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Ruta vikinga

 

 

Los que han pasado la temporada en el Caribe y regresan al verano mediterráneo, suelen navegar hacia Bermudas o Azores y luego arrumbar a Gibraltar. Pero existe una ruta totalmente distinta, tan desconocida como excitante. La ruta de los vikingos.

Si ya de por sí es más cañero el regreso del Caribe que la ida por Canarias y Cabo Verde, la ruta de regreso por las latitudes nórdicas implica tener un velero bien preparado y muy marinero, pues  

existen mayores probabilidades de tener que lidiar con mares más bien movidos.  

 

Pero el esfuerzo se verá recompensado al disfrutar de nuevos paisajes, nuevos mares y nuevos desafíos. Coloridos sorprendentes, aguas rebosantes de vida y destinos aventureros. Se trata de un atrevido periplo que le conducirá desde el Caribe por la costa Norte Americana, hasta Nueva Escocia y la península del Labrador, para luego arrumbar a Groenlandia, seguir hacia Islandia, La Faroes y alcanzar Europa por Escocia, recorriendo el canal entre Inglaterra  e Irlanda, para luego arrumbar hacia Galicia.

 

El recorrido total desde por ejemplo Bermudas, es de 4.800 Nm hasta Vigo, frente a los 3.700 NM por la ruta "normal" vía Azores hasta Gibraltar. Bastante más larga y sobre todo más fría. Pero a cambio, el tramo más largo de mar es de "sólo" 600 Nm entre el sur de Groenlandia e Islandia. 5 ó 6 días de mar seguidos con numerosas escalas en las que ir recalando. Con una buena meteo y ventanas de previsión adecuadas, podemos casi asegurar tránsitos relativamente tranquilos, con la recompensa de llegar a refugios preciosos en numerosas costas de sotavento en las numerosas escalas intermedias. Pero no debemos dejar de pensar que vamos a llegar hasta los 63ºN.

 

 

 

 

La travesía nos transporta a lugares salvajes y poco frecuentados, precedidos por la costa Este de Norteamérica que también ofrece numerosos atractivos. Pero no se trata de un viaje cualquiera, pues el recorrido alcanza latitudes en las que nos encontraremos con hielos a pesar de hacerlo en la parte final de la temporada. La salida desde Caribe puede (debe) efectuarse en la misma época en la que saldríamos en caso de hacer el regreso por Azores. Pero debemos alargarlo mientras hacemos norte por la costa de USA, para alcanzar Groenlandia e Islandia ya entrados en el verano con temperaturas más altas que no estarán más allá de los 4 ó 5 grados centígrados. Y es que en estas latitudes es necesario contar con barcos sólidos, gobiernos desde el interior y voluminosos tanques de diesel, pues podemos encontrarnos con mares muy calmados y sin nada de viento.

 

Tras las numerosas e interesantes paradas en la costa del Este de Estados Unidos, alcanzamos los territorios de Nueva Escocia plagado de rincones en los que fondearnos y pasar una temporada disfrutando en muchas de sus interesantes bahías, en las que no es raro tener encuentros con ballenas y orcas mientras empezamos a encontrarnos con los primeros hielos. Podemos reavituallar el barco en los pequeños pueblecitos costeros en la costa de esta parte de Canadá. La corriente del Labrador nos dará algún nudo extra en la ruta de los growlers que debemos vigilar por si se cruzan en nuestro camino.

 

 

 

 

 

Los parajes que encontramos en Groenladia son grandiosos con grandes picos helados, paredes graníticas y enormes valles encajonados entre glaciares.

 

 

 

 

 

Ya en Islandia es posible recorrer innumerables fiordos que acaban en una cascada de agua gélida, algunas de las cuales apetece recorrer en la auxiliar. También hay volcanes con actividad geológica a los que podremos acercar el barco para visitarlos.

 

 

 

 

 

La siguiente etapa es la de las islas Faroes que podemos alcanzar en un par de días de navegación a pesar de lo cual, y como en todas las etapas, siempre tendremos que esperar una buena ventana de meteo, pues en estas latitudes cuando el mar se enfada lo hace de forma furiosa.

 

 

 

 

 

 

El último tramo hasta Europa pasa por Belfast, en todo existen diferentes recorridos siendo el canal entre Inglaterra e Irlanda uno de los preferidos. Por último desde el sur del Reino Unido, también existen muchas posibilidades, desde arrumbar directos a las rías bajas gallegas o tirar hacia Bretaña para recorrer más pausados el golfo de Vizcaya. O alargar más el periplo y hacer Este hacia los mares del norte de Europa que también tienen grandes destinos por recorrer.

 

 

Navegar por las latitudes Norte

No tiene ningún secreto más allá de tener más cuidado en la preparación del barco, la elección correcta de la temporada y disponer de una previsión meteo de máxima calidad, como la que podemos obtener de PredictWind o suscripciones equivalente. Debemos tener presente que encontraremos hielos sueltos y por tanto hay que estar al tanto de ello en navegación. Y como siempre, ser flexibles y adaptar el recorrido y los tiempos a lo que dicte el sentido común en cada momento, pues la climatología no se puede prever y hay inviernos muy tranquilos y veranos que pueden venir muy complicados.

 

 

 

 

 

Sobre el barco hay ríos de tinta escritos sobre el casco necesario para navegar por la ruta norte. No es necesario un barco de acero o un velero tipo explorer para afrontar tan atractiva aventura. Pero debemos prestar atención en la preparación del barco para conseguir un velero seguro y resistente. Lo que comúnmente se llama un crucero Bluewater y además disponer de una tripulación competente y una nutrida caja de repuestos y otra de herramientas.

 

 

 

 

Hace frío. Mucho frío, y por ello es importante la protección exterior del puesto de gobierno o disponer de un puesto de gobierno interior que nos permita navegar la mayor parte del tiempo protegidos de las inclemencias. Si no dispone de gobierno interior podremos mejorar la capota anti-rociones y prolongar los toldos y cerramientos de bañera para aislarnos del frío exterior. Navegando hace unos años por Noruega, en un cata con hard-top cerrado por toldos, utilizábamos un calentador de aire para hacer más cómoda la navegación al exterior. Funciona…

 

 

 

 

 

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