al Pacifico; Magallanes o Panamá
La gran
mayoría de navegantes entran al Océano Pacífico atravesando el canal de
Panamá, lo cual conlleva un gasto de unos 2.000 US$ para un velero de
hasta 15 metros y un par de semanas de planificación con las
autoridades panameñas. De repente las aguas claras caribeñas se
tornan azul ultramarino y la temperatura del mar se hace más fría.
El paso por Panamá abre las puertas a la ruta “amable” de los
trópicos con brisas moderadas y mares asequibles. Perfecta para
quienes quieren recorrer Las Antillas menores y esperar la temporada
en las bellas islas de San Blas, en Tobago o en Trinidad.
Pero hay
quienes prefieren hacer rumbo sur hacia Tierra del Fuego para llegar
al Pacífico a través del Estrecho de Magallanes o el de Beagle y
detenerse en la ciudad más al sur del planeta; Ushuaia. Esta ruta
requiere salir desde Canarias hacia Cabo Verde y de allí navegar
unas 1.250 millas para cruzar el Atlántico en la ruta más corta
hacia las costas del Brasil que pasan por las bellas islas
atlánticas de Fernando de Noroña, excelentes para descansar una o dos
semanas practicando un excelente buceo o snorkel, antes de continuar
costeando Brasil en donde encontraremos un montón de zonas de enorme
belleza.
Tras pasar
Cabo de Hornos, Magallanes o Beagle, debemos recobrar un poco de
latitud por la costa chilena para conseguir mejores temperaturas y poder arrumbar hacia la isla de Pascua y desde allí a las Tuamotu o
las Marquesas, en donde volveremos a encontrarnos con los barcos que
vienen desde el Canal de Panamá.
11) Cuidado con las mareas
Empezando por
aquellos que decidan pasar por Magallanes en donde encontraremos
hasta 5 metros de marea dependiendo de la época del año y del
momento, con corrientes máximas de 5 a 7 nudos si somos descuidados
y entramos en el peor de los momentos. Pero en muchos sitios del
Pacífico también tendremos que tener especial cuidado con las mareas
cuando estemos a punto de adentrarnos en algunos canales o meternos
en una laguna en donde la profundidad puede variar de forma
significativa así como las corrientes de marea.
Una vez dentro
de una laguna cualquiera de las Polinesias, Melanesia, o Micronesia,
protegidos por el arrecife de coral, el panorama es sencillamente
espectacular con aguas tranquilas de color turquesa. Nadar con
gafas de buceo y observar ángeles de colores, ballestas azules,
morenas moteadas, caballitos de mar, y una biodiversidad marina sin
parangón. Con la corriente llegan los nutrientes y los peces que se
alimentan de ella y es el momento correcto para observar tiburones y
otros grandes pelágicos, que naturalmente van detrás de los otros
peces.
Las Tuamotu y
las Marquesas son uno de los primeros destinos más espectaculares
de la Polinesia por ello no tenga prisa en partir de ellas hacia Tahiti, Bora Bora o Raitea en las islas de la Sociedad con paisajes
parecidos a los de las Marquesas, y lagunas tan espectaculares como
los de las Tuamotu. Hay quienes se arrepienten de haber abandonado
demasiado pronto estos destinos a favor de las islas francesas de la Sociedad…
12) Cargar el barco hasta las trancas
Ocurre como
con el Caribe en donde, por ejemplo, un kilo de tomates nos costaba 3
ó 4 veces lo que estamos acostumbrados a pagar en España. Que ocurra
con los productos importados o enlatados es lógico por los gastos de
importación y transporte, pero imperdonable con los perecederos.
Por ello todo
lo que pueda estibar en las despensas del barco le ahorrará un
montón de dinero. Por descontado que debemos cargar con todo el
aceite de oliva, y botellas de vino que vayamos a consumir, siempre
y cuando tengamos espacio en sentinas, cofres de popa o piques de
proa. No sea comedido, y cuanto más mejor. A pesar de ello se
arrepentirá de no haber comprado esto o aquello en el Mercadona o
Carrefour de su ciudad…
En sitios como
Papeete encontraremos de todo, pero los precios son muy muy elevados.
Sin embargo hay muchos otros rincones de Asia, como por ejemplo las
Filipinas e Indonesia, en donde por el contrario la comida cuesta
muy poco dinero. En otros sitios, como por ejemplo Papua, la cosa es
muy variable y los mercados locales son muy baratos, pero a cambio
no encontrará nada que no sea producido de forma local.
13) Refugiarse en la temporada de ciclones
Que son lo
mismo que los huracanes pero es esta zona del planeta. Hay que pasar
la temporada de ciclones fuera de las zonas en las que se dan.
