Los problemas
relacionados con el motor son consecuencia en la mayoría de los casos,
a falta
de mantenimiento o debido a instalaciones defectuosas y mal
realizadas. La electricidad falla en muchas ocasiones o por
instalaciones mal diseñadas o porque se ha quedado pequeña para dar
servicio a los requerimientos exigidos.
Controlar el
motor
Cuando eran
pocos los yates que navegaban y cruzaban los mares, y las marinas
eran pequeñas, se podía navegar sólo a vela e incluso
entrar a puerto sin utilizar el motor. Esto es imposible hoy en día. El
motor es absolutamente necesario para entrar en las marinas
deportivas y maniobrar entre muchos barcos, además de permitirnos
navegar con el mar en calma chicha, lo cual seguramente tengamos que
sufrir
en más de una ocasión. El motor nos permitirá navegar en busca de
otra zona en donde los mapas meteo nos indiquen vientos
favorables, o acelerar una llegada que pueda parecer eterna.
Pero el motor
en alta mar es frecuentemente utilizado para cargar el parque de
baterías, con el cual a su vez hacer funcionar los numerosos sistemas eléctricos
y electrónicos del barco.
En el motor es
importante revisar los siguientes elementos:
· Sujeciones
de silent-blocks a la bancada.
· Codos
de goma de salidas o entradas de refrigeraciones.
· Rodete
o impeler del circuito de refrigeración.
· Renovar
el termostato.
· Revisar
motor de arranque.
· Revisar
alternador.
· Comprobar
que el tanque de diesel esté limpio y sin hongos.
· Cambiar
filtros especialmente el del gasoil y la línea de alimentación.
· Revisar
la limpieza de los inyectores.
· Revisar
la bomba de gasoil.
· Comprobar
que toda la línea de escapes está en buen estado y sin óxidos.
· Si
el motor ya tiene años, verifique la posible calcificación del
intercambiador del sistema de refrigeración.
Revise la instalación del escape de su motor. Dependiendo del modelo de
barco que tengamos, en navegación de altura y con muy mal tiempo y
el barco sometido a fuertes escoras, podría llegar a entrar agua de mar
por el escape hasta alcanzar los colectores de escape, lo cual
podría desencadenar en una grave avería del motor. Si su barco puede
tener este problema, es importante llevar
algún sistema de taponamiento de la salida del escape en el casco,
utilizando un espiche de goma de gran diámetro.
Respecto al
intercambiador de calor entre el circuito interno y el externo de
agua de mar, tenga presente que este dispositivo metálico está sometido
a altas temperaturas que aceleran enormemente las posibles reacciones
galvánicas, y por ello es necesario prestar atención a su
protección mediante ánodos de sacrificio dedicados.
Aunque en el
mar nunca hiela, so pena de navegar por los polos, es importante que
el líquido del sistema de refrigeración sea anticongelante, pues
estos compuestos además de evitar la congelación llevan compuestos
que protegen contra la oxidación del sistema de refrigeración. El
sistema de refrigeración debe estar a su nivel correcto, ya que cuando
está bajo existe aire con oxigeno que acelera la oxidación de los
circuitos de refrigeración.
Los repuestos
Sin duda
debemos llevar una buena caja de herramientas con la que poder hacer
el “MacGuiver” y en la que tan importante es llevar una buena
colección de herramientas, como un surtido grupo de tornillos inox,
pletinas, alambres inox, piezas, tubos, arandelas, bridas de nylon, cinta
americana y de aluminio, y demás utensilios con los que poder inventar lo
necesario para resolver cualquier imprevisto. En la caja de
herramientas no deben faltar las llaves especiales como la que
permite desenroscar los filtros de aceite.
Pero los
repuestos en sí mismo son también fundamentales. Es difícil saber
el número de ellos que debemos llevar a bordo y esto dependerá de nuestro nivel de conocimientos, lo
precavido que seamos, y lo paranoicos que podamos llegar a ser. Si
le pregunta a un marinero-mecánico por su caja de repuestos, es
posible que descubra un nutrido conjunto de recambios que ni siquiera sepa cómo se llaman o
para qué sirven. Si por el contrario, le pregunta a uno que no tenga ni idea de
mecánica, quizás descubra una minúscula bolsa de repuestos incluso
con una bujía ¡entre
los recambios del motor diesel!
Lo que está
claro es que debemos llevar un nutrido conjunto de
repuestos con lo que poder superar la mayoría de las posibles
indecencias:
· Aceite
para uno o dos cambios de lubricantes.
· Pistón
extractor de aceite por vacío.
· Unas
latas vacías para almacenar el aceite usado.
· Varios
conjunto de filtros de aire, aceite, gasoil.
· Un
par de rodetes
para la bomba de refrigeración.
· Correas
para la bomba y para el alternador.
· Un
segundo motor de arranque y/o alternador revisados.
Dependiendo
del motor que tenga instalado en su barco, es muy posible que pueda
localizar un motor de arranque de recambio o un alternador así como
otras muchas piezas interesantes a partir del mundo de la
automoción. Invierta un poco de tiempo en investigar esta importante
información, pues si es así podrá acercarse a algún gran desguace de
coches y conseguir por solo 30 ó 50 euros un
segundo motor de arranque y alternador listos para ser sustituidos,
por si acaso estos se ponen a dar “la tabarra” en mitad del mar.
