Vela: sólo para
mujeres
Hay mucha
más afición femenina a la vela de lo que en principio cabría
pensar. Allí están para demostrarlo grandes campeonas como
Isabelle
Autissier o Ellen
Mc Arthur. Podríamos
argumentar que para llevar un velero hace falta fuerza física y
grandes corpachones. ¡Pues ni mucho menos! Las ayudas mecánicas
y elementos desmultiplicadores del barco no hacen necesario
grandes mazas en los brazos para manejar ningún barco. Los
mejores campeones no son nunca los tíos
más fuertotes y como ejemplo nada más sencillo que mirar la foto
de los actuales participantes de la
Velux5Oceans. El suizo Bernard
Stamm, el más menudito de todos se
lo come todo, con miles de millas de ventaja sobre el segundo
clasificado. Y no es precisamente el más fuerte del grupo…
Bernard Stamm, justo en el
centro de la imagen no solo tiene uno de los mejores curriculums
de la vela de competición. En estos momentos se encuentra
clasificado en 1º posición en la Velux 5 Oceanos con más de
1.500 millas de ventaja sobre el segundo clasificado.
Se acabó la
imagen del viejo lobo de mar con pipa en la boca y gesto duro en
su mirada. Eso no son más que películas, y debemos decir que si
todavía no hay más afición a la vela entre las mujeres es porque
la sociedad y los publicistas sigue transmitiendo esa estúpida
“imagen” de deporte favorito solo para varones duros y curtidos,
y en muchos casos ... ricos.
Muchos
hombres se quejan de que navegan
mucho menos de lo que quisieran porque a sus mujeres no les
gusta estar en el barco. Es cierto, lo cual no significa nada en
absoluto. Lo mismo les ocurrirá a las mujeres aficionadas con
maridos más aburridos que las setas y que tampoco quieren salir
a navegar. Y es que la afición al mar no tiene nada que ver con
el sexo.
Es más, lo
que no saben algunos hombres es que en el fondo, sus mujeres no
se encuentran seguras de los conocimientos de
navegación que tienen sus maridos y por esta razón no les
apetece demasiado aventurarse a navegar con sus respectivos!
Todos los hombres se sienten heridos cuando se les pone en tela
de juicio su habilidad y capacidad para llevar el barco. Es casi
tan grave como poner en duda su virilidad, lo cual no ayuda para
nada al diálogo, y únicamente nos
habla de la inseguridad real que se esconde detrás de este
comportamiento.
Es cierto
que si vamos a cualquier escuela veremos en las clases de PER o
de Patrón, a muchos más hombres que mujeres, lo cual es otra
consecuencia lógica de la imagen dada a este deporte por la
sociedad machista. Pero no es menos cierto que en muchos casos,
por cada hombre aficionado hay una mujer que disfruta en el
barco tanto con él, aunque en muchos casos se repartan roles
distintos. Y es la asignación de roles clásicos, los que hacen
que las mujeres no se sientan seguras navegando, e incapaces de
llevar el barco solas, lo cual no quiere ni mucho menos decir,
que no disfruten tanto como los hombres en el barco.
Navegar a
vela un par de horas e ir a pasar el día a la cala cercana no
tiene nada que ver con la afición al crucero. Pasar semanas en
el barco y recorrer miles de millas es más una forma de vida que
una afición, y en este bello y libre estilo de vida el asunto de
los sexos está mucho más igualado. Hay muchas más parejas de las
que cabría pensar que pasan largas temporadas navegando o
viviendo en el barco, y para ambos, la afición es rigurosamente
la misma.
Lo que ellas dicen...
En
bastantes ocasiones se escuchan comentarios como… “Cuando
navego con mi marido disfruto tanto como él, pero he de
reconocer que me vendrían bien algunas lecciones para
sentirme más segura en el barco. Cuando empieza a soplar
fuerte la verdad, me da un poco de miedo.”
Tampoco es raro el comentario “cuando
el barco escora demasiado me da bastante respeto y no
disfruto del mar.”
Aunque
el comentario que más asusta es “honestamente,
no sabría que hacer o como reaccionar si le pasara algo a
él o se cayera al agua”.
Comentarios que nada tienen que
ver con la afición y el placer de estar en la mar. Sólo
están relacionados con la falta de formación,
conocimientos y poca práctica marinera. Nuevamente nada
tienen que ver con el sexo, y de hecho así me ocurría a mi
mismo cuando empecé a navegar
con gente que me daba mil vueltas en conocimientos hace
más de 20 años.
Para
eso están las escuelas. Los conocimientos dan sabiduría y
lo que es casi más importante; Seguridad en sí mismo. Por
ello si te gusta navegar con tu pareja, y aunque el otro
tenga su título, lo mejor es que tú también te lo saques.
Te dará más seguridad, más conocimientos lo cual reforzará
tu afición por estos bellos deportes del mar.
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