Abandonar el barco
Es lo último que
se debe hacer, y salvo un incendio pavoroso que nos devore o una
explosión completa de la embarcación, nuestro barco será siempre
el sitio más seguro en el que permanecer esperando ayuda,
incluso aunque ya esté medio hundido.
Lo
básico sobre el abandono de una embarcación, es que no se debe
abandonar, salvo en situaciones extremadamente adversas. En
la mayoría de los casos es más seguro permanecer en un barco
medio hundido que en una pequeña auxiliar. Una embarcación en
muy mal estado nos ofrecerá más seguridad pues tendremos ocasión
de utilizar todos los pertrechos aunque estuvieran en mal
estado, tendremos agua potable en los depósitos, toldos y demás elementos del
barco.
Si se trata de un incendio incontrolable o riegos de
explosión es preferible largar un cabo lo más largo posible y
preferiblemente que flote para alejarse en la auxiliar a la
espera de acontecimientos. De esta manera quizás sea posible
que pueda regresar a un casco quemado y a pesar de todo más
acogedor que una simple balsa inflable. Lleve un cuchillo afilado para
poder cortar la retenida en caso necesario. Muchos casos trágicos podrían haberse evitado permaneciendo en el
barco en vez de lanzarse asustados a la auxiliar sin tener
presente los siguientes pasos a seguir antes del abandono de la
embarcación.
El caso más claro de abandono de
la embarcación ocurre cuando es evidente que el barco se va a
hundir en breves minutos de forma ineludible. Cuando chocamos
con algún objeto desconocido y se origina como consecuencia del
choque una vía de agua incontrolable que no puede ser
contrarrestada por los sistemas de achique, está claro que el
barco está condenado al hundimiento. A veces esto se produce en
muy pocos minutos. Pero debemos ser conscientes que aunque la
vía de agua sea escandalosa en ocasiones es posible contener la
aportación principal para ir trabajando luego en reducir el
caudal hasta que este sea inferior al agua bombeada por la
bombas de achique.
Si la batalla está perdida,
intente tranquilizarse y recoja del barco todo lo que considere
que puede serle útil en la balsa salvavidas. Si la vía de agua
producida es brutal puede que solo disponga de unos pocos
minutos antes del hundimiento. En muchas ocasiones los barcos
llevan muy a mano la embarcación auxiliar que además de poder
ser utilizada como salvavidas, también puede valer como segunda
salvavidas amarrada a la balsa de supervivencia.
Lo que debemos plantearnos
antes de saltar a la balsa salvavidas
1)
¿Es ABSOLUTAMENTE necesario abandonar el barco?
2) Debemos emitir
mensajes de socorro y activar la radiobaliza en caso de existir
esta. Utilizaremos las bengalas y todos los demás dispositivos
para hacernos localizar. Si tiene tiempo busque y coja la caja
de bengalas del barco.
3)
Detener al barco
antes de lanzar la auxiliar, pues está se alejaría de nuestra
amura, o aun estando amarrada haría peligroso y difícil saltar
a ella.
4)
En caso de
decidir saltar a la balsa salvavidas, debemos coger lo más básico,
empezando por la radiobaliza y tomando los avituallamientos
necesarios.
5) Debemos llevar
puesto el chaleco salvavidas y toda la ropa de abrigo que
podamos ponernos.
6)
Distribuir pastillas contra el mareo. Afirmar todo el material.
Achicar y secar el interior de la balsa.
7) Organizar
turnos de guardia, repartir
bien los pesos en la basa para evitar un vuelco.
Largar el ancla flotante.
La bolsa de supervivencia
Una pequeña mochila
de supervivencia puede llegar a ser nuestro instrumento más útil
en caso de abandono del barco. Preferiblemente dentro de una
caja estanca. Muchos armadores llevan una bolsa de supervivencia
con una serie de elementos muy necesarios en caso de tener que
salir de estampida del barco.
- Botiquín de primeros auxilios.
- Ropa de abrigo.
- Cuchillo de bolsillo de acero
inoxidable.
- Garrafa de agua.
- Alimentos secos.
- Linterna.
- Radio portátil VHF.
- Cordeles y cabos de diferentes
longitudes.
- Material de pesca
Peligro de hipotermia
El cuerpo
humano pierde temperatura por radiación, conducción, evaporación
y convección, factores todos que se reúnen de forma notable en
la mar y que se acentúan si estamos inmersos en ella, siendo en
este caso mayor la pérdida de calor que la capacidad del cuerpo
para generarlo, lo cual conduce a una hipotermia y sucesivamente
a la pérdida de conciencia y la muerte.
El tiempo
de supervivencia de un náufrago varía en función de la ropa que
lleve, de la temperatura del agua, de su constitución, de la
fatiga, etc, pudiéndose estimar que sin protección y en agua de
temperatura entre 15 y 20 grados centígrados, el tiempo de supervivencia
está en torno a las 12 horas, bajando a 6 horas si la
temperatura del agua estuviera entre 10 y 15 grados.
De ahí
intentar permanecer en el agua el menor tiempo posible. Antes de
saltar al mar conviene ponerse toda la ropa posible, evitando
prendas pesadas ya que estas retardan la pérdida de calor. No
nadar sin un propósito concreto, flotar lo más quieto posible
para no gastar energía ni calor. Es conveniente formar un grupo
con el resto de los supervivientes y usar el silbato que lleva
el chaleco salvavidas para facilitar nuestra localización.
En
navegación oceánica es muy buena idea llevar un traje de
supervivencia que consiste en un traje de neopreno como los
utilizados en Buceo. Un traje seco de buceo es el elemento más
importante para conseguir sobrevivir en el agua sin peligros de
hipotermias.
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