Tenga presente
que los fabricantes de motores y debido a las pequeñas tiradas de
motores marinos, NO fabrican alternadores o motores de arranque
específicos para barcos, y que casi siempre o son directamente los
mismos que utiliza algún modelo de motor de coche o llevan pequeñas
modificaciones. Comprarlo
original son un dolor al bolsillo. A este respecto ya
publicaremos algo en el futuro en Fondear.com con equivalencias
entre motores marinos y motores de coche, pero sepa de entrada de la
mayoría de los motores marinos son sencillamente marinizaciones de
motores MUY baratos y muy conocidos en el sector del automóvil.
Tenga esto muy presente.
La electricidad
Los yates
recientes están plagados de sistemas que consumen un montón de
amperios. En estos tiempos nos parece increíble como gente como
los grandes descubridores, o el mismísimo Slocum podían circunnavegar el planeta en solitario en
un pequeño
velero, sin luz, sin eléctrica pues la
electricidad aún era un juego divertido que se practicaba en los
salones de ociosos aristócratas, sin pilotos automáticos, sin
radio,...
La verdad es
que plantear salir de aventura sin tener bien resuelto el tema
eléctrico es tan estúpido como pretender irnos en los tiempos que
corren, a la
alta montaña con una botas “chirucas” o con cordajes de cáñamo.
La palabra
mágica para salir de aventura es “autosuficiencia”. Debemos
conseguir generar tanta energía como necesitemos para navegar con
comodidad y a ser posible sin tener que quemar combustible para
ello. Cada amperio consumido a bordo debe ser reemplazado por 1,25
amperios generado por un alternador, una placas solares, un eólico,
un hidrogenerador.... Ese 25% extra es el que
se pierde aproximadamente debido a la perdida de rendimiento en los parque
de almacenamiento de las baterías. Y en esta ecuación, es igual de
importante generar amperios como reducir el consumo gracias a la mejor
eficacia de los sistemas modernos.
En este
aspecto, brilla (nunca mejor dicho) por su novedosa eficacia la
iluminación LED. Ya no es una broma. En nuestro barco hemos
cambiado todo por LED y la cosa se nota de lo lindo! No solo en
consumo, sino en candelas. La luz de tope de palo que históricamente
era una bombilla de incandescencia de 20 watios y que no se veía un “pimiento”, nunca iluminó con más brillo, reduciendo el consumo a
muy pocos watios. Las luces de bañera que antes nos obligaban a cenar en
la penuria y con las incomodidades de un foquillo “mal diseñado” de
origen por el astillero, ha quedado solucionado por un bello y
disimulado foco de bañera.
Pero
ciertamente necesitamos generar amperios para la electrónica y otros
elementos que son grandes consumidores de potencia, como por ejemplo
la importante nevera para todo aquel que aprecie el valor de una
cerveza bien fría en mitad de la mar.
El tamaño sí que
importa
En general
cuanto más grande sea el parque de baterías, más tiempo podremos
consumir electricidad en el barco sin necesidad de recargar
baterías. Y esto es importante porque los amperios se producen "a
saco” cuando hay buen viento en un eólico, cuando hay un buen día soleado
en las placas solares, o
cuando necesitamos propulsarnos a motor porque no
hay viento en la mar.
Ocurre como
con los
pantanos. Si estos son grandes, pueden recoger los excesos de lluvia
del invierno para que luego podamos regar todo el verano. Cuanto más
grandes mejor. Pero más tamaño suponen más peso de baterías y más
dinero al sustituirlas tras los 3 a 5 años que tardan todas ellas en
morir debido a su inherente naturaleza.
Debemos recordar que sacar más del 45% de la capacidad del parque
daña fuertemente las baterías y por ello es importante no forzarlas a
descargas profundas, razón de más para contar con un parque de
baterías de alta capacidad. Es como si en un pantano nunca
debiéramos bajar de un determinado nivel, lo cual es como si no
pudiéramos en la practicar contar con esa parte del agua almacenada
salvo peligrosísimas sequías.
En la práctica
debemos dimensionar tres veces la cantidad de amperios que
pretendamos consumir. Pero si tiene espacio y posibilidad de cargar
peso, no estará de más multiplicar por 5 en vez de por 3. Contar con
un generador en el motor que entregue más amperios, permite cargar
el parque de baterías con más velocidad y por tanto, si encendemos
el motor para recargar baterías necesitaremos gastar menor diesel.
El motor debe
tener una batería separada dedicada al arranque, independiente del
parque de baterías de servicio, para evitarnos sustos si no
pudiéramos llegar a arrancar nuestro motor. Debemos mantener la batería del motor siempre a
plena carga. El sistema de baterías debe estar diseñado de tal
forma que NO podamos accidentalmente consumir de la batería de
arranque, por habernos por ejemplo, dejado enchufado las neveras
eléctricas durante todo el día y la noche de forma ininterrumpida.
Mantenimientos a
bordo
Si
establecemos una pequeña rutina de mantenimiento a bordo,
conseguiremos que no se acumulen las posibles causas de fallos y que
las incidencias y los sustos se conviertan en trabajos de
mantenimientos correctamente realizados. Esperar a sustituir las
cosas cuando estas se rompen está muy bien en casa pero nunca en la
mar, especialmente si estamos en largas travesías y en plena
aventura.
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