Quizás sea un buen momento para hacer ruta hacia Australia o Nueva
Zelanda en donde pasar los meses de invierno que es cuando se está
allí mejor con calor y buena climatología.
Para el
siguiente año podemos descubrir los reinos de Tonga, y adentrarnos
en las aguas de Fiji o Vanuatu, con paisajes de ensueño y arrecifes
de enorme belleza, en donde nos apetecerá pasar un año entero, o
quedarse uno a vivir para siempre... ¿Porqué no?
Fiji es
también un buen lugar para sacar el barco del agua y esperar que
pase la temporada de ciclones. Tras esta increíble estancia
podríamos dirigir nuestra proa hacia Nueva Caledonia en donde pasar
varias semanas antes de marcar el rumbo hacia las islas Salomón
desde donde accederemos a nuevas regiones de enorme belleza como son
Papua Nueva Guinea, Nueva Bretaña e Indonesia, y hacer algo de norte para dirigir
la proa hacia los territorios de Micronesia que por cierto fueron
Españoles hasta hace apenas 120 años, cuando Alfonso XIII y el
gobierno de entonces los vendió a Alemania por 25 millones de
pesetas. Increíble pero cierto…
14) Llevar todos los recambios que podamos necesitar
En sitios tan
remotos del planeta, ya podemos adivinar que no encontraremos repuestos para el
piloto automático, o ánodos de sacrificio de ninguna forma y modelo. Sobre el tema hemos escrito muchos artículos en las
secciones de bricolaje a bordo, y lo esenciar es contar con
conocimientos, ingenio y herramientas. El "do-it-yourself" es básico,
no para ahorrar dinero, sino para poder continuar sin incidentes.
Pero para ello debemos contar con un “hueco” en el barco dedicado a
"taller" y llevar recambios de bombas, cables, filtros, piezas de
motor, rodetes…
En el
Pacífico, si hay un problema serio o una reparación importante, los
únicos sitios en donde de verdad podrá conseguir un astillero capaz
de afrontar una obra de cierta envergadura están en Tahiti y en Fiji.
Más al Oeste también Indonesia y Filipinas están bien para reparar.
Por ello es
importante preparar el barco concienzudamente y sustituir todo lo que
pudiera fallar, o al menor llevar los recambios de lo que creamos que
pueda romperse. Si estamos a punto de tener que cambiar la jarcia,
hágalo antes de salir, pues de camino sería imposible o mucho más
costoso tanto en tiempo como en dinero.
15) Llevar una buena electrónica
Lo cual no
implica necesariamente tener que invertir un "pastizal" en nuevas
pantallas multifunción. Vamos a recorrer muchas millas, muchos
destinos, mucha cartografía. Una idea interesante puede ser montar a
parte del Chart Plotter que ya llevemos instalado a bordo, un
portátil con OPEN-CPN que es gratuito y cuya cartografía mundial es
muy económica.
El tercer
sistema con el que me gusta contar siempre a bordo desde hace pocos
años es un Navionics montado en una
Ipad que puedo proteger en una funda estanca y llevar a cualquier
parte sin miedo a estropear la tableta. Sumamente útil y preciso…
En cuanto a
comunicaciones, recepción de meteo y datos, lo suyo es bajar a
tierra en cada país y en cada zona recorrida, para comprar una
tarjeta prepago local que nos saldrá muy barata y nos dará acceso a
Internet y datos y llamadas locales casi gratis, y en cualquier caso
mucho más baratas que las llamadas por satélite, en las que también
siempre confiamos con un Iridium Go con el que poder conectar 4
teléfonos y 'bajar' en tiempo real las predicciones meteo con GRIB desde
aplicaciones de suscripción como Predict- Wind o de no pago como
Weather 4D, ofrecidas para todo el planeta incluido naturalmente el
Pacífico; Nuestro próximo destino.
La vida es
única y más corta de lo creemos. No la desperdiciemos. Como dicen
los anglosajones… One Life, Live it.
Artículos relacionados:
-
Rutaje personalizado
-
Windy; la mejor meteo siempre a mano
-
Datos e Internet a bordo
-
Google Earth;
navegar con imágenes satelitales
-
MaxSea TimeZeto; ¿gratis y en iPad?
-
Pilot Charts
-
El descubrimiento de
Oceanía
-
Navegar en Palau - Micronesia
-
Expedición Papúa Nueva Guinea
-
Micronesia española
-
Las islas lejanas
-
Iridium go
-
Wheather 4D 2.0; la App más completa
-
Raja Ampat; las islas
olvidadas
-
Fernando de
Magallanes; el viaje que cambió el mundo
-
Cruzar el Océano
Ártico