Lo importante
es tener claro el promedio de vientos y estas latitudes para saber
lo que podremos esperar en torno a a las latitudes 35ºN hasta los 45ºN.
Si pretende hacer rumbo más allá del 50º o 60º Norte, por ejemplo
para continuar periplo hacia los países del norte de Europa, debe
tener presente que allá las condiciones del mar pueden ser bastante
más agresivas y estar por tanto preparado para ello.
En las
latitudes que nos llevan a la península, lo previsible es encontrar
contra alisios del Oeste o Suroeste, reforzados por centros de bajas
presiones más al norte y centros de altas presiones más al sur de
las Azores. Pero también pueden producirse, aunque con menor
frecuencia, persistentes formaciones de altas presiones más al norte
de la latitud de la Azores que nos pueden dejar durante muchas
semanas consecutivas vientos flojos o nulos con zonas de casi total
calma chicha.
Las
depresiones que cruzan el Atlántico desde el Oeste hacia el Este
conllevan rápidos cambios de las condiciones meteo con roles de
vientos del Sureste al Suroeste mientras nos asustamos con fuertes
caídas del barómetro a medida que se acerca hacia nosotros la
depresión, que nos traerá fuertes aguaceros al paso del frente
cálido, seguido de un cambio de viento del Noroeste al atravesar el
frente frío, acompañado de chubascos que darán su paso a un tiempo
despejado, cielo azul y gran visibilidad.
Cuando cruzar
Desde mediados
de Mayo a mitad de Agosto, el paso de las posibles depresiones es más
llevadero, pues además de avanzar más lentamente hacia Europa,
tienen menor fuerza y mucha menos intensidad. Si va a latitudes más
allá del 50ºN, recuerde que en verano es cuando los Icebergs penetran
con más facilidad esta franja y por tanto debemos estar
pendientes de posibles encuentros con los hielos. Pero en las
latitudes que nos llevan a la península es raro esperar estos peligrosos
encuentros.
Pretender hace
el cruce en meses fríos es solo para quienes tengan ganas de
“sufrir” una aventura atiborrada de adrenalina, pues a modo de referencia, entre Octubre y
Abril tenemos un 10% de posibilidades de encontrarnos con vientos de
más de 35 nudos, frente a un 1% en meses de verano. Esto quiere
decir que si la ruta dura por ejemplo 10 días, la estadística nos aseguran al
menos un día de temporal como mínimo en invierno frente a una
posibilidad muy pequeña, al atravesar por ejemplo en Julio. Y
aunque los huracanes son muy raros en las latitudes por encima de
los 40º o 50º, no debemos bajar la guardia pues a veces se han
registrado trayectorias bien al norte.
La corriente
general del Atlántico norte avanza hacia el Este entre los 35ºN y
los 55ºN a una velocidad de 1 nudo. Al llegar a los 20ºW esta se
divide en un ramal que va hacia Escocia y otro hacia Portugal. Al
Oeste y cerca de la costa de Canadá, la corriente del labrador se
dirige hacia el sur con sus aguas verde oscuro que contrasta con la Corriente del Golfo de color azul ultramarino. Cuando sopla hacia el
Oeste el viento se enfrente a la dirección de la corriente y
podremos encontrarnos con mares bastante peligrosos.
Cruzar desde
Azores a la Península
Es la ruta
elegida por muchos aficionados europeos, aunque se dirijan
posteriormente más al norte esperando una buena ventana
meteorológica que les permita atravesar el Golfo de Vizcaya que es
temible con malas condiciones. La ruta más directa es hacia
Portugal, pero la mayoría escogeremos el cabo San Vicente desde
donde bordear el Algarve hacia Huelva, Cádiz y entrar a través del
Estrecho de Gibraltar al Mar Mediterráneo.
Al igual que a
la llegada a Azores, la partida puede suponer una navegación con muy
poco viento por lo que debemos salir con los tanques llenos de
combustible y armarnos de paciencia si las condiciones son
extremadamente flojas, en cuyo caso puede ser buena idea ganar algo
de Norte en la búsqueda de algo de viento.
Si desea ir a la costa
norte peninsular en busca de Finisterre, y el ángulo de viento lo
permite, es también buena idea ir ganando norte hasta alcanzar la
latitud 45ºN y hacia la longitud 20ºW en donde podemos encontrar la
mayores posibilidades de tener la corriente hacia el Este con mayor
intensidad.
En este tramo
de navegación encontraremos una ligera corriente hacia el sur y
posiblemente vientos del norte, por lo que también es buena idea ganar algo
más del barlovento necesario en vez de tener que navegar luego de
orzada hacia el Estrecho.
Una vez pasado
el cabo de San Vicente en donde puede rolar el viento en esta punta,
la tierra más al Oeste de toda Europa, la corriente media es hacia
el Estrecho en donde a pesar del cambio de corrientes debido a las
mares, hay una corriente neta entrante que repone todo el agua
evaporada en todo el Mediterráneo.
Los navegantes
que salten de Azores al norte de Europa directamente deben tener
claro que el tope para llegar es mediados de Agosto, pues ya a
primeros de Septiembre podríamos encontrarnos con temporales severos
en la zona del canal de la mancha.
Las travesías
contrarias hacia el Oeste
Desde la
península hacia los Gran Banks por las latitudes medias y camino de
la costa de Estados Unidos o del Canadá, implica una navegación casi
siempre de ceñida y con corriente contraria que nos restará un nudo
de velocidad. Por eso la mayoría de los navegantes deciden tirar
hacia Azores, para después avanzar hacia el Noroeste, o incluso
hacia las Bermudas antes de cambiar de rumbo. Salvo empeño o
necesidad, son rutas a evitar pues es casi seguro que nos las
tendremos que ver con bastantes días de temporal además de soportar
orzadas y vientos del 1º y 4º cuadrante, nada deseables.
Por si fuera
poco, la ruta de mínima distancia además de ser seguramente mínima
en millas, pero no en días de navegación, nos sorprenderá con vientos
del Oeste Noroeste o Suroeste con fuerza de temporal al paso de los
frentes que avanzan en su camino hacia Europa. Y cuando nos acerquemos a varios
cientos de millas de la costa es casi seguro la presencia de profundos bancos de niebla con malísima visibilidad. No debemos
olvidar que en estas latitudes medias estamos además en áreas en la
que es posible que nos encontremos con desprendimientos de hielos.
Para rematar
la “guinda” de esta ruta, es bastante utilizada en las regatas del cruce
del Atlántico, y es muy frecuentada por grandes barcos mercantes que
cubren las comunicaciones de mercancías entre Europa y Usa, además de
ser frecuentada por numerosas flotas pesqueras, lo cual hace de todo
el área una zona en la que el radar o el AIS sean casi
imprescindible por nuestra seguridad.
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