Asegurar la
jarcia fija
Una fallo en
el backstay, en el stay o en un obenque, conducirá casi seguro a una
rotura del palo y por tanto a una avería sumamente grave y
peligrosa. La jarcia en inox tiene una vida de unos 10 años y aunque
haya barcos mucho más viejos sin haber sustituido los cables,
lo cierto es que a partir de esa edad, debemos comenzar a revisar
concienzudamente su estado.
Casi siempre se rompen en las uniones nicoprensadas de los terminales
atornillados a los tensores. Estas uniones son muy duras pero no es
posible evaluar su estado, por lo cual
debemos inspeccionar cada una de ellas buscando manchas de oxido que
puedan revelarnos futuros problemas. Lo que es seguro es que si
alguno de los hilos del cable está roto o a punto de romperse,
debemos cambiar todos los cables sin ninguna demora.
Los terminales,
pasadores, ejes y placas en donde van fijados los cables son tan
importantes como los mismos cables, ya que un fallo en uno de estos
herrajes sería tan grave como la rotura del mismo cable. Los
pasadores que aseguran que los bulones no puedan salirse han de ser
revisados y sustituidos si se vieran en mal estado. Una vez
revisados los podremos proteger con cinta aislante para evitar
enganchar velas, ropas o nuestro cuerpo con resultados más que
molestos.
Si necesita
cambiar los cables es posible que alguien le aconseje poner otros de
mayor diámetro para asegurar la jarcia y el palo. Lo cierto es que
aunque con los antiguos cables galvanizados pudiera ser una idea
buena para marcar un margen de tolerancia frente a disminuciones de
diámetros efectivos debidos a la oxidación, con los actuales cables
de inox es desaconsejable modificar las especificaciones del
fabricante que ya habrá calculado con margen de tolerancia las resistencias del material.
Es por tanto
mala idea cambiar las especificaciones pues,
para subir en diámetro y mejorar la resistencia de la jarcia,
habría que cambiar además de cables. todo los
herrajes y soportes en el palo y en la
cubierta y podíamos desequilibrar pesos y tensiones de todo el
sistema de jarcia fija. Es más, las flexiones del material dentro de
sus márgenes calculados es saludable y su eliminación puede poner en
peligro la integridad del sistema de la jarcia, por ejemplo,
al crear compresiones excesivas en el palo para el cual este no ha
sido diseñado.
Terminales Norseman y Sta-Lock
Es una
excelente idea embarcarse con 4 ó 6
conectores de cable del tipo Norseman o Sta-Lock que permiten
morder un cable de acero trenzado del diámetro seleccionado y
por tanto podremos montar, si llevamos
una bobina de cable trenzado de acero del diámetro de nuestra
jarcia, un obenque o estay sin ninguna dificultad, con un
aspecto y resistencia tan buena como el original. También
podremos improvisar con ellos infinidad de soluciones para
realizar otros trabajos de emergencia que pudieran surgir a
bordo en el caso de necesidad, como por ejemplo,
montar un aparejo de fortuna o montar un timón de fortuna.
Recuerde
que en determinadas ocasiones no es difícil partir
un stay y por tanto,
comprometer de forma instantánea y muy urgente toda la
integridad del palo y resto de la jarcia. En este caso
podremos poner el barco a la deriva
para evitar los esfuerzos sobre la jarcia mientras
buscamos a toda velocidad una solución
de emergencia.
En
algunas ocasiones ocurre que el enrollador de génova
se engancha y bloquea sobre el stay, y si nos empeñamos a
enrollar la génova tirando con fuerza
con ayuda del winch, el giro logrado no es el del tubo que
debe enrollar la vela, sino de todo el stay. Y estos cables de
acero trenzado no soportan nada bien este tipo de torsión,
partiéndose sin más, de repente, con el resultado de un palo al
agua caído hacia la popa y en el mejor de los casos un susto
de muerte.
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Actualizar la
jarcia móvil
Hace años las
drizas de las velas eran cables metálicos. Pero en nuestra época la
resistencia de los cabos sintéticos hace innecesario los cables de
acero y así los empalmes y uniones que siempre circulan muy mal por
las poleas y salidas del palo. A este respecto debemos revisar y
cambiar si fuera necesario las poleas de tope de palo por unas que
permitan al cabo circular sin rozamientos. Si un cabo de driza está
demasiado desgastado no dude en sustituirlo para evitar verse en
mitad del océano con una vela caída sin driza y parte de la jarcia
móvil volando al viento. Lleve una bobina de sedal por si,
en el peor de los casos, tuviera que subir al
palo para pasar una driza nueva atando al sedal alguna tuerca por
dentro del palo que hará las veces de guía de emergencia.
La inmensa
mayoría de los veleros modernos llevan la jarcia reenviada a la bañera para poder manejar todas las
maniobras sin tener que salir de la bañera. Pero esto obliga al
montaje de más poleas y frenos o pianos que aumentan la fricción de
los cabos. Por ello debemos prestar atención en las poleas y a
medida que vayamos sustituyéndolas, compraremos otras con bolas de
rodamientos para evitar al máximo la fricción.
Un buen
ejemplo de todo ello son las velas mayores con tomas de “rizos
rápidas” que a veces puede ser de todo menos rápidas, debido al mal
deslizamiento del cabo sobre las numerosas poleas y aperturas por
las que tiene este que deslizar para poder
tomar el rizo. Es normal tener que salir de la bañera para ayudar al
cabo a "circular" y conseguir hacer correctamente la toma del rizo.
Debemos llevar un par de escotas o drizas que podamos
utilizar indistintamente como drizas de repuesto, como escotas de génova o de mayor o para el genaker o spi.
Los cabos que trabajan día y noche durante los largos meses de
nuestro viaje acabarán con desgaste y por eso es sabia medida el
llevar estos repuestos.
Del mismo modo
aconsejamos sin lugar a dudas llevar una o dos bobinas con 100
metros cada una de cabo de 12 milímetros de menor calidad y precio,
que podremos utilizar como coderas para fondearnos cerca de la costa
o ser utilizados para otros asuntos como arrastrar cabos por popa
con muy mal tiempo, o realizar un remolque o lograr una reparación
de emergencia.
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