Está claro que si navega por la
costa y en verano este asunto no le debe preocupar.
Pero en el mar se puede pasar
mucho frío. Salir una noche por las costas gallegas y en otras
estaciones del año puede ser una experiencia heladora que debe saber
afrontar.
Pero no solo
en invierno se pasa frío en la mar. Incluso a comienzos del verano
es posible pasar mucho frío en cuanto cae la noche.
Ese frío
húmedo imposible de quitárselo del cuerpo. Dependerá mucho de la
latitud en la que estemos, de las ropas que utilicemos y de la
propia constitución física de la persona. No hace falta estar en
unas aguas rodeadas de témpanos flotantes para caer en riesgo de
hipotermia.
Antes de la
hipotermia viene la destemplanza que conduce a un desagradable
estado con el que no apetece hacer nada y es fácil caer en la
apatía.
La experiencia
puede convertirse en un peligro muy serio en caso de tener que
afrontar una tormenta o borrasca en el mar y mal equipado para ella.
Con temperaturas bajas y con vientos de 30 ó 40 nudos (temporal) las
cosas cambian a peor de forma muy rápida.
Es sumamente
distinto estar a bajas temperaturas, pero con fuertes vientos que
además están saturados de humedad y con la casi seguridad de recibir
rociones. Al mojarnos nos enfriarán aún más y al soplar viento sobre
las ropas mojadas, estas se enfriarán más si cabe.
Existen muchas
ropas técnicas que permiten protegerse del frío. Las ropas llamadas
térmicas deben combinarse con pantalones y chaquetas impermeables
que corten debidamente el viento, nos protejan del agua pero
permitan la transpiración.
En caso de
caída al agua la situación es de extrema peligrosidad y el resultado
puede conducir a la muerte en muy pocos minutos si la temperatura
del agua es la del mar en invierno (unos 5 grados centígrados). En
este caso se disponen de muy pocos minutos (10 ó 15 minutos) para
recuperar a la persona antes de que muera por hipotermia, como por
ejemplo ocurrió con uno de los miembros de la tripulación del barco
ABN2 en la Volvo Ocean Race del 2006. Tardaron pocos minutos en
recuperarle, pero no fue posible salvarlo.
En aguas a 15
grados centígrados una persona normal puede aguantar viva entre una
hora y seis horas dependiendo de su constitución. Nadar es peor ya
que el cuerpo pierde calor todavía a más velocidad.
Lo mejor es
intentar sacar al máximo la cabeza fuera del agua y si estamos con
otras personas mantenerse juntas y con el mayor contacto posible. El
salvavidas nos ayuda a sacar por flotabilidad el cuerpo fuera del
agua además de aislarnos del agua.
La hipotermia
mata tanto o más que el ahogamiento, ya que el agua fría reduce la
temperatura del cuerpo 25 veces más rápido que el aire a la misma
temperatura. Pero el viento frío también lo hará y a modo de ejemplo,
podemos decir que el viento a 20 nudos será capaz de enfriarle una
decena de grados en un corto periodo de tiempo.
Como no podía
ser de otra manera la mejor defensa consistirá en llevar unas ropas
adecuadas que nos permitan mantenernos secos en todo
momento. Si tiene que trabajar en cubierta con tiempo muy frío
quizás deba pensar en llevar alguna prenda de neopreno. Estas deben
utilizarse durante un tiempo moderado ya que impiden la
transpiración.
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