Escuchen un noticiario típico en Singapur: “Parte
de noticias para la navegación: Los capitanes deben estar alertas a
posibles incidentes de piratería, secuestro, robo y asesinato en los
próximos días en el estrecho de Malacca y en la costa de Singapur.
Las tripulaciones deben permanecer especialmente atentas en las
aguas de la provincia de Aceh en Indonesia. Tengan mucha precaución
frente a barcos rápidos y fuertemente armados, pero también deben
estar atentos frente a falsos barcos pesqueros”.
Tras dos meses de pausa generada por el tsunami de Asia, los piratas
han regresado a sus actos delictivos que continúan hasta la fecha.
Hace unas semanas y por la noche, cuatro piratas asaltaron un
mercante con secuestro y robo.
El
departamento de antipiratería del Internacional Maritime Bureau con
sede en Londres (IMB) y dependiente del la Cámara de Comercio
Internacional, comunica que la piratería se ha agravado durante el
pasado año 2005 en toda la zona Noroeste del estrecho de malaca, por
donde circulan uno 1000 mercantes todas las semanas. Comenta Noel
Choong Jefe del Centro Antipiratería del IMB en Kuala Lumpur: “Se
trata del mimo grupo de personas que siguen el mismo modus operandi.
Como ya ocurría el año pasado, estos individuos lanzan ráfagas de
metralleta antes de abordarlo y destruyen las antenas y sistema de
comunicaciones antes de secuestrarlo. Tratamos contra grupos de
personas muy violentas”.
Sus
habilidades en el ataque se han sofisticado. Aparecen repentinamente
de la nada en un barco muy rápido, sin ser detectables por el radar
y en mitad de la noche. A veces trepan por la cadena del ancla
durante el fondeo, otras por las amuras de los mercantes utilizando
pértigas de bambú, asaltan el puente, secuestran al oficial al
mando, amenazan al capitán metiéndole una pistola en la boca,
obligando a que se les entregue todo lo de valor y dinero en
metálico que se encuentren en la caja fuerte del buque. En menos de
20 minutos abandonan la presa con una media de unos 40.000 $,
dejando atrás una tripulación asustada, traumatizada, herida o
asesinada. Nada les importa. Los piratas saben que robar en un barco
es mucho menos peligroso que atracar un banco. Una fracción muy
pequeña de estos delincuentes son capturados y juzgados por sus
crímenes.
Los
sindicatos internacionales del crimen organizado a veces reciben
encargos para robar el barco entero. Buque que será vendido
fácilmente en el mercado negro con o sin la mercancía que
transportan, que a veces tiene un valor de muchos millones de
dólares. Imagínese un porta-contenedores lleno de televisores de
plasma recién fabricados en Japón camino al mercado Europeo… Su
salida al mercado negro es facilísima dada la alta demanda de muchos
productos de consumo. Se han registrado robos completos de
petroleros, mercantes con las bodegas llenas de aceite de coco,
lingotes de aluminio, con tripulaciones de 20 ó 30 miembros
asesinadas y desaparecidas para siempre. Algunos buques reaparecen
al cabo de algunos años pintados de otro color, con otro pabellón y
haciendo otras rutas comerciales. De las tripulaciones nunca más se
sabe. Las aseguradoras cobran pólizas de hasta 300.000$ para poder
cruzar estas zonas de alta peligrosidad.
El
67% se concentra en la zona de Malasia e Indonesia, pero también se
registran casos en costa de marfil (18%), las costas de Somalia
(6%), en el norte de Brasil en la zona de Pernambuco (3%), y en
algunas costas de Centro América y Caribe (6%).
Durante el año 2004, el IMB (Internacional Maritime Bureau) reportó
57 incidentes de piratería con robos, secuestros o asesinatos, en
las aguas de Singapur, Malasia e Indonesia. Uno de cada cinco
ataques se produjo contra buques comerciales en aguas de Indonesia.
La ‘golosina’ es enorme. 50.000 barcos transitan estos estrechos
todos los años transportando un tercio de todo el comercio mundial,
y la mitad de todo el crudo transportado por los petroleros. Los
gobiernos de Japón y de China están muy preocupados. Japón por
ejemplo, importa transitando por esta agua el 80% del petróleo que
consume.
Las
aguas de Indonesia continúan siendo el escenario del mayor número de
ataques con 93 incidentes solo durante 2004, o 121 en el año 2003 de
los 445 registrados en todo el mundo, y acumulando el 25% de toda
la piratería mundial. Las autoridades lo tienen complicado ya que
hay unas 18.500 islas y una enorme extensión marítima a vigilar. En
superficie de tierra, Indonesia es el 4º país más grande del mundo.
Los
armadores y grandes navieras toman medidas contratando a consultores
expertos en seguridad marítima. También se toman medidas activas
como instalar en las cubiertas de los barcos, perímetros de
seguridad electrificados que cuestan 20.000 € y que protegen
mediante descargas de 9.000 voltios. Se programan seguimientos por
satélite que en caso de desvío de la ruta prevista, produce la
activación de alarmas directamente en el IMB.
Pero
el problema de fondo proviene del escaso incentivo económico por
parte de los gobiernos implicados y de las navieras. A pesar de todo
lo robado, la piratería supone unas pérdidas ínfimas de 0,32€ por
cada 10.000€ transportados. Esto se puede ‘asumir’ como el ‘arancel’
más barato de todos los tiempos. Thailandia creó una patrulla
antipiratería hace 12 años con un coste de 13 millones de dólares y
con resultados muy exiguos. Se podría acabar con la piratería, pero
el costo para conseguirlo sería mucho mayor a las pérdidas generadas
por ella. De modo que no trae cuenta.
Por
donde pueden producirse cambios es por el lado del terrorismo. Un
superpetrolero secuestrado y cargado con una potente bomba a modo de
detonador a bordo, se convertiría en un arma de destrucción brutal,
que en caso de explotar en un puerto podría causar mas muertos y
daños que la barbaridad de las torres gemelas del New York’s World
Trade Centre. Un incidente con un supertanque cargado que pudiera
acabar embarrancado o hundido en el estrecho de Batu Berhanti de
menos de una milla de anchura cortaría durante meses la ruta hacia
China, Japón y Korea del Sur, produciendo una crisis de primer orden
en la economía mundial.
Ante todo ello, el gobierno USA ha propuesto
patrullar las aguas de Malasia y los foco más peligrosos de
Indonesia, con la negativa de estos gobiernos que creen perder parte
de sus soberanías si lo admitieran. Estos gobiernos ven las pequeñas
pérdidas económicas producidas por la piratería como un mal menor
comparado con los teóricos posibles riesgos políticos de permitir a
la flota de US-Navy patrullar por sus aguas jurisdiccionales
(perdidas de votos y de popularidad en países mayoritariamente
islamistas, …).
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